Tras la entrada en vigor de la Ley de Convivencia Vial, el 10 de noviembre pasado, poco se ha hablado de los motociclistas, usuarios de las vías que poseen una alta tasa de accidentabilidad según el Ministerio de Transportes. De acuerdo con cifras de esa cartera, solo en 2017 hubo 7.098 siniestros viales que involucraron a este tipo de vehículo, lo que equivaldría a 20 accidentes por día.
El balance oficial indica que el año pasado se registraron 94.879 accidentes protagonizado por diversos modos de transporte a nivel nacional. En ellos falleció un total de 161 motociclistas, al tiempo que otros 5.784 resultaron lesionados de diversa consideración. Los motociclistas se convierten así en el tercer grupo con mayor cantidad de víctimas, después de los peatones y automovilistas.
El reporte también señala que la cifra de accidentes en moto se duplicó en diez años: en 2008 hubo 3.821 eventos, mientras que el año pasado se produjeron 7.098 casos -aunque en el mismo período se registró un aumento en el parque de motocicletas en Chile-. Según los datos, la mayoría de los motociclistas envueltos en accidentes se ubica en un rango de edades que va entre 19 y 33 años (ver infografía).
Ante ese escenario, la ministra de Transportes, Gloria Hutt, señaló que esa cartera busca mejorar las condiciones de seguridad en torno al uso de estos vehículos motorizados. "Estamos impulsando nuevas exigencias normativas y técnicas, como la creación de las zonas de detención adelantadas para motos (motobox)", precisó, y recordó que ello quedará establecido en uno de los reglamentos de la Ley de Convivencia Vial.
Al mismo tiempo, una de las preocupaciones de la autoridad y de las organizaciones de usuarios es el incremento de la presencia de motocicletas en las calles, explicado en parte por el auge del mercado de reparto de productos a domicilio, últimamente potenciado por las apps. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en 2017 había 177.961 unidades en el país, frente a las 148.455 motos que circulaban en 2013.
Certificación de cascos
"Siempre consideraremos preocupante que haya personas fallecidas en accidentes de tránsito", reconoció Luis Stuven, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (Conaset). La autoridad indicó que entre las medidas que se están desarrollando se incluye la elaboración de una propuesta para que las motocicletas que ingresen al país tengan incorporados frenos ABS, tal como se les exige a los automóviles particulares. Este mecanismo ayuda a evitar que el vehículo resbale en el piso y se detenga rápidamente en caso de una detención brusca.
Stuven añadió que desde septiembre de 2019 se exigirá al importador o vendedor una certificación a los cascos hecha por un laboratorio acreditado, "pues se aprecian muy diversos estándares de calidad que pueden generar graves impactos para el usuario en accidentes".
En caso de que el dispositivo reúna las características y especificaciones técnicas establecidas en este reglamento, el ministerio podrá entregar un certificado con el número de acreditación. Del mismo modo, cada casco deberá llevar un código QR que, al ser escaneado en un teléfono móvil, despliegue datos como marca, modelo, lote, fabricante, país de origen y solicitante del implemento de seguridad.
El secretario ejecutivo de la Conaset insistió en que la demarcación de "motobox" en las calles, que se ubican junto a la línea de detención de los semáforos, debería ser importante para ayudar a reducir la tasa de accidentes.
Clarita Espinoza, presidenta de la Asociación de Motoristas-Chile, llamó a los municipios a "disponer de recursos para demarcar estos sitios. Son necesarios, pues los motociclistas corren riesgos al avanzar junto a otros vehículos cuando el semáforo da luz verde, sin tener un lugar adecuado para ellos". La dirigenta consideró que el reglamento de la ley, que está actualmente en estudio, debería contemplar un rectángulo del ancho de la calle respectiva, por dos metros de largo. Cabe recordar que dicho espacio debe ser compartido con los ciclistas, de acuerdo a la normativa.
¿Qué responsabilidad tienen los pilotos en estos casos? "No hay escuelas de conducción para nosotros. Todo depende de la destreza de la persona o de qué le diga el vendedor", señaló Espinoza. Y las cifras parecen respaldar esta afirmación: por ejemplo, la mayoría de los siniestros ocurridos en 2017 se debió a la imprudencia del conductor, con 2.434 casos. La siguen el exceso de velocidad, con 820 eventos, y no respetar la señalética, que desencadenó 623 siniestros.
La cartera de Transportes también informó que junto con la Mutual de Seguridad desarrolla un plan de trabajo dirigido a la capacitación de los trabajadores que usan motos en sus labores.