En enero pasado, durante la conferencia de prensa en el avión de regreso de la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá, una periodista francesa le preguntó al Papa Francisco si tenía previsto revisar el celibato sacerdotal. "Prefiero dar la vida antes que cambiar la ley del celibato", respondió el Pontífice, citando unas palabras del Papa Pablo VI.
De ahí el impacto generado por el documento revelado este lunes por el Vaticano, el cual sostiene que la Iglesia Católica debería considerar ordenar sacerdotes a hombres mayores casados en áreas remotas de la Amazonía, un cambio histórico que algunos expertos estiman podría allanar el camino para su uso en otras zonas donde el clero es escaso.
Y no solo eso. La recomendación, que forma parte del documento "Instrumentum laboris" preparado por el Vaticano para el sínodo de obispos de la Amazonía, fijado para octubre en Roma y que contará con la presencia del Papa, también prevé algún tipo de "ministerio oficial" para mujeres en la región, pero sin entrar en detalles.
Si bien el documento de trabajo de 147 puntos afirma que el celibato "es un don para la Iglesia", en su punto 129 pide que "para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana".
Así, según el portal español Religión Digital, el Vaticano "dio el primer paso oficial para flexibilizar el celibato en términos muy precisos", a través de la ordenación de los denominados viri probati, como se conocía históricamente a los hombres casados con funciones sacerdotales. En el caso de las zonas más alejadas de la Amazonía su aporte sería clave, ya que se estima que hay un sacerdote por cada 10.000 católicos.
"Es evidente que se trata de una apertura histórica en un tema no dogmático, como el celibato de los curas, pero que durante siglos la jerarquía se negó revisar. Al final del proceso, la Iglesia no tendrá más remedio que abrir su clero al celibato opcional, so pena de que sus comunidades se queden sin sacramentos por falta de curas", comenta a La Tercera José Manuel Vidal, vaticanista español y director de Religión Digital.
Pero el tema genera debate en el Vaticano. El cardenal Beniamino Stella, prefecto de la Congregación del Clero, ha asegurado que el tema debe ser "evaluado con atención y sin cerrazón ni rigidez".
En cambio, el cardenal Robert Sarah, uno de los preferidos en el sector ultra para el próximo cónclave, advierte que la ordenación de viri probati es una "violación a la tradición apostólica".
Con todo, Vidal recuerda que "ya hay numerosos casos de curas católicos casados". Entre ellos se cuentan los sacerdotes católicos casados del rito oriental, que proliferan, por ejemplo, en Ucrania.
También es el caso de los sacerdotes casados anglicanos que, en tiempos de Benedicto XVI, fueron acogidos como curas en la Iglesia Católica.
El documento también sugiere "promover vocaciones autóctonas de varones y mujeres", al tiempo que insta a los obispos a "identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan en la iglesia amazónica".
Al respecto, Vidal es menos optimista. "Creo que, en el caso del eventual acceso de la mujer al altar, Roma irá con más cuidado, porque se trata de un tema que produce resquemor e indignación en la parte más rigorista de la Iglesia", comenta. "A mi juicio, el ministerio oficial de la mujer que se comenzará a introducir poco a poco en la Amazonía será el del diaconado. Pero, también en este tema, una vez abierto un boquete, la riada del acceso de la mujer al sacerdocio será imparable", asegura.