El presidente francés, Emmanuel Macron, mantuvo este lunes 26 de agosto unas conversaciones poco habituales con la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, mientras el estancamiento político tras las elecciones anticipadas del pasado julio intensifica la presión para que nombre un nuevo primer ministro.
A la salida de la reunión, Le Pen expresó que pidieron al mandatario ser “respetuoso con los 11 millones de franceses que votaron por Agrupación Nacional”, ya que, en su opinión, “la forma en que han sido tratados en las últimas semanas es inaceptable”.
Previo al encuentro, como parte de las consultas políticas iniciadas por Macron desde el pasado viernes 23 de agosto, miembros del movimiento ultraderechista Agrupación Nacional acusaron a Macron de “bloquear” Francia y advirtieron que censurarían un eventual gobierno de izquierda.
Si bien la coalición izquierdista Nuevo Frente Popular (NFP) obtuvo el primer lugar en los comicios y presiona para que el nuevo premier del país proceda de esa fuerza política, ninguna bancada obtuvo la mayoría absoluta de la Asamblea Nacional.
“A fuerza de pequeñas negociaciones (...) Hoy llegamos a un país ingobernable cuando nunca habíamos necesitado tanto un gobierno fuerte (...) Francia está sufriendo y el presidente está jugando con las instituciones”, acusó el portavoz y diputado de Agrupación Nacional, Laurent Jacobelli.
El primer ministro, Gabriel Attal, dimitió tras las elecciones del pasado julio, pero continúan en sus funciones de forma provisional, a petición de Macron, quien promete que nombrará un sustituto al final de las consultas en curso.
“No habrá mayoría para apoyar a un gobierno (...) El Presidente de la República ha creado una trampa que se le ha cerrado, a él le corresponde encontrar la solución”, por ejemplo gobernando mediante referendo, añadió Jacobelli.
Por su parte, el diputado de la bancada de ultraderecha, Sébastien Chenu, aseguró que su partido censuraría cualquier gobierno que quisiera aplicar el programa de la izquierda, incluidos o no ministros del Francia Insumisa.
Las advertencias de la ultraderecha se produjeron después de que, el fin de semana, Jean-Luc Mélenchon, líder de Francia Insumisa, partido considerado de extrema izquierda y que forma parte del NFP, afirmara que está dispuesto a apoyar un gobierno de izquierda aun cuando no esté conformado por miembros de su bancada. Y es que en reiteradas ocasiones, como se observó durante la campaña electoral, Macron hizo un llamado a los votantes a no optar por los extremos, tanto en referencia a Agrupación Nacional, como al partido de Mélenchon.
Horas después de estas declaraciones, Le Pen, acompañada por el presidente de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, ingresaron por una entrada trasera del palacio del Elíseo en París antes del inicio de la reunión con el jefe de Estado. Se trata de los últimos líderes políticos recibidos por Macron, en medio de las conversaciones, después de que el pasado viernes el mandatario sostuviera encuentros con los líderes del resto de fuerzas políticas, incluido el Nuevo Frente Popular.
¿Cómo llegó Francia al estancamiento para nombrar un nuevo gobierno?
Emmanuel Macron convocó a elecciones legislativas anticipadas tras el batacazo de su partido centrista, Renacimiento, en las elecciones al Parlamento Europeo.
Aunque no era legalmente obligatorio disolver la Asamblea y llamar a comicios, el presidente tomó la decisión al asegurar que era necesario “aclarar” el panorama político en su país.
Pero los comicios en dos rondas, el pasado 30 de junio y el 7 de julio, no lograron sacar a Francia del punto muerto en el que ya se encontraba en un Parlamento sin mayoría absoluta y que había visto al bando del mandatario dirigir un gobierno minoritario desde 2022.
En cambio, la Asamblea Nacional, la Cámara Baja y con grandes facultades en el país, está dividida en gran medida entre tres bloques: la alianza Nuevo Frente Popular (NFP), de partidos de izquierda, con 193 escaños, seguida por los partidarios del presidente con alrededor de 160 y la ultraderechista Agrupación Nacional con 140.
Ninguno se acerca a la mayoría absoluta de 289 diputados en la Asamblea, de un total de 577 escaños.
Desde que culminaron las legislativas, la izquierda ha presionado para que Macron nombre a uno de los suyos como primer ministro, al señalar que el puesto les corresponde a ellos por haber ocupado el primer lugar en las votaciones.
De hecho, nombraron como su candidata a primera ministra, a la economista y funcionaria pública de 37 años, Lucie Castets.
Pero el presidente ya se rehusó a su designación para el cargo, al insistir en que NFP no tiene la mayoría absoluta y optó con la actual serie de consultas.
Macron ha retrasado el nombramiento de un nuevo gobierno, pero el margen de dilación para tomar esa decisión se agota, con la fecha límite para presentar un proyecto de presupuesto para 2025, en un gobierno fuertemente endeudado, a poco más de un mes, el próximo 1 de octubre.