Con la “bendición” de José “Pepe” Mujica, el expresidente uruguayo vuelto figura internacional, Orsi tenía la tarea de devolver al poder a la izquierda. Con 57 años, Orsi viene del departamento de Canalones, en el que pasó sus primeros años de militancia y docencia.

Orsi promete una “izquierda renovada”, se autodenomina un uruguayo “optimista”, asegura que devolverá la seguridad a su país y se compromete a no impulsar transformaciones de carácter radical.

Su infancia transcurrió en la ruralidad uruguaya. Nació en Santa Rosa, en la región de Canelones, la segunda más grande del país. Su padre trabajaba el campo y su madre era costurera. Aunque vivió sus primeros años allí, se tuvo que mudar a la ciudad homónima de la región de Canelones debido a una hernia que sufrió su progenitor, reseña France 24.

El político aseguró -en una entrevista citada por CNN- que en su hogar paterno nunca le hizo “falta nada”, pero que tampoco “nada sobraba”.

En distintas entrevistas, ha señalado que su vocación política nació con la música: escuchando Los Olimareños, Alfredo Zitarrosa, Larbanois & Carrero, Daniel Viglietti o Abel García, la música popular de los 70 y 80 que marcó su adolescencia.

Yamandu Orsi votando en Canelones. Foto: Reuters.

Ya había entrado en política cuando se terminó la dictadura uruguaya en 1985, y militó en la “vertiente artiguista” del Frente Amplio, mientras estudiaba Relaciones Internacionales, que terminó abandonando para estudiar pedagogía. Cuatro años después, dejo la “vertiente” para sumarse al Movimiento de Participación Popular, fundado por Mujica y otros exguerrilleros Tupamaros. Ya en este siglo, Orsi pasó casi 10 años siendo secretario en la Intendencia de Canelones –el segundo departamento más poblado del país–, renunciando finalmente para lanzar su precandidatura a la presidencia.

Medios como El País aseguran que Mujica se fijó en Orsi hace más de 30 años, cuando estaba vinculado al Movimiento de Participación Popular. Además, lo ha elogiado por ser un político que no ignora el área rural de Uruguay. “Es un candidato híbrido que tiene en cuenta al área metropolitana, pero tiene en cuenta que este país no termina en el Río Santa Lucía”, dijo Mujica en un video citado por el periódico.

En el ámbito internacional, Orsi se ha mostrado como una de las voces más críticas contra Nicolás Maduro desde la izquierda. Desde el 28 de julio, fecha de las polémicas elecciones presidenciales en Venezuela, el uruguayo no ha titubeado en decir que “el resultado es muy dudoso y sospechado”. Así, según él, en ese país hay “un régimen autoritario y, si se quiere, una dictadura”.

En una entrevista reciente, Orsi se comprometió, al igual que su oponente, a no subir los impuestos en caso de que gane la elección. “En un mundo tan volátil, una señal de ese tipo al Uruguay no le viene bien”, argumentó el frenteamplista, en otro ejemplo del fetiche de la estabilidad en la nación sudamericana.

A pesar de sus parecidos, su oponente, Álvaro Delgado, tiene dudas sobre el liderazgo que Orsi ejerce al interior del Frente Amplio. “Si llega a ganar Orsi, lo digo con respeto porque le tengo afecto y respeto, va a pasar un escenario parecido a lo que fue Alberto Fernández en Argentina: seguramente sea el que firma, pero no el que manda. Va a decidir la barra, que lo condiciona todo el tiempo”, declaró.

En una entrevista radial, cuando le pidieron presentarse frente a los uruguayos, Orsi se definió: “Un uruguayo optimista, progresista de izquierda, que le gustan mucho los contactos, los afectos y poder transformar para bien una realidad que para muchos es muy dura”.