Una Corte Suprema a la medida de Donald Trump

Donald Trump

La jubilación del juez Kennedy permite al mandatario nominar al sucesor y modelar según su visión al tribunal, que quedaría con mayoría conservadora.


La jubilación anunciada esta semana por el juez Anthony Kennedy de la Corte Suprema de Estados Unidos desató una suerte de guerra política de la que el Presidente Donald Trump podría salir victorioso. Kennedy ha sido el "voto decisivo" o "del desempate" en los fallos divididos ideológicamente entre los nueve jueces: cinco conservadores y cuatro progresistas. Así, la salida de Kennedy, un conservador centrista, el próximo 31 de julio permite a Trump designar al sucesor para este cargo vitalicio e inclinar la balanza hacia los republicanos, afianzando la línea conservadora en el tribunal más importante del país por los próximos años.

El legado de Kennedy, que lo volvió un icono para la comunidad gay tras votar a favor del matrimonio homosexual en 2015 y reafirmar el derecho al aborto en 1992 tras el caso Roe vs Wade en 1973, podría desaparecer con su sucesor.

Trump aseguró que comenzaría "inmediatamente" a buscar al sustituto y que "será alguien de la lista" publicada de 25 candidatos con perfiles ultraconservadores, contrarios al aborto y favorables al derecho de portar armas, según EFE.

Los demócratas prometieron enfrentar a cualquier nominado republicano, precisamente, por el nuevo debate sobre el aborto que enfrentará ahora el país. "Mientras (Kennedy) estuvo en la cancha, los provida sabían que la Corte continuaría reconociendo alguna forma de derecho al aborto. Ahora hay miedo; en Twitter las mujeres dicen que están acumulando anticonceptivos por si la ley cambia", señaló a La Tercera Mary Ziegler, profesora de derecho de la Universidad de Florida.

El nominado de Trump podría llegar antes de las elecciones legislativas en noviembre. La decisión debe ser aceptada por mayoría de votos en el Senado, donde los republicanos tienen 51 escaños frente a 49 de los demócratas.

Los demócratas podrían hacer un bloqueo parlamentario en el que se aplaza la nominación por las elecciones, como ocurrió en 2016, cuando los republicanos negaron A Barack Obama la oportunidad de nombrar al sucesor del juez conservador Antonin Scalia tras su fallecimiento. Así, Trump al llegar a la Casa Blanca nombró a Neil Gorsuch en el cargo y pronto nombrará a su segundo miembro de la Corte Suprema, lo que supondrá concretar su legado a un nivel insospechado en la sociedad estadounidenses.

En medio de esta tormenta, la prensa local especula que la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg, de 85 años, también podría dejar su cargo.

La inclinación conservadora en el alto tribunal tuvo tres consecuencias claras esta semana. El martes, los jueces validaron el veto migratorio de Trump que obstaculiza el ingreso de los ciudadanos de siete países de mayoría musulmanes. También fallaron a favor de las agrupaciones antiaborto en California y el miércoles decidieron que los aportes en los sindicatos públicos son inconstitucionales si los empleados no lo consienten formalmente.

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