Donald Trump y Joe Biden viajan este lunes a Georgia para apoyar a sus candidatos en una elección decisiva para el control del Senado, al día siguiente de que la difusión de una grabación del presidente saliente cayera como una bomba, pero cuyo impacto en el escrutinio es incierto.

Dos meses después de las presidenciales, Trump sigue sin reconocer su derrota frente al demócrata Biden, pese a las auditorías, los nuevos recuentos y las múltiples decisiones de los tribunales que señalan lo contrario.

En una sorprendente llamada, el mandatario republicano pidió el sábado al encargado de las elecciones en Georgia “encontrar” las papeletas necesarias para anular su derrota en este estado clave.

Repitiendo sus acusaciones de fraude, sin pruebas, Trump le dijo a Brad Raffensperger que le habían robado las elecciones.

Pese a las amenazas veladas, el responsable, un republicano, no cedió. “Pensamos que nuestras cifras son buenas”, respondió Raffensperger al presidente saliente.

Como un “abuso de poder descarado”, valoró el episodio la vicepresidenta electa, Kamala Harris, que se encontraba realizando campaña en Georgia. Entre los republicanos, algunas voces expresaron su indignación.

Trump disfruta, sin embargo, de un amplio apoyo dentro del partido.

La senadora republicana Kelly Loeffler, que se jugará el martes su escaño por este estado, no respondió a una pregunta sobre el escándalo lanzada durante un acto de campaña.

Y, pese a que la noticia todavía no se había extendido ampliamente entre los asistentes, varios electores de Trump sostenían, como él, que el mandatario saliente había ganado las elecciones.

Decisivo

Pancartas electorales, autobuses de candidatos, persuasión puerta por puerta y mítines: dos meses después de las elecciones presidenciales, Georgia recupera el ambiente de campaña de envergadura nacional antes de la disputa de dos escaños para el Senado el martes.

El punto álgido debe alcanzarse este lunes, con la visita tanto del presidente saliente como del electo. Una extraña coincidencia que subraya la importancia decisiva de este escrutinio, que determinará el control del poder en Washington para los cuatro próximos años.

Hace 20 años que Georgia no elige a un demócrata para el Senado. Pero, si logran la hazaña, los demócratas Raphael Warnock y Jon Ossoff inclinarán la cámara alta hacia su partido, otorgando todos los hilos de poder a Biden.

De conseguirlo, el Senado quedaría con 50 escaños para cada fuerza, por lo que la futura vicepresidenta Harris tendría el voto decisivo, haciendo que la balanza se inclinara hacia su lado en esta cámara hoy de mayoría republicana.

Biden llegaría así a la Casa Blanca con una Cámara de Representantes y un Senado demócratas, lo que le permitiría aplicar su programa.

“Trump 2020″

Para apoyar a los republicanos, Trump dará el lunes por la tarde el que debería ser su último gran mitin antes de abandonar la Casa Blanca el 20 de enero. Se espera que el republicano sea recibido como un héroe en Dalton, una circunscripción rural y conservadora del noroeste de Georgia.

En los actos, las pancartas “Trump 2020” siguen siendo numerosas. Más que las de los senadores a los que el presidente viene a apoyar: los exempresarios Kelly Loeffler, de 50 años, y David Perdue, de 71.

Biden estará, de su lado, en Atlanta, la capital de Georgia. El presidente electo hará campaña con Raphael Warnock, un pastor negro de 51 años, y Jon Ossoff, un productor de 33.

El brazo derecho de Trump, Mike Pence, viajará a una región rural del sur de Atlanta.

Muy ajustado

“Todo se juega” en la elección del martes, “el futuro de nuestro país”, lanzó Kamala Harris durante un mitin en Savannah, gran ciudad colonial en la que hizo campaña junto a los dos candidatos demócratas.

Para los republicanos, también está en juego el futuro del país. “Somos el cortafuegos para impedir que el socialismo llegue a Estados Unidos”, afirmó Kelly Loeffler a sus seguidores reunidos Cartersville, una pequeña ciudad de Georgia.

Los sondeos muestran a los candidatos muy igualados: Jon Ossoff se enfrentará a David Perdue, mientras que Raphael Warnock competirá contra Kelly Loeffler.

Sobre el papel, los republicanos parten como favoritos en este estado conservador. Los demócratas se apoyan, sin embargo, en la victoria el 3 de noviembre de Biden, el primer triunfo para un demócrata en Georgia desde 1992.

Todos estos factores configuran una situación “verdaderamente muy ajustada para hacer un pronóstico”, subrayó Trey Hood, profesor de la Universidad de Georgia.