En vísperas de la entrada en vigor de la reconversión monetaria anunciada por el gobierno de Nicolás Maduro, las dudas y la incertidumbres reinaban en Venezuela.
Si bien desde el Ejecutivo decretaron feriado laboral para el lunes a fin de dar inicio a la adaptación del complejo proceso, la banca electrónica suspenderá sus operaciones a partir de mañana para ajustar sistemas y plataformas. El cambio fue anunciado en marzo, pero tuvo que ser postergado en dos ocasiones.
Mientras la mayoría de los expertos señala que las medidas de la administración chavista son insuficientes para corregir los desequilibrios económicos, la población intenta comprender los cambios que se aplicará a la nueva familia de billetes.
A partir del lunes se eliminarán cinco ceros al cono monetario vigente. Es decir, el billete de 100.000 bolívares se convertirá en 1 bolívar soberano. Lo mismo ocurrirá con todos los valores del dinero y precios de productos. Desde la otra semana circularán billetes de 2, 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 bolívares soberanos. Actualmente rigen billetes desde 1.000 a 100.000 bolívares. Mientras, la nueva moneda coexistirá con el efectivo antiguo. De esta manera, un billete de 1.000 bolívares será igual a 0,01 céntimos de bolívar soberano.
Al referirse la noche de este viernes al tema, Maduro anunció también una reforma tributaria que grava en 4 puntos porcentuales el impuesto a los bienes suntuarios, así como también anticipó un tributo a "las grandes transacciones financieras", que iría del 0% al 2%.
Críticas y polémicas
Las protestas de gremios en las principales calles, largas filas para adquirir productos básicos y gasolina (ver recuadro), se han intensificado.
"El único beneficio que va a traer es simplificar las transacciones", dijo a La Tercera el experto venezolano Miguel Velarde y agregó que "en términos reales no hay ningún efecto positivo contra los dos problemas más importantes, que son la hiperinflación y la pérdida del poder adquisitivo, porque todos los precios como los billetes pierden cinco ceros".
Bajo la administración de Hugo Chávez se restaron tres ceros al bolívar. Otro problema que denota el nuevo proceso de reconversión monetaria es el déficit de efectivo. La dificultad para conseguir billetes ha motivado la aparición de especuladores que venden bolívares a precios que muchas veces duplican su valor.
Los venezolanos ya hacen sumas y restas mentales para acomodarse a la nueva fórmula. Por ejemplo, un producto que hoy cuesta 2.000.000 de bolívares, como un café pequeño, será equivalente a 20 bolívares soberanos. Pero la falta de alimentos y pérdida de poder adquisitivo seguirán siendo sus principales dolores de cabeza.
La canasta básica tendrá desde el lunes un valor de 2.960 bolívares. Considerando que el sueldo mínimo es de 51 bolívares, senecesitaría 58 salarios básicos para adquirirla. Ante ello, Maduro salió anoche a anunciar que el alza del salario mínimo equivaldría a 35 veces su valor actual.
Según France Presse, en Zulia el cambio de billetes llega en medio de una grave crisis eléctrica, que ha dejado sin servicio a algunos sectores por más de 160 horas continuas. En San Cristóbal, en tanto, muchos negocios cerraron por la incertidumbre.
Problemas de confianza
"Un programa de ajustes tiene efectos secundarios y no hay forma de evitarlos, sólo atenuarlos", señaló a La Tercera el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León.
Los expertos coinciden en que la falta de confianza vuelve a transformarse en uno de los principales talones de aquiles para solucionar los problemas de Venezuela. "Si no hay confianza de los agentes económicos, la probabilidad de éxito se restringe y el resultado probablemente también es negativo", indicó Luis Vicente León. A su vez, Velarde concluye que la poca transparencia también llevó a la pérdida de confianza de las personas, "es por eso que no se puede pensar en una solución a la crisis, sin pensar antes en un cambio político".