Este martes, el ministro de Defensa ruso, Igor Konashenkov, anunció que algunas unidades desplegadas en la frontera del país con Ucrania y que participaban en ejercicios militares empezarían a regresar a sus bases.
Sin embargo, ante el anuncio, el titular de Exterior de Ucrania, Dimitro Kuleba, se ha mostrado cauto sobre las informaciones llegadas desde Moscú en relación a la retirada de parte de las fuerzas rusas desplegadas cerca de la frontera.
Mediante su cuenta de Twitter, el secretario de Estado afirmó que, por principio, las autoridades ucranianas “no creen lo que oyen”, sino “lo que ven”. No obstante, agregó que “si a esas declaraciones le sigue una retirada real, creeremos que es el inicio de una desescalada real”.
A pesar del anuncio, Kuleba sigue con su agenda de contactos en busca de apoyos y esta jornada se ha reunido con embajadores de los Estados miembro de la Unión Europea. “El inquebrantable apoyo de los socios permite a Ucrania estar en una posición fuerte y preparada ante cualquier escenario”, precisó.
También, tuvo un encuentro con el ministro de Exteriores de Italia, Luigi Di Maio, cuya visita también significó una conversación telefónica entre el primer ministro italiano, Mario Draghi, y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
Reconocimientos de gobiernos separativas
Las suspicacias de Kiev en torno a las verdaderas intenciones de Moscú se han visto acrecedentadas por la iniciativa parlamentaria para instar al presidente ruso, Vladimir Putin, a reconocer a los gobiernos rebeldes en las regiones de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania.
El Ministerio de Exteriores ucraniano advirtió que este reconocimiento implicaría “una retirada deliberada (de Rusia) de los Acuerdos de Minsk”, teórica ‘hoja de ruta’ para pacificar el este de Ucrania.
“Instamos a Moscú a adoptar una posición constructiva para lograr progresos en el marco de los formatos de negociación ya existentes”, señaló en Twitter el portavoz del Ministerio ucraniano, Oleg Nikolenko.