El martes fue un día negro para el Presidente de Estados Unidos. Michael Cohen, el exabogado de Donald Trump, se declaró culpable de delitos por evasión fiscal, por fraude bancario y además admitió que había arreglado pagar a dos mujeres en 2016 para silenciarlas sobre sus supuestas relaciones extra matrimoniales con el mandatario, lo que constituye una violación a las leyes sobre financiamiento de campañas. Y no solo eso, además dijo ante una corte en Virginia que eso lo hizo "en coordinación con y bajo la dirección" del entonces candidato con el "propósito principal de influir en la elección". Así, Trump quedó contras las cuerdas.

Mientras el testimonio de Cohen comenzaba a provocar una tormenta de proporciones, de manera paralela, pero en una corte en Manhattan, su exjefe de campaña, Paul Manafort, fue encontrado culpable de ocho cargos por fraude fiscal y bancario. El estratega enfrentará un segundo juicio en Washington a mediados de septiembre por conspiración para defraudar al Departamento del Tesoro, lavado de dinero y por no haberse registrado como un agente extranjero. Esto último sí podría complicar a Trump porque forma parte de la "trama rusa", la injerencia de Moscú durante las elecciones de 2016 que es investigada por el fiscal Robert Mueller.

Trump no tardó en reaccionar y señaló que las violaciones al financiamiento de campaña de las que Cohen se declaró culpable "no fueron un delito". En otro tuit señaló: "Si alguien está buscando un buen abogado, le sugiero encarecidamente que no contrate los servicios de Michael Cohen". También, en una entrevista a la cadena Fox, el mandatario republicano señaló que el dinero para silenciar a las mujeres "no venían de la campaña", sino que de sus propios fondos.

Para complicar más las cosas, en diferentes entrevistas televisivas, el abogado de Cohen, Lanny Davis, dijo que su defendido no aceptaría un eventual indulto de Trump, porque no quería ser parte de lo que considera un abuso del mandatario de su poder de clemencia.

Tras conocer que Cohen se había declarado culpable, la oposición demócrata en el Senado respondió con la solicitud de retrasar las audiencias de confirmación del candidato para ocupar la vacante en la Corte Suprema, Brett Kavanaugh. Esto, no hizo más que aumentar la tensión en Washington.

En medio de esta creciente presión, la Casa Blanca insistió en que Trump no ha cometido ningún delito federal. En Estados Unidos los Presidentes no pueden ser procesados en una corte federal, según las interpretaciones del Departamento de Justicia. Sin embargo, el caso sí podría ser derivado al Congreso, donde puede tener lugar un impeachment. Varios de los medios más influyentes destacaron hoy esta posibilidad.

El juicio político tendría sustento precisamente por el testimonio de Michael Cohen, quien durante 10 años fue el abogado y confidente de Trump.

El gran problema para la oposición demócrata es que, por ahora, sus rivales republicanos poseen la mayoría en ambas cámaras del Congreso. Según las últimas encuestas, los demócratas podrían recuperar la Cámara Baja en los comicios legislativos de noviembre, pero el Partido Republicano mantendría el control del Senado.

"Los fiscales no habrían dejado hacer a Cohen tales declaraciones si no tuvieran más evidencia que lo respalde. Los agentes del FBI allanaron la oficina de Cohen y ellos tienen documentos y grabaciones. Así que parece muy probable que pueden probar la participación de Trump en los crímenes", dijo a La Tercera, John Pitney, profesor de política estadounidense de Claremont McKenna College.

Según el diario The New York Times, se espera que Cohen sea sentenciado a tres o cinco años en una prisión federal. Además, podría entregar información al fiscal especial Robert Mueller. De hecho, el abogado de Cohen sugirió que su cliente tenía información sobre la reunión en la Torre Trump durante la campaña, entre Donald Trump Jr. y agentes rusos.

Sobre la posibilidad de que se le realice un impeachment, el diario The Washington Post señaló que si bien hoy es improbable, podría ser un elemento potencial de la agenda demócrata de cara a las elecciones legislativas. "Los demócratas han permanecido divididos sobre si pedir un juicio político y eso es políticamente astuto. Pero la aseveración de Cohen podría revisar esos cálculos y presionar a los demócratas a que prometan audiencias en el Congreso si ganan en la Cámara de Representantes, que tiene la autoridad constitucional para iniciar el proceso", señaló el Post.

En este sentido, el encuestador y analista John Zogby comentó a La Tercera que habrá que esperar a los sondeos. Esto porque un Presidente solo puede ser juzgado políticamente por "altos crímenes y delitos menores". "Hasta ahora el respaldo de Trump se ubica por sobre el 40% y es difícil lanzar un impeachment contra un mandatario que tiene un respaldo público significativo. Bill Clinton fue juzgado políticamente y se convirtió en un asunto muy partidista y una pérdida de tiempo. Cualquier esfuerzo por hacer un impeachment a Trump sería partidista a menos que su respaldo en los sondeos cayera y eso causara una situación inestable. Algo que los demócratas no quieren que se los responsabilice cuando se realicen las elecciones en 2020", concluyó.