El Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, visitó el miércoles la recién liberada ciudad de Izium, donde saludó a soldados y les agradeció sus esfuerzos por retomar la zona, mientras se izaba una bandera ucraniana ante el calcinado ayuntamiento de la ciudad.
Las fuerzas rusas dejaron la maltrecha ciudad ante una rápida contraofensiva en la que Ucrania ha recuperado amplias extensiones de territorio en la región nororiental de Kharkiv en cuestión de días.
Buena parte de Izium ha quedado devastada. Había edificios de apartamentos tiznados por el fuego y agujereados por el fuego de artillería. Todo el centro de un edificio residencial se había derrumbado, un gran agujero y montones de escombros donde antes había casas.
“La imagen es muy impactante, pero no es impactante para mí”, dijo Zelensky en unas breves declaraciones a la prensa. “porque empezamos a ver las mismas imágenes de Bucha, de los primeros territorios desocupados (...) de modo que los mismos edificios destruidos, gente asesinada”.
Bucha es un vecindario cerca de Kiev donde se encontraron cuerpos de civiles, muchos con signos de tortura, tirados en las calles, en fosas comunes y en patios después de una apresurada retirada de las fuerzas rusas en marzo.
A las afueras de Izium se veían los restos de vehículos y tanques rusos junto a la carretera.
“Nuestros soldados están aquí. Eso es algo muy importante. Un apoyo para la gente”, dijo Zelensky. “Veo cómo les recibe la gente, qué momento tan sensible. Significa que, con nuestro Ejército, vuelve la vida”.
La reciente contraofensiva ucraniana ha permitido a sus fuerzas recuperar territorio en torno a Kharkiv y asestar un duro golpe al prestigio militar ruso.
Tras esos avances ha empezado a emerger un nuevo frente, según dijo el miércoles un centro de estudios con sede en Washington.
El Institute for the Study of War dijo que el Río Oskil parecía haberse convertido en el nuevo frente en la zona, tras los avances considerables de los últimos días.
El Río Oskil fluye hacia el sur y es en gran parte el límite oriental de la región ucraniana de Kharkiv.
“Fuerzas ucranianas mantienen ataques localizados por tierra o amenazan posiciones rusas tras el Río Oskil”, indicó el instituto.
“Es improbable que las fuerzas rusas tengan suficiente fuerza para impedir nuevos ataques rusos a lo largo de todo el Río Oskil porque no parecen estar recibiendo refuerzos, y probablemente las fuerzas ucranianas podrán aprovechar esta debilidad para reanudar la contraofensiva al otro lado del Oskil si así lo deciden”, añadió el grupo.
La operación también ha dejado más armas en manos ucranianas.
Es probable que las fuerzas rusas dejaran atrás docenas de tanques, vehículos blindados de transporte de tropas y otro equipamiento pesado en su huida en el este del país, según dijo el miércoles un centro de estudios ucraniano.
El Center for Defense Strategies dijo que una sola unidad rusa que estaba cerca de Izium había dejado atrás 39 tanques T-80 y 35 vehículos de combate de infantería, conocidos por su acrónimo BMP. Otra unidad dejó atrás 47 tanques y 27 vehículos blindados.
El centro dijo que fuerzas rusas habían intentado destruir con artillería algunos de los vehículos. Las fuerzas armadas suelen destruir material que abandonan para que su rival no puedan utilizarlo.
En otros lugares, Rusia continuó sus ataques durante el último día y siguió impulsando la cifra de muertos de la guerra, que ya ha superado los siete meses.
Al menos siete civiles murieron y 22 resultaron heridos por ataques rusos sobre siete regiones ucranianas, según dijo el miércoles por la mañana la oficina presidencial de Ucrania.