Ha pasado exactamente una semana desde que la presidenta de la Cámara de Diputados, Karol Cariola, dio a luz a su primer hijo, y fue ese mismo día que su domicilio en Providencia fue allanado, en virtud de una investigación que lleva adelante el Ministerio Público en su contra, por posible tráfico de influencias. Las diligencias incluyeron también la incautación del teléfono de la parlamentaria, el que fue retirado por la PDI en el centro asistencial, mientras ella se encontraba hospitalizada tras el parto.
El momento en que se realizó la diligencia ha sido fuertemente cuestionado por el oficialismo. Además, la propia diputada y su abogado, Juan Carlos Manríquez, informaron que recurrirán a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), puesto que -acusan- se habrían vulnerado los derechos fundamentales de la parlamentaria y su hijo, tras las diligencias efectuadas.
Con todo ello, a través de un video difundido el pasado 8 de marzo, Cariola acusó que en las diligencias policiales su pareja, el diputado Tomás de Rementería, y familia “recibieron amenazas de ingresar” a su sala de parto en el hospital donde se encontraba.
Al respecto, Manríquez, en conversación con Radio ADN, señaló que la pareja tomó fotos y videos del parto con el teléfono incautado, imágenes que el jurista teme puedan ser difundidas.
“Voy a decir algo, por favor, que se tome con la mayor altura. Esta persona (De Rementería) como cualquier otra, pónganse la posición de cualquiera que ha sido padre, están teniendo su primer hijo, estaba con el teléfono de la señora Cariola, dentro de otras cuestiones, en la sala de parto, grabando el acto del parto, que duró más de 20 horas”, señaló.
Inmediatamente agregó: “Esas grabaciones y filmaciones están en ese teléfono. Imagínense lo vejatorio que significa, dada la cultura de filtraciones ilegales, por cierto, que se han dado al último tiempo de este tipo de diligencias. Con eso se lo digo todo”.
Además, criticó las palabras que habrían manifestado los policías hacia la diputada cuando estaban efectuando la diligencia en el centro asistencial.
“Cuando van y le dicen, ¿sabe qué? Espera un minuto, hagamos esto, le dicen ‘nosotros tenemos apostado un equipo en la casa, donde estaba la abuela, con otros menores, y aquí afuera, hace un día. Si usted quiere escándalo, lo va a tener’. Dígame si eso es un estándar aceptable, hoy día”, manifestó.
Agregando que “todo eso está expresado en nuestro reclamo”.