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“Un último adiós a la multitud que tanto amaba”: cómo fue la última Semana Santa del Papa Francisco

Los últimos días del Pontífice estuvieron cargados de eventos relativos a la Semana Santa, y aunque no pudo participar en todos por sus problemas de salud, se vio activo e incluso se reunió con el vicepresidente de Estados Unidos.

El Papa Francisco en el balcón central de la Basílica de San Pedro durante el Domingo de Resurrección. Foto: Vatican Media

El Papa Francisco falleció un lunes de Pascua. En los últimos días antes de su muerte, el líder religioso de 88 años apareció en público en variadas ocasiones, llegando a hacer especular sobre la mejora de su salud. El Domingo de Pascua impartió la bendición Urbi et Orbi (A la ciudad y al mundo) en la Plaza de San Pedro, y aunque se veía débil, la noticia de su muerte sorprendió la mañana siguiente.

Desde febrero, y durante las cinco semanas que duró su hospitalización, el mundo entero estuvo pendiente de su frágil e incierto estado de salud. Pero este lunes por la mañana la noticia de su muerte conmocionó a la Iglesia.

El Papa Francisco, convaleciente por una infección respiratoria, apareció por sorpresa el 10 de abril en la basílica de San Pedro, que recorrió en su silla de ruedas ataviado con un poncho.

Justo en lunes de Pascua, Francisco falleció a las 7:35, siendo su muerte anunciada por la Santa Sede dos horas después. Había pasado 38 días ingresado en el Hospital Gemelli de Roma durante febrero y marzo, debido a una neumonía bilateral. Recientemente había regresado a su residencia en el Vaticano: la casa de huéspedes Santa Marta, cerca de la Basílica de San Pedro, a la que volvió el 23 de marzo, cuando fue dado de alta.

Al mediodía de este Domingo de Pascua y ante 35.000 personas en la Plaza de San Pedro, Francisco impartió la bendición Urbi et Orbi. Su voz se sentía muy débil, y no lograba pronunciar más de dos frases. Un clérigo leyó su mensaje de Pascua mientras el Pontífice permaneció sentado tranquilamente en una silla de ruedas. Después fue llevado por la plaza en un papamóvil descubierto.

En palabras del periodista belga Bosco d’Otreppe, que sigue la actualidad religiosa para el medio La Libre, se trató de “un último adiós a la multitud que tanto amaba”. “El Papa apareció brevemente este domingo en el balcón de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, cansado, apagado, con la mirada vacía. También lo llevaron hasta donde se encuentran las decenas de miles de personas reunidas en la plaza para un último baño de masas”, escribió el reportero en una editorial.

Esta foto, tomada y distribuida el 4 de abril de 2025 por The Vatican Media, muestra al Papa Francisco durante una aparición sorpresa al final de una misa por los enfermos y el personal sanitario, en el marco del Año Jubilar en el Vaticano. Foto: AFP HANDOUT

Previamente, a las 11.30 del Domingo de Pascua y poco antes de su última aparición pública, Francisco recibió al vicepresidente católico estadounidense, J. D. Vance, para unos minutos de conversación en su residencia. Este sería el último invitado de Estado procedente del extranjero.

Curioso símbolo de los últimos días de la vida de Francisco, el encuentro puso en la mesa a dos católicos con dos visiones totalmente distintas de su fe, particularmente en temas de inmigración y ecología. “Sin embargo, encarnaba los nuevos equilibrios mundiales, los trastornos geopolíticos que preocupaban a Francisco. Su encuentro fue pues el saludo definitivo entre dos mundos, dos concepciones de fronteras, de identidad, de naciones. Dos conceptos que estarán en el centro de los temas que atravesará el próximo pontificado”, indicó al respecto D’Otreppe.

El Sábado Santo, antes de la Vigilia Pascual, el Papa fue trasladado en silla de ruedas a la Basílica de San Pedro, para realizar una breve oración. No estuvo presente en la misa más importante de la Vigilia Pascual, y la ceremonia fue celebrada por el italiano Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio.

Aunque Francisco no presidió la misa de Pascua, sí hizo una aparición sorpresa para bendecir a los creyentes. Francisco supervisó una bendición en latín desde el balcón de la logia de la basílica, antes de dar una vuelta por la plaza en el papamóvil. Mientras Francisco deseaba a la bulliciosa multitud una feliz Pascua, fue recibido con vítores de “Viva il Papa!” y “¡Bravo!”.

El Papa Francisco falleció a las 7:35, siendo su muerte anunciada por la Santa Sede dos horas después.

El Papa se había ausentado del Vía Crucis del Viernes Santo, siendo representado por cardenales de alto rango. Ya había faltado a esta devoción el año anterior debido a su precaria salud. El Vía Crucis, que tiene lugar en el Coliseo Romano, que se cree fue lugar de martirio para los primeros cristianos, es una recreación de la muerte de Jesús.

Francisco escribió personalmente las meditaciones de este año, siendo así las primeras en sus 11 años de papado. Estas incluyeron alabanzas a la mansedumbre y al perdón en respuesta a actos de maldad, y oraciones por los cristianos perseguidos y las víctimas de guerra. El Papa, quien había pedido que la Iglesia fuera menos machista, también elogió a las mujeres que ayudaron a Jesús mientras cargaba la cruz y abogó por “aquellas que en nuestros días son explotadas y sufren injusticia e indignidad”. “La economía de Dios no mata ni aplasta”, señaló también en sus meditaciones.

Papa Francisco lavando los pies de 12 reclusas. Foto: Archivo

Como cada año, Francisco visitó en Jueves Santo una cárcel poco antes de la Pascua. Fue trasladado a la prisión Regina Coeli en Roma, donde fue recibido con aplausos por unos 70 reclusos. Les dijo que aún quería estar con ellos y “hacer lo que Jesús hizo el Jueves Santo”.

El Papa Francisco, indican los medios, lucía bien en ese entonces, y lavó y besó los pies de 12 reclusas el jueves, en un ritual tradicional para los pontífices. Francisco viajó a la prisión de Rebibbia, en una zona deteriorada a las afueras de Roma, para presidir la misa de Jueves Santo ante decenas de reclusos, guardias, capellanes y funcionarios reunidos en un área al aire libre del sector femenino.

Vale la pena recalcar que el hecho de lavar pies de mujeres es, en sí, una innovación propia de Francisco, que cambió normas eclesiásticas para incluirlas oficialmente en la ceremonia. Su predecesor, Benedicto XVI, solo lavaba los pies a los hombres, y más tarde pasó a lavar únicamente los pies de los sacerdotes.

Al respecto, el medio NewsNation indicó: “El hecho de que el Papa de 88 años acudiera a la cita, aun cuando estaba bajo órdenes médicas de tomarse las cosas con calma y evitar las multitudes, fue una clara señal de la importancia que concede al ministerio carcelario y la necesidad de que los sacerdotes sirvan a los más marginados”. A la salida de la prisión, Francisco habló con los reporteros y dio su primera declaración no pautada desde que salió del hospital, asegurando: “Cada vez que entro a estos lugares me pregunto: ¿por qué ellos, y no yo?”.

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