Tal como lo habían anticipado los analistas y muy diferente al tono utilizado durante su primer año en la Casa Blanca, el Presidente Donald Trump ocupó la noche de este martes un lenguaje más conciliador en su primer discurso oficial del Estado de la Unión. Así, junto con realizar un llamado a la unidad bipartidista, también instó a los ciudadanos del país a convivir como "un solo equipo" y "una familia".
"Hoy estoy tendiendo una mano abierta para trabajar con los miembros de ambos partidos, demócratas y republicanos, para proteger a nuestros ciudadanos, de cualquier extracción, color y credo", señaló ante las dos cámaras del Congreso.
En materia de inmigración, presentó los 4 pilares de su plan: regularizar a 1,8 millones de "dreamers"; financiar la construcción del muro frente a México y otras medidas de control fronterizo; poner fin a las loterías de visados e introducir restricciones a la reunificación familiar para concentrarla en los miembros directos. En un tono crítico que disgustó a los demócratas, dijo que "las fronteras abiertas han permitido que lleguen las drogas a las comunidades más vulnerables", y llamó a avanzar hacia un sistema de inmigración "basado en el mérito, que admita a personas capacitadas, quieran trabajar, contribuyan a la sociedad y amen y respeten nuestro país".
El representante Joe Kennedy III, sobrino nieto de JFK, fue el encargado de parte de los demócratas para hacer la réplica a la presentación de Trump. En su respuesta el político de 37 años dijo que hacía su discurso desde una "ciudad estadounidense orgullosa, construida por inmigrantes". "Esta administración no solo está atacando a las leyes que nos protegen, ellos están atacando la idea que todos nosotros somos dignos de protección", afirmó.
El Mandatario también hizo un llamado a la confianza de los norteamericanos. "Los estadounidenses aman a su país. Merecen un gobierno de reciprocidad con el mismo amor y la misma lealtad", afirmó. Y añadió: "El año pasado buscamos restaurar los lazos de confianza entre nuestros ciudadanos y su gobierno".
En su discurso, apeló, además, al patriotismo. "Este es nuestro nuevo momento americano. Nunca ha habido un mejor momento para comenzar a vivir el sueño americano", añadió.
Asimismo, el Presidente presumió de sus éxitos. En ese sentido destacó los avances en la lucha contra el Estado Islámico, al afirmar que la coalición que lidera Washington "ha liberado casi el 100% del territorio que una vez controlaron estos asesinos en Irak y Siria". "Pero queda mucho más trabajo por hacer. Seguiremos luchando hasta que el EI sea derrotado", advirtió, a la vez que anunció que no va a cerrar Guantánamo. Por otra parte, pidió al Congreso asegurar que solo los "amigos" de EE.UU. se beneficien de su asistencia financiera, como represalia por la votación en la Asamblea General de la ONU contra su decisión de reconocer a Jerusalén como capital de Israel.
Además, celebró haber "pasado página tras décadas de acuerdos comerciales injustos que sacrificaron la prosperidad" del país, y pidió al Congreso aprobarpronto un plan de inversiones en infraestructuras por US$ 1,5 billones. "EE.UU. es un país de constructores. Construimos el Empire State en solo un año. ¿No es una desgracia que ahora nos lleve 10 años que se apruebe un solo permiso para una simple carretera?", se preguntó.
Trump recordó que en diciembre se aprobó una reforma fiscal que ha significado bonos para tres millones de trabajadores", y se vanaglorió de haber eliminado, en su primer año en el poder, "más regulaciones que ningún otro gobierno en la historia" de EE.UU. "Hemos acabado con la guerra a la energía estadounidense, y hemos acabado con la guerra contra el carbón limpio. Ahora somos un exportador de energía al mundo", dijo.
"Trump está tratando de tener una llegada a un electorado más amplio sin alienar a su propia base. Eso es lo que vimos durante sus declaraciones en Davos, donde su lenguaje fue mucho más medido", explicó a La Tercera el profesor de política estadounidense del Claremont McKenna College (ver entrevista).
Para el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Loyola de Chicago, John Allen Williams, este discurso "no cambiará la opinión que las personas tienen de Trump". En un análisis, el diario The Washington Post mostró escepticismo de que los llamados a la unidad puedan terminar con la división y cambiar la retórica en Washington. "Horas antes del discurso de Trump los legisladores parecían más divididos que nunca", señaló el diario.