En el día 53 de la invasión rusa, el Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, anunció ayer el inicio de la ofensiva de Moscú contra el este del país, una región en parte en manos de los separatistas prorrusos y donde se intensificaron los combates. A la par, la violencia volvió a acercarse a la frontera de Ucrania con la Unión Europea, luego que la ciudad de Lviv, cercana a Polonia, sufriera durante la jornada varios ataques con misiles que se saldaron con al menos siete muertos.
“Ahora podemos decir que las tropas rusas han comenzado la batalla por el Donbás, para la que se estuvo preparando durante mucho tiempo. Una gran parte de todo el Ejército ruso se dedica ahora a esta ofensiva”, dijo Zelensky en un discurso difundido en Telegram. “No importa cuántos soldados rusos se traigan hasta aquí, lucharemos. Nos defenderemos”, aseguró, según consignó France Presse.
Poco antes, agrega la agencia de noticias, el gobernador ucraniano de la región de Luhansk, Serguei Gaidai, también anunció el inicio de la ofensiva rusa contra el este de Ucrania. “Esto es un infierno. Ha comenzado la ofensiva de la que llevamos semanas hablando”, dijo en Facebook. “Hay combates en Rubizhne y Popasna, combates incesantes en otras localidades pacíficas”, afirmó.
El gobernador de Luhansk consideró que “esta semana será difícil” y pidió a los civiles que abandonen la zona, en tanto las autoridades locales afirmaron este lunes que las tropas rusas capturaron la ciudad cercana de Kreminna. “En la noche hubo un ataque importante” en Kreminna, declaró Gaidai. “El Ejército ruso ya entró con una enorme cantidad de material bélico (...) Nuestros defensores se replegaron a nuevas posiciones”, agregó.
Al menos ocho civiles murieron el lunes por disparos y ataques rusos, según las autoridades regionales. Cuatro personas murieron en Kreminna, una pequeña ciudad de la región de Luhansk que cayó en manos de los rusos el lunes, dijo Gaidai en Telegram. Y cuatro más en la cercana región de Donetsk, según el gobernador ucraniano de esa región, Pavlo Kyrylenko. “Dos en Torske, uno en Chandrigalove y otro en Razdolne. Otras cinco personas resultaron heridas”, señaló en Telegram.
En la segunda ciudad del país, Kharkiv, volvieron a registrarse bombardeos este lunes por la mañana, constató un periodista de AFP sobre el terreno. Al menos tres personas murieron. Una de las víctimas fue una mujer que parecía haber salido a recolectar agua de lluvia. Fue encontrada con un bidón y un paraguas a su lado.
El teniente general Igor Konashenkov, vocero del Ministerio ruso de Defensa, señaló este lunes que los misiles aéreos de precisión destruyeron 16 instalaciones militares, incluidos cinco centros de mando, un depósito de combustible, tres almacenes de munición y concentraciones de personal y vehículos militares ucranianos en las zonas de Kharkiv, Zaporiyia y Dnipro.
Konashenkov también dijo que el Ejército había empleado misiles Iskander lanzados desde tierra para destruir cuatro arsenales y tres grupos de tropas ucranianas cerca de Pospasna y Kramatorsk, en el este, así como Yampil, en el centro de Ucrania.
En tanto, pese a la resistencia al asedio ruso, la devastación de Mariupol, el estratégico puerto en el sur de Ucrania, continuaba este lunes. En su reporte diario de inteligencia, el Ministerio británico de Defensa dijo que la ciudad portuaria en el mar de Azov ha quedado devastada por semanas de ataques rusos. “Grandes áreas de infraestructura han quedado destruidas”, según el comunicado británico, y hay bajas civiles “considerables”. Pese a ello, el informe destacó que “la resistencia coordinada ucraniana ha supuesto una dura prueba para las fuerzas rusas y desviado hombres y material, lo que frena los avances de Rusia en otros lugares”.
Sin embargo, el canciller de Ucrania, Dimitro Kuleba, fue más crudo en su diagnóstico. Aseguró que Mariupol “ya no existe” tras los enormes daños materiales causados por los ataques rusos y resaltó que la situación en la ciudad es “dura a nivel militar” y “descorazonadora”. “La ciudad ya no existe. Lo que queda del Ejército ucraniano y un gran grupo de civiles están básicamente rodeados por las fuerzas rusas. Continúan su lucha, pero parece, por la forma en la que se comporta el Ejército ruso en Mariupol, que han decidido arrasar la ciudad hasta los cimientos a cualquier precio”, manifestó.
“La ciudad aún no ha caído”, sostuvo, en tanto, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal. “Aún tenemos fuerzas militares, soldados, ellos lucharán hasta el final”, declaró a la cadena estadounidense ABC. Mariupol, con 440.000 habitantes antes de la guerra, es un objetivo clave para Moscú y el último obstáculo para garantizar su control en la franja marítima que va desde los territorios separatistas prorrusos del Donbás hasta la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU señaló que más de 100.000 civiles de Mariupol están al borde del hambre y sin agua ni calefacción.
El alcalde de Mariupol dijo el lunes que unos 40.000 civiles habían sido trasladados a la fuerza a Rusia o a regiones de Ucrania controladas por militares rusos. “Desafortunadamente, tengo que declarar que a partir de hoy están deportando a la fuerza” a los residentes, dijo Vadym Boichenko a la televisión ucraniana. “Hemos verificado a través del padrón municipal que ya han deportado a más de 40.000 personas”, expresó.
Al menos 1.000 civiles se esconden en refugios subterráneos bajo la planta siderúrgica de Azovstal en Mariupol, dijo el lunes el consejo de la ciudad portuaria, que añadió que Rusia está bombardeando la fábrica en poder de los ucranianos. “La mayoría (de los civiles) son mujeres con niños y ancianos”, escribió el municipio en Telegram.
Pero Rusia comenzó a arrojar bombas antibúnker sobre una planta siderúrgica de Mariupol donde los ucranianos se niegan a rendirse, informó el lunes el comandante del Regimiento Azov de la Guardia Nacional. El general Denys Prokopenko, cuyos soldados resisten la batida de las fuerzas rusas en la principal ciudad portuaria del sur de Ucrania, dijo en un mensaje en video que las bombas están cayendo a pesar de que hay civiles refugiándose en los túneles de la fábrica. “Las fuerzas de ocupación rusas y sus aliados... conocen la existencia de los civiles, y continúan disparando deliberadamente contra la fábrica”, aseguró.
Según las estimaciones de Rusia, hay 2.500 soldados ucranianos y unos 400 mercenarios extranjeros atrincherados. Estados Unidos dijo que casi una docena de grupos tácticos de batallones rusos han estado tratando de derrotarlos.
Ucrania calcula que han muerto 21.000 personas en Mariupol. La viceprimera ministra, Iryna Vereshchuk, advirtió a Rusia en redes sociales que negarse a abrir los corredores humanitarios justificará los juicios por crímenes de guerra. Los rusos, por su parte, dijeron que los “nacionalistas neonazis” han obstaculizado las evacuaciones.
El servicio estatal de seguridad ucraniano difundió un video de un político ucraniano que está detenido y acusado de traición, en el que se ofrece a cambio de la evacuación de civiles atrapados en Mariupol. Por su parte, dos hombres británicos que se rindieron ante fuerzas rusas en la ciudad portuaria aparecieron en medios rusos y pidieron formar parte del intercambio. El video de Viktor Medvedchuk, exlíder de un partido opositor prorruso y con vínculos personales con el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, se difundió el lunes. En él pedía expresamente a Putin y Zelensky que consideraran el intercambio.
Ataque con misiles a Lviv
El domingo, Zelensky ya había acusado a Rusia de querer “destruir” la región del Donbás, donde Moscú está concentrando fuerzas de cara a un eventual asalto. “Las tropas rusas se preparan para una ofensiva en el este de nuestro país en el futuro cercano. Ellos quieren literalmente acabar y destruir Donbás”, aseguró.
Pocas horas después de estas declaraciones, Rusia bombardeó Lviv, la ciudad más grande del oeste de Ucrania. Al menos siete personas murieron en la ofensiva con misiles en la urbe distante a solo 70 km de la frontera con Polonia, que únicamente ha registrado ataques esporádicos en los casi dos meses de conflicto y se ha convertido en refugio para civiles que huyen de los combates en otras partes del país. Para la creciente molestia del Kremlin, Lviv también se ha convertido en una importante vía para el suministro de armas de la OTAN.
El ataque ruso en Lviv fue dirigido contra tres instalaciones de infraestructura militar y un taller automotriz, según el gobernador regional Maksym Kozytskyy, quien señaló que entre las personas heridas había un niño. Un hotel de Lviv que alberga a ucranianos que han escapado de los combates en otras partes del país también sufrió daños importantes, declaró el alcalde Andriy Sadovyi.
La ciudad ha aumentado notablemente su población tras la llegada de ancianos, mujeres y niños que intentan huir de la guerra. “La pesadilla de la guerra nos alcanzó, incluso en Lviv”, dijo Lyudmila Turchak, quien escapó junto a sus dos hijos desde la ciudad de Kharkiv, en el este del país. “Ya no hay un lugar en Ucrania en el que nos sintamos seguros”.
En el plano diplomático, Zelensky afirmó este lunes que espera que su país obtenga “en unas semanas” el estatuto de candidato a incorporarse a la UE, tras entregarle al embajador del bloque en Ucrania, Matti Maasikas, dos expedientes con la demanda de adhesión. Ello, mientras Putin concedía el título honorífico de “Guardia” a la 64ª brigada de infantería motorizada, ensalzando el “heroísmo, la tenacidad, la determinación y la valentía” de sus tropas, acusadas por Ucrania de “crímenes de guerra” en la localidad de Bucha, cerca de la capital, Kiev.
Más de 200 niños fallecidos
El número de menores fallecidos en Ucrania desde que los rusos invadieron el país, el 24 de febrero, ya alcanzó la cifra de 205, según datos publicados este lunes por la oficina del Fiscal General ucraniano en su cuenta de Telegram. Más de 362 niños y niñas han resultado heridos, señala la fiscalía sobre unas cifras que no han podido ser confirmadas por una fuente independiente, destacó el diario El País.
El organismo judicial explicó que estos datos “no son definitivos, ya que se está trabajando para cuantificar” con exactitud el número de víctimas en lugares donde las hostilidades por parte del Ejército ruso son “activas, en los territorios temporalmente ocupados y en los que han sido liberados”.
Según los datos de la fiscalía, los lugares en los que se produjeron más decesos fueron la región de Donetsk, en el sureste, donde han muerto 117 niños, seguido de Kiev, donde fallecieron 107, y Kharkiv (este), donde 91 perdieron la vida.
Asimismo, el Grupo de Derechos Humanos de Crimea denunció que las tropas del Ejército ruso trasladaron fuera de Ucrania a 150 niños desde la ciudad de Mariupol, un centenar de ellos estaban heridos y enfermos en el hospital.
“Los menores fueron trasladados al Donetsk ocupado y Taganrog ruso”, dijo Olha Skrypnyk, directora del grupo. Según Petro Andriushchenko, asesor del alcalde de Mariupol, la mayoría de los niños fueron sacados de los hospitales sin sus padres. En la ciudad permanecen atrapados todavía sin agua, luz ni calefacción unos 120.000 civiles.