El presidente ucraniano Volodymir Zelensky intentó este jueves apuntalar el apoyo de Estados Unidos a Ucrania durante su rápida visita a Washington, donde pronunció un mensaje optimista sobre el desarrollo de la guerra en medio de nuevos cuestionamientos sobre el envío de dólares que durante 19 meses han permitido a sus soldados seguir luchando contra las fuerzas rusas.
La recepción discreta que se brindó al mandatario ucraniano en el Congreso contrastó con la bienvenida heroica del año pasado, pero los comentarios sobre la ayuda que dice necesitar para evitar una derrota fueron generalmente favorables.
Zelensky, vestido con uniforme verde oliva y manga larga, llegó al Capitolio con un mensaje firme en sus conversaciones a puertas cerradas con líderes republicanos y demócratas. Los ucranianos tienen un plan de guerra sólido y “están ganando”, aseguró a los legisladores, según declaraciones de éstos.
El presidente Joe Biden recibió a Zelensky con alfombra roja en la Casa Blanca, con mayor pompa de la que se brinda típicamente a los gobernantes de otros países, y dejó clara su preocupación con el Congreso.
Una oposición cada vez más notoria al financiamiento de Ucrania por parte de algunos miembros republicanos de la Cámara de Representantes alineados con el expresidente Donald Trump está amenazando lo que había sido una aprobación fácil del Congreso para cuatro rondas anteriores de ayuda militar y económica, que aportaron 113.000 millones de dólares. Cualquier oposición continua a la ayuda estadounidense a Ucrania también pone en riesgo el respaldo público al esfuerzo de guerra.
Al ser cuestionado sobre el tema de la financiación tras reunirse con Zelensky, Biden respondió: “Cuento con el buen juicio del Congreso de Estados Unidos. No hay alternativa”.
Esta visita Zelensky a Washington se produjo cuando la petición de Biden al Congreso de otros 24.000 millones de dólares para las necesidades militares y humanitarias de Ucrania pende de un hilo. La resistencia a esta última petición podría provocar retrasos o reducciones.
El gobierno estadounidense sí anunció este jueves otros 325 millones de dólares en lo que se conoce como asistencia militar presidencial a Ucrania. El secretario de Estado Antony Blinken dijo que el paquete incluiría defensa aérea adicional, munición de artillería, municiones de racimo y otras armas.
Interrogatorio a Zelensky
En el Capitolio, el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, que enfrenta oposición de sus correligionarios republicanos de extrema derecha alineados con Trump a seguir apoyando a Ucrania, optó por no recibir al mandatario ucraniano frente a las cámaras. Sólo el líder del bloque demócrata, Hakeem Jeffries, recibió a Zelensky a su arribo al Capitolio.
McCarthy confirmó que rechazó el pedido de Zelensky de una sesión conjunta de las cámaras como la que se realizó durante su visita anterior porque no hubo tiempo para organizarlo.
Pero elogió las respuestas de los ucranianos a las preguntas del jueves de los legisladores.
“Fue directo. Me pareció honesto, respondieron a las preguntas”, dijo McCarthy. “Escuché muchas cosas positivas”.
Los legisladores republicanos dijeron haber preguntado a Zelensky sobre las perspectivas de la contraofensiva ucraniana, en momentos en que la lucha para repeler a las fuerzas invasoras rusas está por cumplir dos años sin que haya habido penetraciones importantes en las líneas minadas de Rusia.
Zelensky “reconoció que es duro, muy duro, superar defensas atrincheradas”, relató el senador independiente Angus King. “Creen que el avance será lento y seguro, pero no rápido”.
En tanto, en las horas previas al arribo de Zelensky al Congreso, Rusia lanzó sus ataques más intensos del último mes en Ucrania, con un saldo de tres muertos, varios incendios y daños a la infraestructura a varias ciudades al caerles misiles y obuses.
El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, subrayó el jueves que Biden intentaría transmitir con la visita de Zelenskyy que Estados Unidos y el mundo “envían un mensaje claro que en el siglo XXI no puede permitirse a un dictador que conquiste ni divida territorio de su vecino”.
“Si lo permitimos aquí, ocurrirá en otras partes del mundo, socavará la seguridad y ni que decir de los valores tan apreciados por el pueblo estadounidense”, añadió.