El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reafirmó el jueves estar abierto a conversar con los líderes iraníes, en medio de las crecientes tensiones entre Washington y Teherán.
"Lo que me gustaría ver con Irán es que me llamaran", dijo Trump a periodistas en la Casa Blanca, destacando que lo que su gobierno no quiere es que la república islámica se dote de armas nucleares.
Las relaciones entre Washington y Teherán se tensaron considerablemente desde hace un año, cuando Estados Unidos decidió retirarse unilateralmente del acuerdo internacional nuclear con Irán por considerar que el pacto, negociado durante el gobierno del presidente demócrata Barack Obama, no frenaba las ambiciones armamentísticas de Teherán.
Trump aseguró el jueves que John Kerry, exsecretario de Estado en la era Obama, estaba en contacto con los líderes iraníes y les había dicho "no llamar".
"John Kerry les habla mucho", dijo Trump. "Él les dice que no llamen". "Pero deberían llamar", dijo Trump. "Si lo hacen, estamos abiertos a hablar con ellos".
Según el presidente, esto es una violación de la Ley Logan, que prohíbe a los ciudadanos de Estados Unidos negociar de manera privada con gobiernos extranjeros, aunque los enjuiciamientos bajo esta ley, promulgada en 1799, son extremadamente raros.
"Francamente, debería ser procesado por eso", dijo.
Un portavoz de Kerry no tardó tildar los comentarios de Trump de "teatro", señalando que Trump está equivocado.
"Está equivocado sobre los hechos, equivocado sobre la ley y, lamentablemente, está equivocado sobre cómo usar la diplomacia para mantener a los Estados Unidos a salvo", dijo el vocero del exsecretario de Estado en un comunicado.
"El secretario Kerry ayudó a negociar un acuerdo nuclear que funcionó para resolver un problema insoluble", indicó el texto.
Los roces entre el gobierno de Trump y el de su homólogo iraní Hasan Rohani han aumentado en las últimas semanas, luego de que Washington volviera a imponer severas sanciones económicas a Teherán, e incluyera en su lista negra de grupos terroristas a los Guardianes de la Revolución, fuerza de élite de la república islámica.
En respuesta, Teherán anunció el miércoles que dejará de aplicar dos de sus compromisos del pacto firmado en 2015 con Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania.
Irán amenazó además con ir más lejos si los restantes firmantes del acuerdo no encuentran una solución en un plazo de 60 días para aliviar los efectos de las sanciones estadounidenses, en particular en los sectores petrolero y bancario.
Trump insistió el jueves en que Washington no está buscando un conflicto con Teherán, a pesar del envío de bombarderos B-52 al Golfo.
"Quiero que sean fuertes y grandes, que tengan una gran economía", dijo sobre Irán. "Podemos hacer un acuerdo justo", agregó.
Sin embargo, no fue así la respuesta que dio este jueves el secretario de Estado Mike Pompeo quien advirtió que Estados Unidos responderá de una forma "rápida y firme" ante cualquier ataque de Irán.
"El régimen de Teherán debería saber que cualquier ataque hecho por ellos o por sus delegados contra intereses de Estados Unidos o contra sus ciudadanos va a recibir una respuesta rápida y firme", dijo Pompeo en un comunicado.
Irán es el rival regional de Arabia Saudita y de Emiratos Árabes Unidos, aliados de la administración Trump.