El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, declaró ayer emergencia pública en partes de Brooklyn en respuesta a un brote de sarampión, lo que obliga a las personas a vacunarse en áreas afectadas o de lo contrario podrían enfrentarse a multas.
El mayor brote de sarampión en la ciudad desde 1991 se ha limitado en buena parte a la comunidad judía ortodoxa de Williamsburg, en Brooklyn, donde se han confirmado 285 casos desde octubre, dijo De Blasio. "Este es el epicentro de un brote de sarampión que es muy, muy preocupante y debe afrontarse de inmediato", afirmó.
La enfermedad puede expandirse rápidamente y puede ser fatal, pero no ha habido casos confirmados de muerte hasta el momento, dijeron funcionarios. El brote es parte de una reaparición extendida de la enfermedad en Estados Unidos, donde se han detectado 465 casos en 19 estados en lo que va del año. Las personas que no hayan recibido dosis de vacunas contra sarampión, paperas o rubiola, o no puedan ofrecer evidencia de que están inmunes, como haber padecido anteriormente de sarampión, podrían tener que pagar una multa de hasta US$ 1.000.