El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksei Reznikov, ha anunciado que a lo largo de la semana entregará a la Administración de Estados Unidos un informe sobre el uso de las polémicas bombas de racimo que Washington suministró a Kiev a comienzos de mes.
En declaraciones concedidas durante el fin de semana a la cadena estadounidense de noticias CNN, Reznikov aseguró que Kiev enviará este informe al Pentágono “probablemente este lunes o martes”. “Informaremos sobre las consecuencias de este uso (de bombas de racimo)”, dijo.
“La próxima semana (en referencia a esta) tendré el primer informe y lo compartiré con mis socios en el Pentágono. Espero que sean más eficientes que las municiones normales”, añadió el ministro de Defensa en sus declaraciones, publicadas este lunes.
Desde Washington, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, confirmó ya la semana pasada que el Ejército ucraniano estaba usando este tipo de municiones “de manera apropiada” y “efectiva” contra Rusia.
“Las están usando apropiadamente. Los están utilizando de manera efectiva y en realidad están teniendo un impacto en las formaciones defensivas de Rusia y en las maniobras defensivas de Rusia”, manifestó Kirby ante los periodistas.
Reznikov no ha ofrecido detalles antes de que llegue el informe, pero ha dicho que espera que sean más efectivos “especialmente contra los sistemas de artillería, especialmente durante la lucha contra la batería y también serán eficientes contra los vehículos blindados de transporte de personal, para los vehículos de combate de infantería, también serán buenos contra su infantería en el campo”.
Washington confirmó a comienzos de mes que enviaría bombas de racimo a las Fuerzas Armadas ucranianas, un anuncio que despertó las críticas de Rusia y también de los aliados occidentales de Ucrania y Estados Unidos por los peligros que generan estas municiones.
Estas municiones, prohibidas en más de un centenar de países, funcionan liberando numerosas minibombas más pequeñas con un gran rango de alcance. Se teme que su uso pueda suponer el minado de grandes zonas.
Ucrania se comprometió ante Estados Unidos a usar las bombas de racimo con fines de desminado y solo contra posiciones rusas, nunca en zonas con población civil. Moscú, por su parte, desconfía de Kiev y ha acusado a Washington de cometer un crimen de guerra.