El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, celebró este miércoles el pacto de los Veintisiete de la UE para restringir las visas al turismo ruso, y ha recordado que Europa es “un territorio de valores” y no “una gran boutique o restaurante”.
“Agradezco a aquellos europeos que entienden que durante una guerra, el deber de cualquier persona normal es luchar para que el agresor pierda, para que termine la ocupación, para que los militares rusos abandonen la tierra ucraniana”, expresó el mandatario en su mensaje diario a la población del país, agradeciendo a los países de la Unión el acuerdo.
Zelensky aseguró que es humillante cuando a Europa se la ve como “una gran boutique o restaurante”: “Europa es ante todo un territorio de valores, no de consumo primitivo”.
“Cuando los ciudadanos de un Estado que quiere destruir los valores europeos utilizan Europa para su entretenimiento o compras, para la recreación de sus amantes, mientras ellos mismos trabajan para la guerra o simplemente para esperar en silencio la caída inmoral de Rusia, lo que está sucediendo ahora mismo, entonces esto es completamente contrario a aquello por lo que Europa estaba unida en general”, sostuvo el presidente de Ucrania.
Asimismo, señaló que el propósito inicial de la Unión Europea era el de apoyar la paz en el viejo continente, por lo que ha señalado que “Europa no puede volverse moralmente sorda”.
“Porque si hay tanta sordera, si hay tanta pérdida de la capacidad de distinguir el olor a sangre en los billetes, entonces no habrá Europa, no habrá una Europa pacífica”, añadió Zelensky.
Los países de la Unión Europea han pactado este miércoles restringir los visados al turismo ruso al suspender el acuerdo de facilitación de visados con Rusia, lo que supondrá una reducción importante del número de permisos para que ciudadanos rusos entren en la Unión y más trabas para conseguirlos.
La suspensión del acuerdo de facilitación de visados con Rusia ha terminado siendo el punto de encuentro entre los Estados miembros que pedían una prohibición total de la entrada de rusos a la Unión Europea, como los bálticos, y los que reclamaban ser más selectivos.