El motor derecho de un Boeing 787-9 Dreamliner operado por la aerolínea china Hainan Airlines se incendió esta mañana poco después de despegar del aeropuerto Fiumicino (también conocido como Leonardo da Vinci) de Roma, informaron un funcionario del aeropuerto italiano y la Guardia Costera.

Según informaron varios testigos presentes cerca del aeropuerto, durante la fase de despegue se escucharon algunas explosiones, aparentemente provenientes del motor derecho del avión. El comandante del vuelo, tras haber descubierto la anomalía, decidió invertir el rumbo y regresar a Fiumicino, según el periódico italiano Castelli Notizie.

Para reducir la carga de combustible antes del aterrizaje, el avión realizó varias vueltas sobre el mar, una maniobra habitual en tales circunstancias. Gracias a eso, el vuelo HU438, con destino a la ciudad china de Shenzhen con 249 pasajeros y 16 miembros de la tripulación, dio media vuelta y aterrizó sano y salvo.

Un Boeing 787 de Hainan Airlines regresa a Roma tras incendiarse un motor

La Autoridad Portuaria de Roma alertó inmediatamente a los servicios de emergencia, preparando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad del vuelo de regreso. La gestión del accidente contó con una cuidadosa coordinación entre la tripulación del vuelo, las autoridades del aeropuerto y los servicios de emergencia, que estaban alerta ante una posible situación crítica.

No se produjeron retrasos en el tráfico aéreo en Fiumicino, según el responsable del aeropuerto. La Guardia Costera italiana informó en un comunicado que el avión fue aparentemente golpeado por un pájaro. Los choques con aves son habituales y pueden suponer una amenaza importante para la seguridad de las aeronaves.

Según el procedimiento, después de haber realizado varias vueltas sobre el mar para descargar parte del combustible, el avión aterrizó a las 11.06 horas en Leonardo da Vinci, donde mientras tanto se habían adoptado las oportunas medidas de emergencia ecológicas, según informó el diario italiano Messaggero Veneto.

Ningún pasajero reportó problemas de salud ni experimentó momentos de pánico. El estrecho seguimiento de la situación por parte de la tripulación ayudó a mantener la calma entre los pasajeros. Tras el aterrizaje, los procedimientos de seguridad comenzaron sin problemas, mientras el personal de tierra asistía a los viajeros, según el portal de noticias italiano Gaeta.