Donald Trump llegó a una cárcel de Atlanta este jueves por la noche para entregarse a las autoridades y tomarse fotografías policiales como parte de un caso criminal de extendido alcance derivado de los intentos del expresidente de Estados Unidos por revertir su derrota electoral de 2020 en Georgia.
Trump inició su procesamiento en la cárcel del condado de Fulton después de no haber sido sometido a fotografías durante sus apariciones iniciales en otros tres casos penales.
La caravana del exmandatario estadounidense se detuvo en la entrada trasera de la cárcel a las 7:34 p.m. del Este (23.34 GMT), unos 30 minutos después de que su avión privado aterrizara en el aeropuerto Hartsfield-Jackson de Atlanta. Entre sus partidarios fuera de la cárcel se encontraba la representante estadounidense de Georgia, Marjorie Taylor Greene, uno de sus partidarios más destacados en el Congreso.
Poco después, los videos grabados en vivo en la cárcel mostraron que su caravana partía.
Trump, de 77 años, ya ha entrado en territorio inexplorado como el primer expresidente de Estados Unidos que enfrenta cargos penales, aunque los cuatro casos presentados en su contra no han dañado su condición de favorito en la carrera por la nominación republicana para desafiar al presidente demócrata Joe Biden en las elecciones de noviembre de 2024.
El empresario y ex estrella televisiva convertida en político se unirá a las filas del gángster Al Capone, el cantante Frank Sinatra y otros estadounidenses de alto perfil que han posado para fotografías en la cárcel.
Seguramente la imagen circulará ampliamente tanto entre los enemigos como partidarios de Trump.
“Queremos ponerlo en una camiseta. Se difundirá por todo el mundo. Será una imagen más popular que la Mona Lisa”, dijo Laura Loomer, de 30 años, excandidata republicana al Congreso que se mezclaba con otros partidarios de Trump fuera de la cárcel el jueves por la mañana.
Más temprano ese mismo día, el juez Scott McAfee fijó la fecha del juicio el 23 de octubre para uno de los 18 coacusados de Trump, el abogado Kenneth Chesebro, después de que la fiscal del condado de Fulton, Fani Willis, propusiera esa fecha en respuesta a la solicitud de Chesebro de un juicio rápido.
La orden del juez decía que el cronograma aún no se aplica a Trump ni a ninguno de los otros acusados.
Al menos 10 de sus coacusados ya han sido procesados. Algunos, como Rudolph Giuliani, el ex alcalde de Nueva York, aparecían impasibles en sus fotografías policiales, mientras que otros, como la abogada Jenna Ellis, sonreían para la cámara.
“Fiscal radical y de baja estofa”
“Tengo que empezar a prepararme para dirigirme a Atlanta, Georgia, donde el asesinato y otros crímenes violentos han alcanzado niveles nunca antes vistos, para ser arrestado por una fiscal de distrito de izquierda radical y de baja estofa, Fani Willis”, escribió Trump en las redes sociales ante del viaje.
El exgobernante enfrenta 13 cargos por delitos graves, incluido el de asociación ilícita, que suele utilizarse para perseguir al crimen organizado, por presionar a funcionarios estatales para que revirtieran su derrota electoral en Georgia ante Biden.
El multimillonario negó haber cometido delito alguno y dijo que esta causa penal, así como las otras tres, tienen motivaciones políticas. Está previsto que se declare culpable en el caso de Georgia el 5 de septiembre, aunque se declaró inocente en los otros tres casos.
El exmandatario acordó pagar una fianza de 200.000 dólares y aceptó condiciones de libertad bajo fianza que le prohíben amenazar a testigos o a sus 18 coacusados en el caso. El miércoles, Trump incorporó a su equipo legal al abogado de Atlanta Steve Sadow, según una presentación judicial.
Alrededor de una docena de partidarios de Trump, algunos con banderas, se reunieron fuera de la cárcel para esperar su llegada.
“Estoy aquí porque estoy horrorizado por lo que está pasando”, dijo Bob Kunst, de 81 años, un jubilado que dijo que había conducido desde Miami Beach y se quedó fuera de la prisión con un cartel casero que decía “Encierren a Biden”.
Trump convocó protestas en todo el país después de su primera acusación penal en Nueva York en marzo, lo que provocó temores de disturbios violentos similares al ataque del 6 de enero de 2021 en el Capitolio por sus partidarios.