Al menos 230 mil muertos, 45 mil desaparecidos, dos millones de desplazados y un millón y medio de personas que perdieron trabajos en todo el sudeste asiático. Esas fueron algunas de las consecuencias del terremoto que afectó al Océano Índico el 26 de diciembre de 2004, desatando una serie de tsunamis que afectaron a 14 países.
Según el Centro Nacional de Datos Geofísicos de EE.UU., Indonesia fue el país más golpeado, con 167 mil personas fallecidas, seguido por Sri Lanka con 35 mil muertos, India con 18 mil y Tailandia con ocho mil.
El sismo, considerado uno de los peores desastres naturales de la historia, es el segundo mayor movimiento telúrico registrado por un sismógrafo después del terremoto de Valdivia (1960), con una magnitud de entre 9,1 y 9,3.
Ocurrió cerca de las 08.00 hace 15 años, cerca de la costa de Banda Aceh, en Indonesia, y las olas que lo siguieron llegaron a tener 20 metros de altura. Según el Instituto Geológico de EE.UU., el sismo liberó una cantidad de energía equivalente a 23 mil bombas como la lanzada sobre Hiroshima en 1945.
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Sobrevivientes del tsunami rezan por sus familiares en Indonesia. Foto: AFP[/caption]
En los meses siguientes, organizaciones y gobiernos lograron reunir cerca de US$ 10 mil millones para los damnificados.
Pero no toda la ayuda logró materializarse. En algunos sectores de Sri Lanka hubo denuncias sobre la desaparición de casi la mitad de los fondos que había recibido el gobierno de organizaciones extranjeras.
El gobierno indio, por su parte, construyó pueblos alejados de la costa para los pescadores que perdieron sus casas. Además, sus redes y barcos fueron reparados. Sin embargo, muchos se quejan de que su vida en el interior no tiene sentido, porque deberían vivir en la costa, donde trabajan.
Medidas preventivas
Muchos de los testigos describen los sucesos de 2004 como "inesperados". Por eso, tras la catástrofe, los gobiernos de los países afectados se han movilizado para evitar que un episodio similar vuelva a encontrarlos desprevenidos.
En 2004, los países del Índico carecían de sistemas de alerta de tsunami, dejando a los residentes costeros vulnerables y con poco tiempo para reaccionar frente a fenómenos de ese tipo. Semanas después del terremoto, se empezó a desarrollar un método de aviso, y menos de dos años después, el Sistema de Alerta contra Tsunamis (IOTWS) era capaz de notificar sobre terremotos capaces de producir olas de gran magnitud.
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Imagen aérea del memorial del tsunami en Banda Aceh, Indonesia. Foto: AFP[/caption]
El IOTWS, que reúne a casi 30 países, entró en funcionamiento en marzo de 2013, con 25 estaciones sismográficas y 6 boyas sensoras de datos.
Además, se ha hecho grandes esfuerzos para fortalecer los edificios frente a posibles terremotos y tsunamis. De hecho, el Ministerio de Obras Públicas de Indonesia creó un código de construcción para la provincia de Aceh. Sin embargo, no ha podido cumplirse como se esperaba porque algunos de los constructores locales no tienen suficiente conocimiento sobre tecnologías antisísmicas.
El archipiélago de Indonesia está situado en el cinturón de fuego del Pacífico, por lo que la región cuenta con una alta actividad sísmica. Por eso, se sigue trabajando en mejorar los protocolos de acción. "El gobierno quiere elevar los estándares de seguridad y crear conciencia en todos los sectores para preparar y proteger a las personas contra los desastres", dijo ayer el gobierno de Tailandia.