Más de 2.500 personas han muerto o sufrido heridas graves en Haití por incidentes violentos vinculados a grupos armados durante el primer trimestre, según un informe de la ONU que advierte de la peor espiral de violencia en dos años.
El dato de víctimas es un 53% superior al del trimestre previo y evidencia la crisis de seguridad en que vive sumido el país caribeño, que trata de resolver también el vacío de instituciones políticas y hacer frente a graves carencias humanitarias.
La ONU ya había alertado previamente de que más de 1.500 personas han muerto este año por los ataques de los grupos armados, pero ahora la Oficina Integrada en Haití (BINUH, por sus siglas en francés) ha confirmado 2.505 víctimas -un 3% de ellas menores de edad- en sólo tres meses si se tiene en cuenta tanto a fallecidos como a heridos graves.
Además, al menos 438 personas han sido secuestradas entre principios de enero y finales de marzo con el objetivo de solicitar un rescate económico, una táctica habitual de las bandas pero que ha descendido un 37 por ciento en comparación con el tramo final de 2023.
Puerto Príncipe y su región metropolitana sigue siendo el epicentro de esta violencia, ya que en esta zona se concentran ocho de cada diez víctimas. La ONU alerta de enfrentamientos “extremadamente violentos” entre los grupos, que buscan expandirse territorialmente.
La violencia es, además, el principal factor de desplazamiento en Haití, donde más de 360.000 personas viven ya fuera de sus hogares. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), sólo en marzo más de 53.000 personas dejaron Puerto Príncipe por el repunte de los ataques.