El servicio de maternidad del Hospital de San Fernando contratará a un médico habilitado para realizar abortos, luego de que todos los doctores del establecimiento se declararan objetores de conciencia para interrumpir embarazos derivados de violaciones.
"No está instruido seleccionar por cómo piensa, pero sí el establecimiento tiene la obligación de velar de que en el proceso de llamada de selección se aclare que el médico tiene que desarrollar actividades en el Servicio de Ginecología y Obstetricia, y que además deberá realizar prestaciones de las tres causales que están establecidas en la ley", explicó el subdirector del Servicio de Salud O'Higgins, Felipe Rojas.
La autoridad sostuvo que, por mientras, un médico ginecólogo del Hospital de Rengo realizará, en comisión de servicio, esta prestación para las pacientes que lo requieran, cumpliendo así los criterios establecidos en la norma.
Inicialmente, el Hospital de San Fernando estaba en la lista de establecimientos capacitados para realizar abortos pero impedido para llevarlos a cabo, pues el 100% de los profesionales se había declarado objetor de conciencia.
Sin embargo, afirma Rojas, este escenario fue variando respecto de las dos primeras causales que facilitan la interrupción voluntaria del embarazo -riesgo materno e inviabilidad fetal-, por lo cual las prestaciones estarían aseguradas para ambos casos.
"En un comienzo, en el Hospital de San Fernando eran todos objetores de conciencia. Sin embargo, fue aclarándose la situación, sobre todo la primera y segunda causal. Existe un médico ginecólogo que no es objetor y que realizará las prestaciones cuando se requieran", afirmó el directivo.
Para el Servicio de Salud de O'Higgins, las medidas implementadas serían suficientes, dado que no se trata de "procedimientos de urgencia". Además, la entidad implementará un protocolo interno para la gestión oportuna y la entrega de todas las prestaciones consideradas en la norma.
En tanto, para los casos de inviabilidad fetal que lleguen al recinto, se ha dispuesto que la paciente deberá ser derivada al Hospital Regional de Rancagua, para que médicos subespecialistas en medicina materna fetal confirmen la presencia de malformaciones congénitas incompatibles con la vida en el embrión. La posterior interrupción del embarazo, una vez certificada la condición, se realizaría en el Hospital de San Fernando.
"Existe un trabajo en red, donde las pacientes efectivamente van a poder interrumpir su embarazo cuando se aplica la ley en las tres causales en los hospitales de mediana y alta complejidad de la región", añadió Rojas.
Justamente, esta semana, en una sesión especial de la Cámara de Diputados, el ministro de Salud, Emilio Santelices, informó que el Hospital de Osorno también contratará a un especialista para resolver los abortos en caso de violación, tras la negativa de los profesionales del recinto.