Muchos habitantes de El Paso (Texas) sumidos en el duelo por el tiroteo del fin de semana se oponen a la visita el miércoles del presidente estadounidense Donald Trump a esta ciudad, de mayoría latina, en medio de las dudas sobre su determinación para luchar contra el extremismo.

Fuera del supermercado donde ocurrió el ataque varias cruces recuerdan a las 22 víctimas, de los cuales ocho eran mexicanos. Poco a poco, el tributo improvisado de flores, globos, velas y banderas de Estados Unidos y México se hace más grande.

Trump visitará El Paso y Dayton, en Ohio, después de las matanzas que dejaron 31 muertos el fin de semana en un momento en que busca unificar el país contra el racismo y la ideología de los supremacistas blancos, en medio de las acusaciones de que él es una parte del problema. 

Desde que el mandatario lanzó su campaña a la presidencia en 2015, en muchos de sus discursos dijo que los inmigrantes mexicanos son "violadores" que traen "drogas" y "crimen" a Estados Unidos y, en 2018, denunció las caravanas procedentes de Centroamérica como una "invasión".

Según los reportes de prensa, antes de perpetrar la matanza, el atacante de El Paso denunció en un manifiesto en internet una "invasión hispana" en Texas. 

"Yo culpo al presidente. Desde el momento en que llegó a la presidencia su retórica, el odio que tiene hacia las personas que tienen un color de piel diferente. No tiene derecho", dijo la AFP Silvia Ríos, una habitante de El Paso que acudió a la vigilia.

El lunes, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, calificó la matanza como "un acto de terrorismo contra los mexicanos".

"Creo que el presidente Trump es el gran problema", dijo a la AFP Rosario Meyer.

"No necesitamos más división"

El precandidato demócrata Beto O'Rourke, oriundo de El Paso, dijo que el presidente estadounidense ayudó a crear el odio que hizo posible la tragedia.

"No necesitamos más división. Necesitamos sanar. Él no tiene espacio aquí", afirmó el político opositor.

Para la congresista por Texas, Verónica Escobar, Trump y su equipo deberían "considerar el hecho de que sus palabras y sus acciones han jugado un rol en esto".

"Desde mi perspectiva, él no es bienvenido aquí", dijo Escobar a la cadena MSNBC. "No debería venir aquí, estamos en duelo".

El alcalde de El Paso, Dee Margo, dijo al anunciar la visita que tenía que recibir al presidente porque era su obligación. 

El centro de estudios con sede en Washington Center for Public Integrity entró en el debate cuestionando el "apoyo inquebrantable" que Trump le profesó a El Paso, revelando que le debía a la ciudad 570 mil dólares por gastos de seguridad por una visita de campaña en febrero.

La asesora de la Casa Blanca Kellyanne Conway acusó a los demócratas de politizar la tragedia. 

"El presidente está tratando de congregar al país, de sanar esta nación pero también de ofrecer propuestas concretas sobre cómo avanzar como nación", dijo.

El presidente de la delegación del Partido Republicano en el condado de El Paso, Adolpho Telles, defendió la visita de Trump, pero dijo que el presidente necesitaba ser más cuidadoso con su lenguaje.

"Su retórica no es siempre la que debería ser", dijo Telles a la cadena CNN. 

Desde Manila, el creador del portal 8chan, un foro en internet que no tiene moderadores, que el autor del ataque utilizó presuntamente antes de la matanza, dijo que esperaba que la plataforma fuera cerrada.

"Creo que esto será el último clavo del ataúd de 8chan", dijo a la AFP Frederick Brennan, que el año pasado vendió la plataforma.

"Debería haberlo cerrado cuando tuve la oportunidad de hacerlo", lamentó.

"Él nos puso como blanco"

El lunes, Trump dijo en un discurso solemne que condenaba el racismo y la ideología de los supremacistas blancos, pero insistió en que las enfermedades mentales son la principal causa de las matanzas con armas de fuego en Estados Unidos. 

Pero sus comentarios no aplacaron las críticas en El Paso.

El martes, Trump parecía irritado por las palabras dichas su predecesor Barack Obama, que dijo que la retórica divisiva de los líderes estadounidenses es parte del problema.

En tanto, los investigadores seguían este martes buscando la motivación del autor del otro tiroteo que golpeó a Estados Unidos durante el fin de semana, en Dayton, donde nueve personas murieron. Según una cuenta de Twitter, el joven tenía posturas políticas de ultra izquierda.

La alcaldesa de Dayton, Nan Whaley, dijo estar decepcionada con el discurso de Trump del lunes: "No sé si sabe en lo que cree", concluyó.