Los ciudadanos latinos son la primera minoría étnica de Estados Unidos -ya superaron en número a los afroamericanos, según las cifras del censo- y unos 32 millones de ellos se encuentran habilitados para votar el próximo 3 de noviembre. Es por eso que se han convertido en un electorado clave para las campañas del Presidente republicano Donald Trump y su rival demócrata, Joe Biden.
El número de latinos registrados y con probabilidades de votar ha aumentado en estados grandes, como California y Texas, y también en estados cruciales, como Florida, Arizona, Michigan, Nevada, Pennsylvania, Wisconsin y Ohio. Así, los votantes latinos bien podrían marcar la diferencia al decidir quién gobernará por los próximos cuatro años a partir de enero de 2021. Según la revista The New Yorker, este grupo desempeñará un papel decisivo en cuatro estados: Florida, Arizona, Carolina del Norte y Wisconsin.
Tanto Trump como el Partido Republicano saben esto muy bien y es por eso que, antes de dar positivo al coronavirus, el Mandatario realizó visitas a los estados donde precisamente este electorado tiene una presencia importante.
Trump y su campaña, dice la cadena CNN, no han perdido el tiempo y han hecho un esfuerzo para corregir sus errores de 2016 y así cerrar la brecha con los votantes hispanos, utilizando un enfoque que abarca tres frentes: “Vincular a Biden con el ala izquierda de su partido en un esfuerzo por ganarse a los inmigrantes provenientes de países socialistas autoritarios; prometer crecimiento económico y bajos impuestos al considerable grupo de hispanos que inician pequeñas empresas; y comprometerse a combatir la actividad de las pandillas en las grandes ciudades, en un esfuerzo por ganarse a los votantes hispanos mayores”.
Los republicanos están muy concentrados en los votantes cubanoamericanos conservadores, particularmente en Florida, una suerte de joya de la corona. En los últimos años la influencia de los cubanoamericanos conservadores ha sido equilibrada en Florida debido a la presencia de puertorriqueños, que son principalmente demócratas; dominicanos, también prodemócratas; y sudamericanos naturalizados, que corresponden a una mezcla de republicanos y demócratas. El resultado es una comunidad de votantes latinos más equilibrada políticamente en ese estado. Según las encuestas, Trump tiene un 44% de intención de voto en Florida, mientras que Biden posee 48%, según el promedio de Real Clear Politics.
El diario The New York Times señala que en un estado dividido de manera tan equitativa, las elecciones suelen decidirse por unos pocos miles de votos o, de manera más memorable, por unos pocos cientos. “El secreto de Florida ahora es que es un juego de márgenes”, dijo al periódico neoyorquino la excongresista Gwen Graham.
A nivel general, en Estados Unidos los demócratas tienen una ventaja de 2 a 1 sobre los republicanos entre los votantes latinos registrados. “Pero eso no significa que ninguno de los partidos haya hecho un buen trabajo al acercarse a los latinos durante o después de la época electoral. Barack Obama prestó atención a la comunidad latina y tuvo un sofisticado programa para sus comunidades en los estados clave del país. Sin embargo, en términos de logros políticos, muchos latinos sienten que realmente no entregó tanto como podría haber hecho sobre inmigración y otros temas de interés. Aún así, los votantes latinos favorecen a Biden a nivel nacional. Sin embargo, la participación será de vital importancia”, dijo a La Tercera Jaime Regalado, profesor emérito de la Universidad California State.
Pese a ello, los analistas señalan que en esta campaña los demócratas se han quedado dormidos y solo en las últimas semanas han empezado a cortejar a este electorado, confiados en que cuentan con el respaldo de los afroamericanos. Desde un comienzo Biden decidió centrar sus esfuerzos de campaña en los estados más disputados con el fin de recuperar a los votantes blancos de la clase trabajadora que apoyaron a Barack Obama en su momento, pero que votaron por Trump en 2016.
Solo a comienzos de septiembre Biden concretó sus primeros guiños, que han sido criticados por los analistas, que señalan que tanto el candidato como el Partido Demócrata siempre han estado desconectados de este grupo. Uno de los pocos intentos ocurrió el mes pasado, cuando en una reunión puertorriqueña en Florida, Biden seleccionó el reggaetón “Despacito” en el parlante de su teléfono. A su vez, Kamala Harris se dirigió a este electorado recién en agosto.
La preocupación llega a tal punto que el multimillonario Michael Bloomberg aseguró que gastará US$ 100 millones en Florida para ayudar a la campaña de Biden.
Para ganar en Florida y otros estados disputados, Biden y Harris deben enfocarse en inspirar a las generaciones jóvenes y mayores, dice The New Yorker, y contrarrestar una gran cantidad de información falsa destinada a convencerlos de que no participen en noviembre.
“Ha habido preocupación de que Biden estaba dando por sentado el voto latino, aunque ha comenzado un acercamiento más específico a los votantes hispanos durante las últimas dos semanas. ¿Es demasiado tarde para asegurar una sólida participación latina en las urnas? Podría ser, aunque el objetivo de los demócratas es que los latinos voten por Trump por debajo del 30%. El objetivo de Trump es ganar el 40% del votante latino (lo que sería difícil). Así que sí, Biden ha tardado mucho en dirigirse a los latinos y sus comunidades, pero la gran mayoría de los que se presenten lo favorecerán por sobre Trump”, concluyó Regalado.