Ucrania siguió bombardeando el miércoles con misiles y drones la región fronteriza rusa de Kursk, mientras Kiev afirmaba haber logrado nuevos avances territoriales en una incursión que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó de “verdadero dilema” para el líder del Kremlin. Cuatro misiles lanzados por Ucrania fueron destruidos sobre Kursk y toda la región estuvo bajo alerta aérea de forma intermitente durante la mayor parte de la noche, según dijo a primera hora del miércoles su gobernador regional en funciones.
Kiev dijo el martes que había tomado el control de 74 asentamientos en Kursk, una semana después de que miles de soldados ucranianos lanzaran un sorprendente ataque a través de la frontera rusa. El relato de Ucrania ha chocado con las afirmaciones de Rusia de que las tropas de Kiev habían sido detenidas y los ataques habían sido repelidos en aldeas situadas a unos 26 ó 28 kilómetros de la frontera.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que el ataque tenía como objetivo mejorar la posición de Kiev ante posibles negociaciones y frenar el avance de Rusia en el frente. La incursión ha cambiado repentinamente la dinámica de la guerra, que Moscú inició con su invasión a gran escala de Ucrania en 2022, dando al presidente Volodímir Zelenski las primeras victorias significativas tras meses de constantes avances territoriales de Moscú en Ucrania.
Biden, en sus primeros comentarios sustantivos, dijo que Washington está en contacto constante con Kiev sobre la operación, aunque la Casa Blanca dijo anteriormente que no participaba en ningún aspecto de la planificación o preparación. “Está creando un verdadero dilema para Putin”, dijo Biden.
Un bloguero militar ruso cercano al Ministerio de Defensa que responde al nombre de “Rybar” dijo en la aplicación de mensajería Telegram que las fuerzas ucranianas estaban atacando en varias zonas a la vez. Las tropas rusas estaban “inmovilizando” a los soldados de Kiev, golpeando su arsenal, mientras llegaban refuerzos. El gobernador en funciones de Kursk, Alexei Smirnov, afirmó en Telegram que los soldados rusos estaban “luchando hombro con hombro” por la victoria en lo que el Kremlin denomina una “operación militar especial” contra Ucrania.
No estaba claro qué bando controlaba la ciudad rusa de Sudzha, a través de la cual Rusia suministra gas desde Siberia Occidental a través de Ucrania hasta Eslovaquia y otros países de la Unión Europea. Gazprom dijo el martes que seguía bombeando gas a Ucrania a través de Sudzha. Aunque algunos responsables estadounidenses dijeron que Washington todavía está tratando de averiguar qué está haciendo exactamente Kiev, otros dijeron que el objetivo parece ser obligar a Rusia a retirar a sus efectivos de Ucrania para defender el territorio ruso.
Zelenski dijo que las fuerzas de Kiev habían reunido a prisioneros de guerra rusos que podrían ser canjeados por combatientes ucranianos capturados, aludiendo a lo que describió como un “fondo de intercambio” en aumento. A través de una videoconferencia, el líder ucraniano pidió a su máximo comandante, Oleksandr Sirski, que desarrollara los próximos “pasos clave” de la operación. Sirski respondió: “todo se está ejecutando según el plan”.
En las Naciones Unidas, Rusia llamó la atención a los aliados de Kiev por no condenar la incursión. El miércoles, el gobernador de otra región fronteriza rusa, Bélgorod, al sur de Kursk, declaró el estado de emergencia, señalando los continuos ataques de las fuerzas ucranianas. Dijo que pedirá a Moscú que declare una situación de emergencia federal. “La situación en la región de Bélgorod sigue siendo extremadamente difícil y tensa”, dijo el gobernador, Viacheslav Gladkov, en un vídeo publicado en la aplicación de mensajería Telegram.