Ya se cumple una semana desde que la muerte de Nahel en Nanterre, provocada por un disparo policial, encendiera la mecha y encadenara una serie de disturbios, saqueos e incendios en las periferias de las ciudades francesas. Si el jueves y el viernes, tanto en París como en el resto del país, los enfrentamientos con la policía terminaban con miles de detenidos, los 157 que se registraron en la noche de este domingo fueron leídos como un signo de “vuelta a la calma”.
La violencia se desató, sobre todo, contra edificios estatales, como comisarías, alcaldías y escuelas, pero también se destruyeron comercios e incluso hubo saqueos. El sábado, en medio del funeral de Nahel, la misma abuela del joven asesinado hizo un llamado a la paz y a detener la destrucción.
En cientos de comunas francesas se instauró un toque de queda para menores no acompañados, en un momento en que las revueltas se muestran agotadas. En tanto, la reacción contra la violencia callejera parece incluso ensombrecer el rechazo a la muerte de Nahel. El diario Le Figaro, referente mediático de la centroderecha gala, publicó un estudio de Ifop en el que un 57% de los franceses afirmó “confiar o sentir simpatía” por la policía, mientras que Marine Le Pen, líder de la extrema derecha, es la política más valorada por su reacción a la crisis.
En Angers, Chambéry y Lorient, la reacción bajó a la calle. En la primera ciudad, al centro-oeste del país, se vio a un grupo llamado “RED Angers”, que según indican desde el diario Libération, sería un resurgimiento de un grupo racista disuelto en 2021. En las imágenes que dieron vueltas por las redes sociales se les ve con bates de béisbol y otros tipos de palos, provocando a participantes de una manifestación contra la violencia policial e incluso golpeándolos. En los videos, se les ve con pasamontañas y máscaras con cruces célticas dibujadas.
En Lorient, no muy lejos de Angers, el diario Telegramme habló de “anti-revueltas”: un grupo de cerca de 30 individuos, también enmascarados. Según indica el medio, este grupo habría “atrapado a algunos jóvenes”, que habrían entregado a las fuerzas del orden no sin antes atarlos con amarras plásticas por las muñecas.
Al otro lado de Francia, más cerca de Suiza, aparecieron “grupos patriotas de autodefensa” por las calles de Chambéry, además de una foto con sangre en el suelo que habría sido compartida por las redes. Estos grupos, señala Libération, marchan por las calles del centro de la ciudad cantando eslóganes racistas, y sus miembros ya habrían sido vistos en una manifestación de extrema derecha que se organizó el mes pasado, luego del ataque con cuchillo perpetrado por un refugiado sirio en Annecy.
En GoFundMe, una plataforma para juntar dinero, los medios franceses comienzan a hablar de la “alcancía de la vergüenza”: una iniciativa de “apoyo para la familia del policía” que disparó contra Nahel, matándolo el 27 de junio. Lanzada por el exportavoz del excandidato presidencial de extrema derecha Éric Zemmour, Jean Messiha, dos días después de la muerte del adolescente, la campaña ya superó el millón de euros este lunes.
“Apoyo para la familia del policía de Nanterre, Florian M., que hizo su trabajo y que paga hoy el precio más caro”, se puede leer en la descripción de la campaña, en la que ya 40 mil personas han hecho depósitos, que van desde los 5 a los 3.000 euros.
Messiha, por su parte, no dudó en celebrar vía Twitter el éxito de su campaña para recaudar fondos: “esta noche, los izquierdistas se desmayan. Lean bien: la alcancía que lancé por la familia del policía Florian M. le gana en recaudación a aquella creada en favor de la madre de Nahel”.
Mientras, el Presidente francés, Emmanuel Macron, y su ministro del Interior, Gérald Darmanin, visitaron por sorpresa la comisaría del barrio parisino de Bessières, en el distrito XVII, donde tiene su base una Brigada Contra el Crimen.
Macron pudo hablar con agentes, gendarmes, miembros de las Compañías Republicanas de Seguridad (CRS), de las Brigadas Investigación e Intervención (BRI) y bomberos, según fuentes del Elíseo citadas por BFMTV. El mandatario “quería estar presente a su lado (...) para escucharlos, agradecerles su movilización en los últimos días y garantizarles su apoyo”, señalaron.
El gobernante tenía planificado recibir este lunes a los presidentes del Senado y de la Asamblea Nacional, mientras la primera ministra, Élisabeth Borne, invitaría durante la jornada a los portavoces de los grupos parlamentarios de la Asamblea Nacional “en una lógica de intercambios”. Este martes, Macron recibirá en el Palacio del Elíseo a los alcaldes de los más de 220 municipios afectados por los recientes disturbios desatados tras la muerte de Nahel.
Este sábado tuvo lugar el funeral de Nahel, y la abuela del adolescente de padres argelinos y marroquíes, de nombre Nadia, habló con el canal BFMTV: “Paren de hacer desorden, paren de destruir”. “Les digo a los que están haciendo desmanes: no rompan ventanas, no ataquen escuelas, no ataquen buses. Paren. Son madres las que toman esos buses”, agregó, señalando que quienes están haciendo revueltas solo usan a Nahel como excusa.
En entrevista con el diario El País, el ensayista Karim Bouhassoun comentó los motivos tras los desmanes, que son los más destructivos vividos en Francia desde los disturbios de 2005: “Se ha banalizado la violencia. La gangrena de la criminalidad organizada, además, alimenta los comportamientos ultraviolentos. Saben organizarse muy rápidamente para ser violentos”.
Según el autor, hay un rechazo concentrado en el Estado Francés. “Pienso que la violencia de estos jóvenes viene de un sentimiento de humillación: no tienen trabajo, cuando se cruzan con la policía, los mira mal o les pide los papeles por su aspecto, viven lejos de los centros urbanos y, finalmente, tienen la sensación de que están relegados y no forman parte de la comunidad nacional. Habrá visto que, cuando pasan a la acción, atacan los símbolos de la República: la bandera, la escuela, los ayuntamientos, las comisarías”, detalla Bouhassoun.