Fue una promesa de campaña, y a menos de una semana de que Donald Trump venciera en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, comenzó a trabajar en su propuesta. Y es que la migración y su contención, un tema pivotante en la campaña del ex y ahora electo mandatario norteamericano, ya tiene rostro. Se trata de Tom Homan, quien será el próximo “zar de la frontera” terrestre, marítima y aérea del país durante el segundo mandato del magnate republicano.
Pero según la prensa local, también se sumaría Stephen Miller, quien actualmente es el principal asesor de inmigración de Donald Trump, y que se podría desempeñar como subjefe de gabinete de políticas de la Casa Blanca, aseguró CNN citando a dos fuentes familiarizadas con el tema.
Con el primero confirmado por el propio expresidente ahora electo para un nuevo mandato, y el segundo prácticamente ratificado, aseveró la cadena televisiva estadounidense y el periódico The New York Times, son dos los nombres de línea dura contra la migración los que llegarían rápidamente al nuevo gobierno de Trump. Mientras el primero lo hará justamente a un cargo relativo con la seguridad fronteriza, el otro llegaría a la subadministración del gabinete entrante.
El momento en que los anuncia no es menor. Se trata de uno de los primeros cargos confirmados por Trump, luego de que trascendiera que su jefa de campaña, Susie Wiles, será nombrada jefa de gabinete de la Casa Blanca, y que la representante Elise Stefanik, republicana de Nueva York, asumiría el papel de embajadora de EE.UU. ante la ONU al iniciar la próxima administración.
Es por eso que los posibles afectados por lo que, se espera, sea una dura política migratoria, están empezando a preocuparse, señaló CNN en Español. ¿Quiénes serían los primeros? Los migrantes indocumentados que hayan cometido algún delito, dijo a la cadena una fuente con conocimientos sobre los planes preliminares de Trump al respecto.
El problema, creen organizaciones civiles defensoras de los derechos migrantes, es que más pronto que tarde esos planes de deportación podrían ampliarse al interior de las comunidades estadounidenses, afectando a quienes, creen ellos, merecen estar allí.
Fue el propio Donald Trump el que señaló en los últimos meses que quería implementar la “mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”, así como quitar poder a las jurisdicciones “santuario” que limitan estas políticas y el copar con agentes de seguridad en las zonas fronterizas.
Según la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC, por sus siglas en inglés), la organización de derechos civiles más antigua de Estados Unidos, consignó CNN, ya calificó de “viciosas, malévolas, crueles y despiadadas” las medidas que Trump planea instaurar al llegar al poder.
“No se equivoquen: las deportaciones masivas perjudicarán a los millones en la mira de Donald Trump, a las familias y comunidades de las que forman parte, y a cada persona en nuestro país. Arrancarán a los padres de sus hijos, destruirán negocios y medios de vida, y devastarán el tejido de nuestra nación y nuestra economía”, plantearon.
Complementó la idea Lee Gelernt, de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), quien señaló a la cadena televisiva que en su organización se han “estado preparando para un segundo mandato de Trump durante casi un año, con un enfoque en las políticas más draconianas posibles, incluida la amenaza de usar a las fuerzas militares para la deportación, lo cual es rotundamente ilegal”.
Lo mismo fue planteado a través de un comunicado por Mary Meg McCarthy, directora ejecutiva del Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes. “Continuaremos nuestro trabajo de proporcionar representación legal crítica a inmigrantes y refugiados, luchando para mantener a las familias unidas, defendiendo el acceso al asilo y abogando por el fin de la detención arbitraria y la deportación injusta”, consignó CNN.
El mismo medio habló con migrantes indocumentados en lugares como Houston, donde estos señalaron que se intentan calmar diciéndose que llegar a deportaciones masivas contra personas no criminales debería llevar tiempo. “Desgraciadamente, mucha gente de la comunidad latina se ha creído la retórica de ser antiinmigrante, incluso los propios inmigrantes”, dijo César Espinosa, un líder de la comunidad hispanohablante de esa ciudad.
Otro sector preocupado es el agrícola. En California, por ejemplo, ya hay inquietud por el impacto que las medidas tengan en los trabajos de temporada. Un grupo de agricultores dijo en un comunicado a la cadena de televisión que renovarán una petición de reforma que permita el ingreso a Estados Unidos de personas que lleguen a cumplir labores agrícolas.
“Debemos centrarnos en paliar la escasez crónica de trabajadores en las granjas y ranchos de California y reducir las barreras al empleo”, dijo Shannon Douglass, presidenta del California Farm Bureau.
Arribo al poder
Según el medio estadounidense Politico, la decisión del mandatario electo de incluir en su administración a Tom Homan “era ampliamente esperada”. Con una vasta experiencia en lo que a fronteras se trata, este agente de policía de carrera de 62 años ya se había desempeñado en una tarea similar durante el primer gobierno de Trump.
En él, Homan ofició como director interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), y estuvo a cargo de una de las políticas más controversiales en la materia: la separación de niños y sus padres al momento de ingresar a la nación norteamericana.
Antes de ello, el expolicía trabajó en el Servicio de Naturalización e Inmigración, además de servir en la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. Cuando fue apuntado para dirigir el ICE, Trump llevaba recién dos semanas al mando de la nación, en 2017. En aquella oportunidad, lo nombró director interino, pero el Senado nunca tomó acción sobre la decisión, algo necesario para el cargo. En su nuevo papel, sin embargo, pese a que el Partido Republicano tendrá mayoría en la Cámara Alta, no se requerirá una confirmación en el Congreso.
“Me complace anunciar que el exdirector de ICE e incondicional del control fronterizo, Tom Homan, se unirá a la administración Trump, a cargo de las fronteras de nuestra nación”, anunció el domingo el mandatario electo en un mensaje publicado en su red social, Truth Social.
Allí, especificó que sus tareas incluyen, “entre otros, (el cuidado de) la Frontera Sur, la Frontera Norte, toda la seguridad marítima y de la aviación”, añadió Trump, que asumirá la presidencia de EE.UU. el próximo 20 de enero.
Según Trump, “no hay nadie mejor para vigilar y controlar nuestras fronteras”, por lo que Homan “estará a cargo de todas las deportaciones de extranjeros ilegales a su país de origen”.
El expolicía no estuvo exento de polémicas en la primera administración de Trump. Fue durante su gestión que más de 4.000 niños migrantes fueron separados de sus familias mientras ingresaban a EE.UU. Según Homan, este método se trataba de una buena manera de disuadir a las familias de venir ilegalmente a Estados Unidos.
Esta vez, dijo recientemente al programa “60 Minutes” de CBS y luego a Fox News, tiene otros planes. “Las familias podrían ser deportadas juntas”, comentó al primer medio tras ser consultado por el plan de Trump de realizar deportaciones masivas. “No va a ser una barrida masiva de barrios. No se construirán campos de concentración. Lo he leído todo. Es ridículo”, argumentó.
En tanto, el domingo Homan dijo al segundo canal de televisión que “va a ser una operación bien dirigida y planificada llevada a cabo por los hombres del ICE. Los hombres y mujeres del ICE lo hacen a diario. Son buenos en eso”, refiriéndose al plan del nuevo mandatario. “Cuando salgamos, sabremos a quién buscamos. Lo más probable es que sepamos dónde van a estar, y se va a hacer de una manera humana”, añadió.
En contraste, a principios de año, durante la Conferencia Nacional del Conservadurismo realizada en Washington, el policía devenido en político advirtió: “Esperen hasta 2025″. “Si estás aquí ilegalmente, más vale que mires por encima del hombro”, siguió. “Tienes mi palabra. Si Trump vuelve en enero, yo estaré detrás de él cuando regrese y dirigiré la mayor operación de deportación que este país haya visto jamás”.
Este lunes, dijo a “Fox & Friends” que está listo para que los demócratas critiquen su mano dura: “No me importa lo que la gente piense de mí”, lanzó. “Creo que el llamado es claro”, justificó.
Crítico del actual manejo migratorio de Joe Biden, el mandatario en funciones, Homan aseguró que está “cabreado con lo que la administración (de Biden) hizo a la frontera más segura de mi vida, así que voy a volver y hacer lo que pueda para arreglarlo”.
Un detalle interesante de su nuevo papel en la Casa Blanca es que Homan aparece entre los vinculados al cuestionado Proyecto 2025, el plan ultraconservador originado por cercanos a Trump para otorgar más atribuciones al mandatario y transformar el gobierno federal, entre otros aspectos polémicos.
El republicano, sin embargo, siempre se ha intentado desligar. “No tengo idea de quién está detrás de esto”, ha dicho Trump al ser consultado por el documento de 900 páginas en el que muchos de sus excolaboradores han trabajado.
Según NBC News, el nuevo “zar de la frontera” fue colaborador del libro Mandato de liderazgo del Proyecto 2025, además de ser presidente y director ejecutivo de Border911, un “grupo sin fines de lucro que advierte sobre la supuesta amenaza que representan los inmigrantes indocumentados”, explicó el medio norteamericano.
Respecto a Stephen Miller, quien en EE.UU. aseguran será nombrado en los próximos días como subjefe de gabinete de políticas de la Casa Blanca, ha sido un destacado defensor de una política de inmigración más restrictiva, coinciden CNN y The New York Times.
Si bien su rol guardará más relación con decisiones de personal, el primer medio aseguró que Miller “es uno de los principales arquitectos de los planes del presidente electo para las deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados”, e incluso ha señalado en el pasado que en una segunda administración Trump, buscarán multiplicar por 10 el número de deportaciones por año.
Siempre basándose en lo señalado por la cadena televisiva, Miller jugó un papel clave en la política migratoria del primer gobierno trumpista, “abogando por la separación de niños en centros de detención de inmigrantes y una prohibición de viajar dirigida a personas de países de mayoría musulmana”.
Al igual que Homan, también está asociado al Proyecto 2025. Luego de salir del gobierno, fundó el grupo America First Legal -organización dedicada a luchar contra la administración Biden en los tribunales, explicó el New York Times-, que contribuyó al citado documento de transformación del modelo estadounidense.