Las autoridades de Turquía han elevado a cerca de 40.000 los muertos a causa de los terremotos registrados el 6 de febrero en el sur del país, cerca de la frontera con Siria, país en el que han fallecido alrededor de 4.000 personas, según los datos oficiales.

El ministro del Interior turco, Suleyman Soylu, ha detallado que hasta la fecha se han confirmado 39.672 muertos en las diez provincias afectadas por los sismos, que han dejado además más de trece millones de damnificados.

Así, ha reiterado que la prioridad siguen siendo los esfuerzos de búsqueda y rescate, si bien el tiempo pasado desde los terremotos está reduciendo las posibilidades de seguir hallando a supervivientes entre los escombros de los miles de edificios derrumbados por los temblores.

Soylu ha subrayado que sobre el terreno se encuentran desplegados más de 264.000 trabajadores, entre servicios de búsqueda y rescate, sanitarios y agentes, antes de destacar que hay aviones, helicópteros y barcos asignados para la entrega de ayuda.

Por su parte, el ministro de Defensa de Turquía, Hulusi Akar, ha destacado que en estos momentos hay que apelar “a la unidad y la solidaridad”. “Haremos todo lo posible para sanar estas heridas”, ha explicado, según ha informado la agencia estatal turca de noticias, Anatolia.

El vicepresidente turco, Fuat Oktay, ha negado además que las tareas de búsqueda y rescate se hayan detenido y ha detallado que más de 374.000 personas han sido evacuadas ya de las regiones afectadas, entre ellas cerca de 1.600 niños no acompañados. Sin embargo, ha ensalzado que más de 950 “han sido ya reunidos con sus familias”.

Al balance de fallecidos en Turquía hay que sumar 1.414 personas muertos en las zonas de Siria controladas por el Gobierno y 2.274 fallecidos en las zonas en manos de los rebeldes, según datos de la Defensa Civil Siria, conocida como ‘cascos blancos’.

El director regional de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Rick Brennan, afirmó la semana pasada desde Damasco que el organismo calcula que al menos 9.300 habrían muerto en Siria --unas 4.800 en zonas controladas por las autoridades y 4.500 en áreas en manos rebeldes--, si bien matizó que ahora mismo no hay forma de realizar una proyección ajustada.