Ucrania atacó Moscú el miércoles con al menos 11 drones que fueron derribados por las defensas aéreas, en lo que los funcionarios rusos llamaron uno de los mayores ataques con drones en la capital desde que comenzó la guerra en Ucrania en febrero de 2022.
La guerra, en gran parte una batalla de artillería y drones en los campos, bosques y aldeas del este de Ucrania, se intensificó el 6 de agosto cuando Kiev envió miles de soldados a través de la frontera hacia la región occidental rusa de Kursk.
Durante meses, Ucrania también ha librado una guerra de drones cada vez más dañina contra las refinerías y aeródromos de Rusia, el segundo mayor exportador de petróleo del mundo, aunque los grandes ataques con drones en la región de Moscú, con una población de más de 21 millones, han sido más raros.
El Ministerio de Defensa de Rusia dijo que sus defensas aéreas destruyeron un total de 45 drones sobre territorio ruso, incluidos 11 sobre la región de Moscú, 23 sobre la región fronteriza de Bryansk, seis sobre la región de Belgorod, tres sobre la región de Kaluga y dos sobre la región de Kursk.
Algunos de los drones fueron destruidos sobre la ciudad de Podolsk, dijo el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin. Esta ciudad de la región de Moscú se encuentra a unos 38 kilómetros al sur del Kremlin.
“Se trata de uno de los mayores intentos de atacar Moscú con drones”, dijo Sobianin en la aplicación de mensajería Telegram en las primeras horas del miércoles. “La defensa en capas de Moscú que se creó hizo posible repeler con éxito todos los ataques de los vehículos aéreos no tripulados enemigos”.
A lo largo de los bulevares de Moscú, los cafés, restaurantes y tiendas de la capital, que ha sido cuidadosamente aislada de la guerra, estaban abarrotados sin apenas señales de preocupación, mientras el presidente Vladimir Putin se reunía con el primer ministro chino Li Qiang en el Kremlin.
Dos ciudadanos rusos que hablaron con Reuters bajo condición de anonimato dijeron que el ataque frustrado con drones simplemente mostró lo bien defendida que estaba Moscú ahora, y que Ucrania estaba “jugando con fuego” al atacar a Rusia tanto en Kursk como en Moscú.
Mientras, Rusia avanza en el este de Ucrania, donde controla alrededor del 18% del territorio, y lucha para repeler la incursión de Kiev en la región de Kursk, el mayor ataque extranjero en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial.
Medios rusos mostraron imágenes no verificadas de drones zumbando sobre el cielo del amanecer de la región de Moscú y luego siendo derribados en una bola de fuego por las defensas aéreas.
Los aeropuertos de Moscú, Vnukovo, Domodedovo y Zhukovsky, limitaron los vuelos durante cuatro horas, pero reiniciaron sus operaciones normales a partir de las 03.30 GMT, dijo el organismo de control de la aviación de Rusia.
Sobianin dijo que, según la información preliminar, no se habían registrado heridos ni daños tras los ataques. Tampoco se reportaron víctimas ni daños tras el ataque a Bryansk en el suroeste de Rusia, escribió en Telegram el gobernador de la región, Alexander Bogomaz.
La agencia de noticias estatal rusa RIA informó que dos drones fueron destruidos sobre la región de Tula, que limita con la región de Moscú al norte. Vasily Golubev, gobernador de la región de Rostov, en el suroeste de Rusia, dijo que las fuerzas de defensa aérea destruyeron un misil lanzado por Ucrania sobre la región, sin que se reportaran heridos.
El Ministerio de Defensa ruso no mencionó ni a Tula ni a Rostov en su declaración que enumera las armas aéreas ucranianas destruidas. El Ejército de Ucrania dijo el miércoles que durante la noche atacó un sistema de misiles antiaéreos S-300 con base en la región de Rostov.
Reuters no pudo verificar los informes de forma independiente.
El ataque con drones en Moscú estuvo a la par con un ataque de mayo de 2023, cuando al menos ocho drones fueron destruidos sobre la capital, un ataque que Putin dijo que fue un intento de Ucrania de asustar y provocar a Rusia.
En Kursk, los blogueros de guerra rusos dijeron que se estaban desarrollando intensas batallas a lo largo del frente en la región donde Ucrania se ha adueñado de al menos 450 kilómetros cuadrados de territorio ruso.