Se acerca la Semana Santa, feriado religioso que está agendado para el viernes 7 y sábado 8 de abril, dando pie a un fin de semana largo, donde los pescados y mariscos toman protagonismo en los platos de las familias chilenas.

Es por ello que, desde la Seremi de Salud, han puesto en marcha un plan de fiscalización hacia locales que venden este tipo de productos.

Desde el Mercado Central, el seremi de Salud de la Región Metropolitana, Gonzalo Soto, informó que, hasta la fecha, 34 recintos están bajo sumario por no cumplir con alguna medida sanitaria. Asimismo, señaló que casi 80 kilos de pescado fueron retirados del mercado.

Desde el 9 de marzo se han efectuado 159 fiscalizaciones, de un total de 480 que están planificadas hasta el 9 de abril, en el marco del plan de Semana Santa. Precisamente por ello, es que las inspecciones “se intensificarán esta y la próxima semana”, aseguró el seremi.

Además, Soto hizo un llamado a denunciar si se observa alguna mala práctica de manipulación de este tipo de alimentos, y a comprar en el comercio establecido y autorizado por el Ministerio.

• “Este tipo de productos deben comprarse en un lugar donde se mantengan con la debida refrigeración y conversación, que son entre 0° y 5°”, indicó Soto.
• Al comprar pescado, “hay que fijarse que tengan los ojos brillosos, vidriados y que las agallas estén rosadas. También, que al tacto con el dedo, el pescado pueda recuperar rápidamente su turgencia, que las escamas no se pierdan con facilidad. Esas indicaciones dan cuenta de un pescado que se mantiene en buenas condiciones”.
• Respecto a los mariscos, Soto precisó que “un marisco en buenas condiciones tiene que estar vivo, tiene que estar cerrado. Si está abierto, usted lo golpea con otro marisco y si se cierra, está bueno”.
• Asimismo, recomendó estar atentos al proveedor de los productos: “Es importante que el equipo que está vendiendo este tipo de productos cuente con elementos de protección personal como una cofia y delantal”.

• Soto precisó que, si el pescado recién comprado no se consumirá de inmediato, hay que mantenerlo refrigerado “como máximo 48 horas”. En caso de congelarlo, este puede durar hasta un año, siempre y cuando “no se descongele y rompa la cadena de frío”.
• Si se guarda en el refrigerador, hay que hacerlo “en una bolsa hermética, para evitar la contaminación cruzada”, destacó el seremi.
• “Cuando compren los alimentos, es importante que la cadena de frío se mantenga hasta la casa”.

De no seguir esas recomendaciones, el seremi advirtió que “se exponen a una intoxicación o gastroenteritis”, e incluso las reacciones podrían ser más complejas para embarazadas, adultos mayores e inmunocomprometidos.