El 14 de septiembre de 2000 marcó un hito en la historia reciente de Perú. Ese día se difundió un video en el que el entonces asesor presidencial de Alberto Fujimori (1990-2000), Vladimiro Montesinos, aparecía entregando dinero al congresista opositor Alberto Kouri, en la sede del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), para que aceptara pasarse a las filas del fujimorismo.
La revelación del soborno desató un escándalo político titánico, al punto que poco después forzó a Fujimori a renunciar a la Presidencia desde Japón. El hombre fuerte del régimen fujimorista había armado una enorme red de espionaje y de corrupción, con coimas y amenazas permanentes a figuras influyentes del país. Así, puso bajo su telaraña a jefes de las FF.AA, oficiales de la policía, políticos, jueces, fiscales, abogados, funcionarios públicos, ministros, empresarios y periodistas, principalmente a través de la extorsión.
Este oscuro capítulo ha sido ahora llevado al cine por el director Eduardo Guillot, que mañana estrenará una película que lleva por nombre Caiga Quien Caiga. "Es un tema que siempre me ha apasionado, el tema que enfrenta al débil contra todo el aparato y logra llegar a algo. De eso se trata, de David y Goliat. Del doctor (José) Ugaz (fiscal que investigó el caso) frente a un aparato que se había montado hace muchos años, que había copado todos los poderes del Perú", explicó Guillot a La Tercera.
La cinta, basada en un libro de Ugaz sobre el fujimontesinismo, ha incomodado a sus protagonistas. De hecho, el exfiscal denunció que Guillot recibió una carta notarial de Montesinos -que desde 2001 se encuentra en la cárcel por lavado de dinero, tráfico de influencias, entre otros delitos- conminándolo a que no estrene la película porque afecta su derecho a la intimidad y su imagen. Mientras que la presentadora de televisión Laura Bozzo, acusada de recibir US$ 3 millones de Montesinos, también apuntó al director.
"La película se basa en mi libro, que es una crónica sobre la corrupción de Fujimori y Montesinos. Esto es un ejercicio de la memoria, para que las nuevas generaciones sepan los graves hechos que ocurrieron y que éstos no vuelvan a repetirse", complementa el propio José Ugaz a La Tercera.
"El filme ha causado polémica porque tocamos un tema de nuestra historia oscura. Recibimos amenazas de dos personajes que fueron muy conocidos. Uno de ellos es Laura Bozzo y Montesinos. Cartas notariales, amenazas de parar la película, de hacer una demanda millonaria contra la productora, contra mí, denuncias penales", afirmó Guillot.
Para la periodista y autora peruana, Paola Ugaz, que cubrió el caso para la revista Caretas, "la película se estrena en un momento clave, porque estamos viendo que 18 años después, nos vuelve a recordar como una cachetada que realmente no se hizo nada en términos de instituciones para limpiar el sistema. Lo que se hizo tras los vladivideos, aparte de decir qué horror y varias marchas, al final los políticos y los mismos magistrados se volvieron a acomodar y volvieron a implementar este mecanismo corrupto que hace que nuestro país cada cierto tiempo vuelva como una especie de limpieza de desagüe".
En la misma línea, el exministro del Interior peruano, Fernando Rospigliosi (2001-2002) señaló que al igual que en el período de los "vladivideos", "la situación política está muy polarizada en Perú". "El fujimorismo tiene una mayoría en el Congreso, que es una institución desacreditada, a raíz de la destitución de Pedro Pablo Kuczynski y la labor que desempeñaron los fujimoristas en esto. En medio de estas circunstancias estrenan esta película. La corrupción está extendida en todas las instituciones y no es patrimonio solamente del fujimorismo", señaló.