Ucrania se negó el viernes a desmentir que hubiera realizado un ataque aéreo en territorio ruso, mientras una caravana de buses logró evacuar a algunos civiles de la ciudad ucraniana de Mariúpol, asediada y bombardeada por las tropas rusas.
El gobernador de la región rusa de Bélgorod, Vyacheslav Gladkov, afirmó que dos helicópteros ucranianos penetraron en territorio ruso y bombardearon un “depósito de gasolina” en esa ciudad, a unos 40 km de la frontera.
El ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, afirmó que no podía confirmar ni negar las informaciones de Moscú, que advirtió que esa acción podía afectar el diálogo entre Rusia y Ucrania.
Sin embargo, unas horas después, el negociador jefe del Kremlin, Vladimir Medinski, informó que las negociaciones entre ambos países se habían reanudado por videoconferencia.
Ucrania se dice dispuesta a adoptar un estatuto de país neutral y a renunciar a adherir a la OTAN, a condición de que otros países garanticen su seguridad frente a Rusia.
La agonía de Mariupol
Mariupol, un estratégico puerto sobre el mar de Azov, sigue aguardando el desenlace de complejas negociaciones para abrir un corredor humanitario por el cual evacuar a decenas de miles de civiles que viven en condiciones deplorables.
La noche del viernes, algunas personas que lograron huir de esa ciudad a Berdiansk, bajo control ruso, fueron trasladadas en buses a Zaporiyia, 200 km al noroeste, reportó un periodista de AFP en el sitio y confirmó la viceprimera ministra ucraniana, Irina Vereshchuk.
“Estoy llorando. Acabo de ver a mi nieta”, declaró Olga, quien esperaba a sus familiares en el centro para desplazados en Zaporiyia. “La familia de su madre sigue en Mariupol y no sabemos si están con vida”.
El éxito de la operación de evacuación fue una rareza en una ciudad que ha enfrentado semanas de bombardeos rusos.
El secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, el británico Martin Griffiths, estará el domingo en Moscú para tratar de asegurar un “alto el fuego humanitario” en Ucrania, anunció este viernes el jefe de la ONU, Antonio Guterres.
Mariupol ha sido reducida a escombros. Solo allí han muerto 5.000 personas, según las autoridades ucranianas, y decenas de miles de civiles malviven escondidos en sótanos, sin apenas luz, comida, agua o medicina.
Tras cinco semanas de guerra, cuatro millones de personas -el 90% mujeres y niños- han huido de Ucrania, que además tiene casi 6,5 millones de desplazados internos, según la ONU.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que inicialmente consideraba iniciar el operativo este viernes, indicó que su equipo no consiguió llegar a la ciudad ni “facilitar un paso seguro” para los civiles, pero que volverá a intentarlo el sábado.
“Hay muchas partes en acción y no están resueltos todos los detalles para estar seguros de que esto tendrá lugar con la seguridad adecuada”, explicó previamente la entidad.