“Hay nueve millones de personas en situación de hambre, presos políticos, un salario mínimo que es menos de un dólar y la tasa de mortalidad del personal de salud es una de las más altas del mundo. Nosotros estamos luchando por unas elecciones libres, no esta farsa que ha convocado el régimen. Estamos decididos a presionar tanto interna como externamente”, dijo Juan Guaidó, titular de la Asamblea Nacional de Venezuela, durante la transmisión en línea de un foro del Centro para América Latina del Atlantic Council.

En su intervención, el líder opositor destacó la importancia de un marco de transición democrático que daría una resolución política a la crisis en el país, recalcando que este mecanismo “no es violento y respeta la Constitución de Venezuela”.

En la misma línea, pidió a la comunidad internacional rechazar las elecciones parlamentarias del próximo 6 de diciembre y abogar por elecciones presidenciales y parlamentarias libres, verificables y competitivas. “Necesitamos de organizaciones como la Unión Europea para monitorear las elecciones, ya que el régimen tiene el proceso electoral secuestrado”, afirmó Guaidó.

De cara a las elecciones legislativas en Venezuela, hay 14.400 aspirantes para llenar los 277 escaños de la Asamblea Nacional, cuya nueva directiva deberá asumir el próximo 5 de enero.

¿Participación?

“No podemos llamarlas elecciones, porque no puedes elegir. Aquí en Venezuela la institucionalidad es inexistente. La estructura del Estado está en vías de colapso, donde todas las instituciones están controladas por el régimen de Nicolás Maduro y sirven al Ejecutivo”, explica la analista política venezolana Ana Milagros Parra a La Tercera, agregando que “es una fachada electoral que le sirve como propaganda al chavismo para proyectar una imagen de democracia y de pluralismo, cuando las cosas no son así”.

La ventaja oficialista se ha visto reflejada durante la campaña, pues la mayoría de los eventos este último mes han sido organizados por candidatos del chavismo, que cuentan con una amplia difusión de sus actividades a través de los medios de comunicación del Estado.

Pese al objetivo común de sacar al chavismo del poder, la oposición se ha mostrado más dividida que nunca. Mientras algunos partidos opositores defienden la participación en las legislativas, otros las han calificado de “fraude”.

El excandidato presidencial y líder opositor Henrique Capriles llamó recientemente a la oposición a participar en las elecciones y señaló que había que cambiar la estrategia para sacar a Maduro del poder. Sin embargo, Guaidó llamó de inmediato a rechazar esta iniciativa.

La propuesta de Capriles provocó aún más grietas entre la oposición, que ya ha mostrado señales de división en reiteradas ocasiones bajo el liderazgo de Guaidó.

En cuanto a la estrategia de la oposición, Parra opina que “es acertado no participar, porque no hay institucionalidad. El problema es que la oposición no planteó una estrategia después de llamar a la abstención”.

Pese a que se ha hablado mucho de las estrategias de Guaidó para reunir a la oposición, no hay indicios de una unidad entre sus miembros en el corto plazo, ya que las diferencias entre las figuras que rechazan las elecciones, como Juan Guaidó, Leopoldo López y María Corina Machado, son cada vez mayores.

El oficialismo, en tanto, ha desplegado una enorme maquinaria, con eventos con tarimas y campañas mediáticas para dar a conocer a sus candidatos. De esta manera, figuras como Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez han hecho discursos en grandes aglomeraciones, en las que no se respetó el distanciamiento social ni el uso de mascarillas.

“El riesgo futuro es la fractura de la oposición interna y de los países que, pese a no reconocer a Maduro, comenzarán a retar la validez del gobierno interino sin pasar por elecciones y sin límite de tiempo. Esa será la ganancia de Maduro”, dice a La Tercera Luis Vicente León, presidente de la encuestadora Datanálisis.

“Maduro espera ganar y validarse con sus aliados, pero sobre todo fracturar a la oposición. Guaidó busca validar su gobierno interino después del fin de su periodo. Sin embargo, ninguna de las dos resuelve la legitimidad. Son batallas simbólicas, pero no legítimas”, señala el analista político venezolano.

Para el experto, el proceso electoral carece de elementos que lo legitimen. “En las parlamentarias solo se presenta realmente el oficialismo. La oposición que está ahí es claramente minoritaria y no representa la institucionalidad. En todo caso, es una elección sin auditorías reales, sin testigos suficientes y controlada por la institucionalidad chavista, no es una elección real”, concluye León.