Yoseph Haddad nació en Haifa, que es la ciudad más importante en el norte de Israel donde hay cristianos, musulmanes y drusos. Posteriormente, su familia se fue a vivir a Nazareth donde vive hasta hoy. Actualmente es director ejecutivo de Together - Vouch for Each Other, una ONG que tiene como objetivo tender un puente entre el sector árabe de la sociedad israelí y la población de Israel en su conjunto.
“Nuestro objetivo es integrarnos plenamente en todos los aspectos de la sociedad y el gobierno, la política y las actividades sociales. También impulsamos nuestro derecho a la igualdad con todas las naciones en todas las oficinas gubernamentales, ya que hoy somos el 20% de la población. Esto es algo en lo que estamos trabajando. Y sobre todo trabajamos para cerrar las brechas entre judíos y árabes aquí en Israel”, explica Haddad en conversación con La Tercera.
En las últimas semanas se observaron ataques de judíos a árabes, como de estos últimos a judíos, ¿A qué se debe este tipo de incidentes?
Ésta es una de las preguntas más importantes hoy en día cuando hablamos de la cooperación entre judíos y árabes. Lo que ves en Chile, Estados Unidos y Europa de lo que realmente está pasando en Israel son como dos historias diferentes, porque la mayoría de los judíos y la mayoría de los árabes están lejos de lo que viste en esos disturbios. Lo que pasa es que esa minoría extremista quería que el mundo pensara que los judíos y los árabes no pueden vivir juntos y no vivirán juntos. Ahora, hay dos cosas importantes que debemos tener en cuenta. Uno, que esos extremistas, y obviamente hablamos de ambos lados, esos extremistas del lado árabe solían ahuyentar a los árabes israelíes, como solían lastimar a nuestra comunidad, su comunidad, es una locura. El problema es que tienen armas ilegales, porque son delincuentes. Eso se intensificó en solo unos minutos y Hamas consiguió incitar a esas personas. Ellos no hicieron daño a gente judía extremista, sino que a judíos inocentes. Y lo mismo ocurrió con los judíos extremistas que le hicieron daño a los árabes inocentes. Si miras las fotos verás que son unos miles y es debido a esos miles que piensas que todos los árabes son así, todos los judíos son así. Y durante los últimos días, no hemos visto nada. Está bajando (la tensión) y cada vez se elevan más voces de coordinación y cooperación. Así que estoy muy, muy feliz y optimista al respecto.
Sin embargo, el Presidente israelí Reuven Rivlin manifestó su preocupación de que esa violencia se pudiera dar paso a una guerra civil. ¿Cree que fue una exageración?
Eso fue exagerado, porque como dije se trata de una minoría extremista. Y el hecho es que la policía no estaba preparada, pero una vez que se reorganizaron y lograron controlar a los extremistas ahora todo es cada vez más tranquilo. Creo que sí hay un poco de crítica, porque deberían haberlo hecho más rápido, pero obviamente Israel se enfrenta a tantas cosas y tantas amenazas. Siempre creí que la mayoría quiere vivir en cooperación y no se puede tener una guerra civil cuando el otro bando no quiere pelear.
Considerando que usted es árabe-israelí y que aboga por la coexistencia, ¿cómo ve la ley aprobada en 2018 del Estado-Nación, que define oficialmente a Israel como el “Estado Nación del pueblo judío”, reserva el derecho a la autodeterminación a este colectivo y establece que el hebreo sea la única lengua oficial?
Está en lo correcto. Creo que esta ley necesita correcciones. Muchos israelíes piensan que la ley necesita ser cancelada o tener alguna corrección. El problema es que es un tema político. Pero si vienes y hablas con la gente, dirías que hay millones de personas que quieren corregir eso. Me he reunido con políticos porque estamos tratando de hacer un cambio. Como director ejecutivo de la organización Together ofrecí tres correcciones y lo primero es que la ley dice que Israel es un Estado judío, y un Estado democrático, con igualdad de derechos para todos los ciudadanos de Israel. Esta es una oración que debe estar ahí en lugar que diga que es solo un Estado judío. La segunda corrección debería ser que devuelva el idioma árabe a ser un idioma oficial. Y la tercera corrección es que el país se desarrollará, también los pueblos árabes no solo los pueblos judíos. Ahora bien, es importante entender que ya sea lo que haya pasado antes de la ley y después, nada cambió, nada, a pesar de que para el árabe se degradó de ser una lengua oficial a tener un estatus especial. El idioma árabe sigue en los letreros de las calles, en los documentos oficiales del gobierno. Ves el idioma árabe en el Parlamento. Si vienes a visitar Israel y vas al aeropuerto Ben Gurion, verás árabe en todas partes, carteles en todas partes. No ha cambiado nada. Es solo que la definición cambió. Además, cuando dices que es un Estado judío y no un Estado judío y democrático, nada cambió. Israel sigue siendo democrático. El problema de esta ley es semántico, de los sentimientos. Por eso tenemos que trabajar en ello. Pero sobre el terreno, nada cambió antes o después de la ley.
¿Cómo evalúa la coexistencia en Jerusalén, especialmente en asuntos como lo que ocurre en el barrio de Sheikh Jarrah?
Es un problema legal. Mucha gente piensa que la Corte Suprema de Israel es parcial y automáticamente fallará a favor de los judíos. Eso es una tontería. Hay muchos casos en los que la parte judía perdió y el tribunal les ordenó evacuar de una tierra árabe y rechazaron su solicitud de estar en un lugar determinado. Si hay algo fuerte en Israel es el sistema de justicia que no se basa en la derecha o la izquierda, sino en cuestiones y asuntos legales. Y dictaminan basándose en la evidencia y lo que ven frente a ellos. A los palestinos no se les pidió que fueran evacuados, solo tenían que pagar el arriendo, como pedirían todos los propietarios de una casa en cualquier país. La corte ya falló cinco veces a favor del lado judío, llamémoslo así. Por tanto, es un asunto legal en curso. Y en 25 días, creo que la Corte Suprema celebrará la audiencia nuevamente y finalmente tomará la última decisión. Si me preguntas por qué lo pospusieron es porque quieren calmar las cosas. Pero la decisión no cambiará, porque todo lo legal y todos los hechos y pruebas están frente a los jueces. En términos de convivencia, el problema de lo que está pasando en Jerusalén Este es que la educación allá se basa en el antisemitismo y lo digo siendo árabe, ellos están creciendo allá aprendiendo a odiar a los judíos. Ahora bien, no digo que en algunos asentamientos no ocurra algo similar, pero hay una gran diferencia porque la mayoría de la sociedad israelí no enseña eso. Esa es la parte importante. La coexistencia es posible en todos los lugares, lo he visto. Por ejemplo, cuando visité una aldea en Cisjordania que estaba al lado de un asentamiento, ellos compran y trabajan juntos. Con esto no quiero decir que estoy a favor de una solución con un Estado, en absoluto. Creo que esta debería ser una solución de dos Estados, uno israelí y otro palestino. Pero estoy diciendo que cuando se encuentran y hablan y cuando realmente se educan para la tolerancia y los valores más altos de respeto mutuo, pueden vivir uno al lado del otro.
Hace unas semanas la organización Human Rights Watch publicó un informe en el que señala que las acciones de Israel constituían crímenes de apartheid. ¿Está de acuerdo?
Es una tontería. Hablemos de dentro y fuera de Israel. Dentro de Israel, hay dos millones de árabes. Todos los árabes israelíes tienen la oportunidad de convertirse en lo que quieran. El presidente del banco más grande de Israel es un árabe musulmán. Esto no es apartheid. Me ofrecí como voluntario allí y serví en las FDI, las Fuerzas de Defensa de Israel. Y yo era un comandante de los soldados judíos. Eso no es apartheid. En la selección nacional de fútbol la mitad del equipo es árabe-israelí, el capitán es musulmán. Más de 15 integrantes del Parlamento son miembros de la sociedad árabe. Hay muchas pequeñas empresas donde tienes una asociación entre árabes y judíos. Ahora, ¿todo es perfecto en Israel? No te voy a mentir, no todo es perfecto. Hablamos de cosas que debemos corregir en esta conversación. Pero hay una diferencia entre llamarlo apartheid. Pero la forma en que lo arreglamos, desde mi punto de vista, es juntos. Y así es como lo veo.