Zelensky realiza la mayor reestructuración de su gabinete en medio de rápido avance de Rusia en Donetsk
Lo que parecía una de las más grandes remodelaciones del gobierno ucraniano, con seis jefes de cartera saliendo de sus puestos, terminó convirtiéndose en un enroque de ministros sumado a la salida de otros. El remezón ocurre justo cuando Rusia hace importantes avances en la toma de territorio.
Mientras vientos de preocupación se despiertan en la provincia ucraniana de Donetsk, cuando el Ejército ruso logra hacerse con grandes porciones de tierra en un breve lapso, en Kiev, Volodymyr Zelensky impulsa la mayor sacudida de su primera plana política desde que inició la guerra, para traer “nuevas energías”. Así lo confirmó el propio mandatario durante este miércoles al ser consultado por la destitución de una de las figuras más reconocibles en el extranjero de la administración ucraniana: la del ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba.
“El otoño (boreal) será extremadamente importante para Ucrania. Y nuestras instituciones estatales deben configurarse para que Ucrania logre todos los resultados que necesitamos, para todos nosotros”, explicó el mandatario durante su discurso nocturno a la nación. “Necesitamos nuevas energías”, añadió ante las preguntas de la prensa.
No se trata solo de Kuleba. Junto a él, otros cinco jefes de carteras presentaron su dimisión. En la lista de políticos, destacaba la presencia de Oleksandr Kamyshin, ministro encargado de la producción de armas.
Sin embargo, con el pasar de las horas, lo que parecía una reestructuración mayor, terminó convirtiéndose en una suerte de enroque ministerial entre algunos miembros del gabinete, sumado a la efectiva salida de otros políticos como Kuleba, detalló este miércoles en Télegram Davyd Arakhamia, jefe de la fracción parlamentaria de Servidor del Pueblo. Según el coordinador del partido oficialista, se aprobó “una visión general de las rotaciones de personal para reforzar el Estado”, consignó el medio Ukrinform.
Si bien la jugada no sorprende a analistas ucranianos e internacionales, especialmente porque hace meses que se rumoreaba de su ejecución, la concreción ocurre cuando Rusia hace rápidos e importantes avances bélicos en el campo de batalla, especialmente en la región de Donetsk. Para el miércoles, las autoridades rusas anunciaron la toma de dos localidades en la región del sureste ucraniano.
Remezón ministerial
De los seis ministros que se esperaba salieran del poder, por lejos el más conocido era Dmytro Kuleba. Su fluido inglés y su edad -ingresó al gabinete en 2020 con solo 38 años, convirtiéndose en la persona más joven en ocupar el cargo de canciller en la historia del país- hicieron de él una figura cercana a la prensa occidental, pero también debido a su, a veces, ruda forma de expresarse.
“Dennos los malditos Patriots”, dijo en marzo de este año cuando Ucrania solicitaba el famoso sistema de defensa antiaéreo propiedad de Estados Unidos. También mandó a que “se callaran” los críticos de la fallida contraofensiva de 2023, rememoró el periódico The Times.
Junto al canciller, dimitieron el ministro de Industria Estratégica, Oleksandr Kamyshin -cartera encargada a cargo de la producción de armamento de guerra-; el ministro de Justicia, Denys Maliuska; el ministro de Protección del Medio Ambiente, Ruslan Strilets; los viceprimeros ministros Olha Stefanishyna e Iryna Vereshchuk; y el director del Fondo de Propiedad Estatal de Ucrania, Vitaliy Koval. Uno de los principales colaboradores de Zelensky, Rostyslav Shurma, también fue destituido mediante un decreto presidencial.
Medios de comunicación locales apostaban a que el reemplazo de Kuleba iba a ser Andrii Sybiha, viceministro de Asuntos Exteriores. Y así se confirmó durante el miércoles, cuando autoridades del partido oficialista confirmaron la reestructuración. Junto a Sybiha, a cargo de la Cancillería, se sumaron Oleksiy Kuleba -exgobernador del óblast de Kiev- como viceprimer ministro y ministro de Comunidades, Territorios y Desarrollo de Infraestructuras.
Olha Stefanishyna, quien aparecía entre quienes dimitían a primera hora del miércoles, fue apuntada como la nueva ministra de Justicia y viceprimera ministra para la Integración Europea; Natalia Kalmykova asumirá el Ministerio de Asuntos de los Veteranos; y Mykola Tochytskyi, la cartera de Cultura y Política de la Información.
Vitaliy Koval, también entre los salientes, pasará a dirigir el Ministro de Política Agraria y Alimentación de Ucrania. Oleksandr Kamyshin, que oficiaba como ministro de Industria Estratégica, “asumirá un cargo en la Oficina Presidencial, donde seguirá ocupándose de las cuestiones de armamento e infraestructuras”, aseguró el medio Ukrinform.
De momento, la Rada Suprema (el Parlamento de Ucrania) aprobó la dimisión de la viceprimera ministra de Integración Europea y Euroatlántica, así como del ministro de Industria Estratégica, el ministro de Justicia y el ministro de Protección del Medio Ambiente.
El apremio por encontrar un sucesor para la Cancillería se debía a que Zelensky y su administración están ad portas de un viaje a Estados Unidos donde el mandatario prometió que presentaría a su par norteamericano un “plan de victoria”, el que será supuestamente comunicado en la Asamblea General de la ONU, la próxima semana.
Volodymyr Fesenko, un analista político de Kiev con conexiones en el gobierno, dijo a The Times que es posible que Zelensky no estuviera conforme con el reciente desempeño de su ahora exministro, incluyendo desde la fallida obtención del permiso de países occidentales para utilizar las armas de largo alcance en territorio ruso, hasta una reciente polémica diplomática con Polonia.
El país miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y aliado clave de Ucrania, tanto por proximidad como a nivel político, había solicitado la exhumación de los ciudadanos polacos masacrados por nacionalistas ucranianos durante la Segunda Guerra Mundial, petición a la que Kuleba se negó.
Se estima que unos 120.000 polacos murieron a manos de la Organización de Nacionalistas Ucranianos en las regiones de Volinia y Galitzia durante la cruzada étnica que emprendieron en la actual Ucrania occidental, entre 1943 y 1945.
La respuesta del excanciller fue afirmar que ambos países debían dejar “la historia a los historiadores y construir juntos el futuro”. La réplica llegó de manos del primer ministro polaco, Donald Tusk, y no fueron las mejores para las aspiraciones ucranianas de integración regional. De hecho, Tusk aseguró que Varsovia no apoyará la candidatura del país en guerra a la Unión Europea (UE) hasta que Kiev acepte las exhumaciones.
“El presidente es muy exigente”, dijo el analista Volodymyr Fesenko a The Times. “La disputa con Polonia también puede haber influido, pero no habría sido el factor decisivo”, añadió.
En cambio, Mykola Davydiuk, politólogo ucraniano consultado por CNN, aseguró que no hay grandes desacuerdos al interior del gabinete de Zelensky. Al contrario, cree que los cambios se están dando simplemente para enviar una señal de que se está renovando la energía.
La oficina del Presidente “quería hacer esto el otoño pasado, luego en diciembre, luego en mayo. Hablaron de ello, así que tienen que hacer algo, de lo contrario la gente no les creerá”, planteó el analista a la cadena internacional. “Occidente no puede criticarle ahora porque tiene muchos asuntos internos de los que ocuparse: las elecciones estadounidenses, los problemas electorales en Alemania y Francia”, continuó.
Más cercano a la primera postura se mostró Mykhailo Minakov, asesor principal sobre Ucrania del Instituto Kennan del Wilson Center, quien aseguró a The New York Times que “Ucrania tiene que prepararse para una nueva fase de la guerra y una nueva fase de la diplomacia, y le gustaría que hubiera nuevos gestores de estos procesos”.
El mandatario solo había destituido a un puñado de ministros desde el inicio de la guerra, en febrero de 2022, más de dos años y medio atrás. En mayo pasado despidió al ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, envuelto en una serie de escándalos de corrupción. A inicios de 2024, en tanto, relevó al máximo comandante de Kiev, Valerii Zaluzhnyi.
Las pocas destituciones, cree Minakov, han creado una sensación de estabilidad, pero también ha dado pie a acusaciones de que el liderazgo de Zelensky es uno reticente al cambio.
Esa acusación ha hecho eco en la oposición al mandatario, quien se negó a realizar las elecciones presidenciales y parlamentarias que correspondían hacerse en marzo o abril de este año, suspendiéndolas debido a la ley marcial que rige al país.
Iryna Herashchenko, diputada de la oposición, aseguró que Ucrania necesita de un gobierno de unidad nacional que incluya a ministros que no formen parte del sector político de Zelensky, reabriendo esta línea de críticas.
Los avances rusos
Los problemas políticos no son la única preocupación de Zelensky en estos días. Una serie de ataques aéreos se sumó al anuncio de Moscú de que sus fuerzas estarían realizando importantes avances territoriales en Donetsk.
A modo de recuento, la seguidilla inició el martes, cuando las fuerzas del Kremlin lanzaron un ataque masivo con misiles -uno de los más mortíferos en los 30 meses de guerra- contra una academia militar en Poltava, al este de Ucrania. Según los funcionarios del país invadido, 51 personas fallecieron por la ofensiva, mientras otras 271 resultaron heridas en distintos niveles de gravedad. Para el miércoles, los rescatistas seguían retirando cuerpos y escombros, relató The New York Times.
No pasaría mucho, solo horas, de hecho, para que otro ataque cayera en Lviv, ubicado en el oeste del país. El lanzamiento de misiles rusos provocó la muerte de siete personas, entre ellos, tres niños -uno de nueve años-. La localidad, cercana a la frontera con Polonia, se consideraba una zona relativamente segura debido a su ubicación.
Sin embargo, otro hecho marcó la jornada: la considerable toma de territorio anunciado por Rusia. Así lo confirmaron autoridades de Moscú, quienes señalaron este miércoles que su Ejército habría tomado el control de Karlovka y Prechistovka, ambas en la provincia de Donetsk, región del este del país que desde el inicio de la guerra se convirtió en uno de los focos del conflicto.
La información entregada por el Kremlin llega tras la confirmación de los servicios de Inteligencia británicos, el fin de semana, de que las fuerzas rusas estaban logrando importantes avances hacia la ciudad de Pokrovosk, un centro estratégico clave en el frente oriental de la guerra, aseguró Europa Press. Si hace dos meses la distancia entre el municipio y los rusos era de 23 kilómetros, ahora es solo de ocho, añadió el diario El País.
Así, mientras Kiev celebraba los logros de la ofensiva de Kursk, en territorio ruso, todo apunta a que Moscú aprovechó para sacar provecho de las débiles defensas en Donetsk. Según la agencia de noticias AFP, el ataque ruso en la citada región había alcanzado hasta el lunes 477 kilómetros cuadrados de ganancia territorial. Y Vladimir Putin aprovechó de celebrar. “No habíamos visto un avance tan rápido en mucho tiempo. Las Fuerzas Armadas no avanzan 200-300 metros, sino que avanzan tomando kilómetros cuadrados”, dijo el presidente ruso al respecto.
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