Mientras el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva transita por una delgada línea que amenaza con poner fin a su larga carrera política, cárcel incluida, el panorama electoral en Brasil se ha modificado en las últimas semanas. Así, las distintas fuerzas políticas han reacomodado sus estrategias de cara a los comicios presidenciales de octubre.
Además de los candidatos ya definidos, una danza de nombres comienza a perfilarse de cara al 15 de agosto, plazo final para inscribir las candidaturas que estarán en competencia para llegar al Palacio de Planalto.
Y en ese escenario, el complejo panorama judicial de Lula es una de las pocas "certezas" que tienen hoy los brasileños. Según las encuestas, Lula lidera todas las encuestas. A comienzos de marzo, un sondeo realizado por la Confederación Nacional del Transporte (CNT) y la empresa de investigación MDA reveló que Lula ganaría la primera vuelta con un 33,4%. Y en el balotaje, el exmandatario se impondría a todos sus hipotéticos rivales.
Sin embargo, el sondeo de CNT/MDA también hizo una proyección de cómo sería la elección sin Lula. En ese caso, el nombre del diputado de ultraderecha del Partido Social Liberal (PSL), Jair Bolsonaro, lidera las encuestas en todos los escenarios para la primera vuelta, promediando un 20%.
Detrás de Lula y Bolsonaro, aparecen la ecologista Marina Silva (Red); el gobernador del estado de Sao Paulo, Geraldo Alckmin; el ex gobernador de Ceará, Ciro Gomes, el senador Álvaro Dias e incluso el expresidente Fernando Collor de Mello, aunque ninguno de ellos alcanza el 10%.
Según la prensa brasileña, más allá de las encuestas, el gobierno baraja dos cartas para la contienda: el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, y el propio Presidente Michel Temer. De acuerdo con O Globo, "la idea de Temer es probar las alternativas de los dos nombres para la elección y trabajar para una plataforma del "candidato del gobierno", independiente de quien sea. Según sus aliados, la estrategia será la defensa de Temer y del gobierno, pero basada en dos pilares: los buenos resultados de la economía y el "coraje" de atacar el problema de la seguridad".
¿Temer candidato?
Aunque Temer ha dicho que no será candidato, en los últimos días ha variado su discurso con miras a defender lo que llama "el legado de su gobierno". En una entrevista publicada por la revista Istoé, afirmó que "recuperé un país que estaba quebrado. Me enorgullece lo que hice y necesito mostrar lo que se está haciendo. Si no tengo una tribuna, lo que sucederá es que los candidatos saldrán a golpearme. Sería una cobardía no ser candidato".
Meirelles, en tanto, no esconde su deseo de candidatearse. El ministro, que la próxima semana dejará su cargo, se apoya en los logros económicos que impulsa desde la cartera de Hacienda. Sin embargo, el problema de ambos es su escasa popularidad y la necesidad de salir a lograr acuerdos con otros precandidatos de su sector político.
Para la columnista del diario O Estado de Sao Paulo, Andreza Matais, Temer "buscará apoyo a su candidatura en partidos que hoy conversan con los presidenciables Jair Bolsonaro, Rodrigo Maia y Flávio Rocha", propietario de la red de multitiendas Riachuelo y recientemente anunciado como precandidato.
Según los números proporcionados por CNT/MDA, Temer alcanza por ahora apenas un 0,9% de respaldo electoral y un rechazo de 88% de los encuestados, quienes aseguraron que no votarían por él "de ninguna manera". Para el analista de la Universidad de Sao Paulo (USP), Rafael Duarte Villa, "no hay posibilidades de tomar en serio a Temer. No hay ninguna posibilidad de que tenga al menos una figuración electoral razonable".
La izquierda tampoco tiene un escenario fácil y la opinión de Duarte Villa, ante la posibilidad de que Lula no pueda competir, es que "igual lanzará un candidato y va a polarizar el escenario con una coalición de centroizquierda".
Según dijo a La Tercera este experto, "no hay candidato de izquierda para sustituir a Lula, pero él puede potenciar uno. Lula podría optar por apoyar a Ciro Gomes, quien también es precandidato por un sector de izquierda. En realidad, la única oportunidad que tiene Ciro es que Lula decida apoyarlo. La otra opción de Lula es apoyar a un candidato interno del PT. En ese caso, lo más probable es que Lula y el PT se inclinen por Fernando Haddad, exalcalde de Sao Paulo, que cuenta con el aval de haber realizado un buen trabajo en esa alcaldía y también cuando estuvo al frente del Ministerio de Educación en el propio gobierno de Lula. Además , por lo menos hasta este momento, a Haddad no se le conocen incursiones en actos de corrupción".
A su vez, se estima que el financiamiento de las campañas será otro factor relevante. Para esta elección, las siglas cuentan con una nueva disposición que determina la ausencia de un límite para el autofinanciamiento, sumado a la prohibición de recibir donaciones por parte de las empresas.
De esta forma, "políticos con mayor patrimonio personal pasan a ser un activo electoral" para los partidos, dijo O Estado.