En la primera jornada de la Conferencia de Seguridad de Múnich, gran parte de agenda estuvo marcada por las negociaciones para poner fin a la guerra de Ucrania, un conflicto que ya se extiende por casi tres años

Así, el vicepresidente de EE.UU., J.D. Vance y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, se reunieron ayer en Múnich, al margen de la Conferencia de Seguridad. Ambos declararon tras la cita que habían mantenido “una buena conversación” y que tendrán otras “en los próximos días, semanas y meses”, según comentó Vance, quien le transmitió a Zelensky que el gobierno de Donald Trump aspira a lograr una “paz duradera” en Ucrania, “una paz que no sumerja a Europa del Este en un conflicto en pocos años”.

Por su parte, Zelensky enfatizó que el único funcionario ruso con el que está dispuesto a hablar es el presidente, Vladimir Putin, y que solo lo hará una vez que Ucrania haya acordado un plan común con Trump y los líderes europeos: “Me reuniré con los rusos, solo con un ruso, Putin, pero solo una vez que tengamos un plan común con Trump y con Europa”.

Asimismo, el presidente ucraniano explicó que “es necesario continuar trabajando” en un plan para poner fin a la guerra en Ucrania: “Tenemos que hablar más, trabajar más y preparar el plan (para) detener a Putin y terminar el trabajo... Deseamos fervientemente la paz, pero necesitamos garantías reales de seguridad”.

En ese sentido, Zelensky declaró que su país necesitará reforzar su Ejército: “Necesitamos un Ejército de un millón y medio de soldados si no estamos en la OTAN si de verdad no queremos temer, después de un alto el fuego o algo parecido, una nueva ocupación o invasión rusa”. “No importa de qué país sean las fuerzas”, agregó.

Consultado por una supuesta falta de disposición de Kiev a sentarse a la mesa con Putin, Vance respondió que “es importante juntarnos y empezar a tener las conversaciones que van a ser necesarias para llevar esto a una conclusión”. “Eso es todo lo que voy a decir por ahora, porque quiero preservar las opciones para los negociadores y para nuestros respectivos equipos a fin de llevar esto a un final responsable”, agregó. En todo caso, consideró que EE.UU., Rusia y Ucrania pueden llegar a un “acuerdo razonable”.

En una entrevista con The Wall Street Journal, Vance deslizó que EE.UU. cuenta con “herramientas económicas y militares de presión” que pueden ser usadas contra Rusia si esta no accede a un acuerdo de paz con Ucrania que garantice la independencia a largo plazo del país. Así, sostuvo que el envío de tropas a Ucrania si Rusia no negocia de buena fe es algo que “está sobre la mesa”.

Estas declaraciones pillaron por sorpresa al Kremlin, que pidió explicaciones a Washington. “Nunca antes habíamos escuchado tales formulaciones, no las mencionaron”, afirmó Dmitri Peskov, portavoz de Putin, en referencia a la conversación que Trump y Putin mantuvieron el miércoles.

Al margen del tema de Ucrania, Vance desató la indignación de Múnich al lanzar un ataque ideológico contra Europa, luego que dedicara su discurso a criticar la acción frente a la ultraderecha. “La libertad de expresión está en retroceso en Europa, me temo”, aseguró.