El gobierno turco apoya el informe de la ONU que responsabiliza al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, en el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en octubre pasado y pide ampliar las investigaciones en esta dirección.
"Respaldamos con firmeza las recomendaciones de la relatora" de Naciones Unidas para las ejecuciones extrajudiciales, Agnes Callamard, "para esclarecer el asesinato de Khashoggi y hacer rendir cuentas a los responsables", escribió el ministro turco de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu en un tuit.
https://twitter.com/MevlutCavusoglu/status/1141313601661276160
Khashoggi, columnista del The Washington Post abiertamente crítico con el régimen saudí, fue visto por última vez en el consulado saudí en Estambul el 2 de octubre, donde había sido citado para obtener los documentos que necesitaba para su boda.
Callamard, quien viajó a Turquía a principios de este año para investigar su desaparición, presentó hoy en Ginebra las conclusiones del trabajo de su equipo, según las cuales Bin Salman y otros altos cargos de la monarquía wahabí tienen responsabilidad en el crimen.
Según la relatora, hay "evidencias creíbles que ameritan una mayor investigación" sobre la responsabilidad del príncipe saudí en estos hechos "por parte de una autoridad apropiada", por lo que se demanda al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que tome cartas en el asunto.
En el documento de cien páginas, que la próxima semana será presentado oficialmente ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Callamard pide además a la comunidad internacional que aumente las sanciones contra el príncipe saudí y sus propiedades, "hasta que pueda probar que no tiene ninguna responsabilidad".
El periodista "fue víctima de una ejecución deliberada y premeditada por la que Arabia Saudita es responsable bajo las leyes internacionales en materia de derechos humanos", concluye el informe de Callamard, elaborado tras seis meses de investigaciones.
Khashoggi fue presuntamente asesinado y descuartizado por agentes saudíes en el consulado de su país en Estambul, un crimen que generó una amplia condena en la comunidad internacional.
El Gobierno de Ankara solicitó una investigación internacional del caso y juzgar en Turquía a las personas detenidas hasta ahora en Arabia Saudita.