Este martes el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, viajó desde la Casa Blanca hasta Arizona para intentar reimpulsar su campaña a la reelección tras un evento en Tulsa (Oklahoma) donde no participó tanta gente como su equipo esperaba.
La agenda electoral, coincidió con la presencia del epidemiólogo de la Casa Blanca, Anthony Fauci, en el Senado de Estados Unidos para hablar acerca de la pandemia y las últimas declaraciones del Mandatario sobre reducir el número de test de coronavirus.
En la instancia, el especialista incluso declaró que Arizona es uno de los estados que se prevé experimenten un nuevo aumento de casos de Covid-19.
200 millas de muro
La primera parada de Trump fue la frontera con México, donde junto a otras autoridades locales celebró la construcción de más de 320 kilómetros (200 millas) de muro.
En el lugar, el Mandatario firmó una placa con su nombre e incluso atribuyó al muro no sólo haber frenado la inmigración ilegal, sino también al coronavirus, diciendo “frenó el Covid, lo frenó todo”.
La construcción de un muro que divida a ambos países es una de sus promesas de campaña desde 2016. “Nuestra frontera nunca ha estado más segura “, declaró Trump al reunirse con el gobernador republicano Doug Ducey y funcionarios de la Patrulla Fronteriza.
Trump estaba tratando de recuperar impulso para su campaña tras el evento del fin de semana, que se suponía fuera una señal de la reapertura del país y un despliegue de fuerza política, pero en lugar de ello tuvo miles de asientos vacíos y generó dudas sobre su liderazgo y sus aspiraciones de reelección.
“Students for Trump”
Más tarde el martes, Trump tiene programado un discurso ante un grupo de jóvenes republicanos en una iglesia en Phoenix, donde los organizadores han dicho que esperan a miles de asistentes. Sin embargo, en todo el viaje, el tema del coronavirus tenderá una sombra sobre el gobernante.
La alcaldesa de la ciudad ha dicho claramente que no cree que sea buena idea que tantas personas se congreguen allí y ha exhortado al mandatario a usar mascarilla.
Trump se ha negado a usar la mascarilla en público, convirtiendo el tema en un asunto cultural entre republicanos y demócratas.
Las encuestas indican que los republicanos usan mucho menos las mascarillas comparado con los demócratas, pese a las advertencias de expertos de que ello reduce drásticamente la posibilidad de contraer el virus.
El evento con los jóvenes republicanos “Students for Trump” será transmitido en video a otros grupos afines en todo el país. Los organizadores dijeron que aún no habían finiquitado las medidas sanitarias y que no sabían si a los asistentes serán obligados a usar mascarillas o mantener el distanciamiento social.
Desde finales de mayo, Arizona ha surgido como uno de los centros de contagio más graves del país. Fotos de restaurantes y bares atestados con gente sin mascarillas han causado controversia.
La semana pasado el gobernador Doug Ducey dio marcha atrás y permitió a condados y municipalidades exigir a su ciudadanía usar mascarillas en sitios públicos.