“Necesito visibilizar los tiempos de espera que tienen los niños antes de poder llegar a una familia adoptiva. Sola no puedo. Ya no es solo mi causa, ya no es solo por mi hijo/ hija. Sí. Él/ella es el motor, pero no puedo no hacer nada por todos los niños y niñas que esperan. Los tiempos son tan largos que a veces el derecho de vivir en familia se pierde y cumplen 18 años sin haber conocido lo que es vivir en una”.
Ese es uno de los mensajes de la campaña #alertaamarilla que encabeza Magdalena Illanes (42). La profesora de Educación Básica fue declarada idónea para adoptar un hijo en noviembre de 2018. Y desde ese día espera ser llamada para concretar el proceso. Ya van tres años en lista de espera, sin noticias alentadoras.
“Me da frustración, impotencia. Yo como adulta puedo esperar varios años, pero frente a un niño que espera dos o tres años ¿quién se hace cargo?”, sostiene.
En abril del año pasado la docente decidió tomar cartas en el asunto. Creó la cuenta “En espera estoy”, reunió a un grupo de activistas y a través de las redes sociales comenzó a viralizar su situación. Eso, y a llamar la atención sobre otra medida, más rezagada aún: el proyecto de ley enviado en 2013, bajo la primera administración del Presidente Sebastián Piñera, que buscaba acortar los tiempos de espera que afectan a los niños susceptibles de ser adoptados.
Esta calificación, que implica que un niño pueda legalmente ser entregado a otra familia, deben darla los tribunales, luego de un proceso que privilegia la búsqueda de algún familiar directo para que asuma la tutela.
Viviana Petric, jefa del departamento de Adopción del Servicio Mejor Niñez, detalla que “actualmente existen 103 niños y 102 niñas susceptibles de ser adoptados. Respecto de la cantidad de niños con inicio de causa de susceptibilidad, son 190 niños, niñas y adolescentes”. Por el otro lado, hay 530 familias en el país que han sido calificadas como idóneas para adoptar a un menor.
La iniciativa en trámite, además, persigue modificar el orden de prelación, dejando en igualdad de condiciones a personas solteras y casadas que deseen adoptar. Pero, luego del primer trámite constitucional en la Cámara de Diputados, donde permaneció seis años, el proyecto ahora se encuentra en la Comisión de Constitución del Senado, sin movimiento desde octubre pasado.
“Si se aprueba la modificación de la Ley de Adopción (vigente desde 1999), uno de los principales cambios será el término del orden de prelación que existe actualmente, y que establece como prioridad los matrimonios residentes en Chile, luego a extranjeros y en tercer orden a viudos, separados y divorciados. El fin del orden de prelación permitirá ampliar el universo de familias postulantes a adoptar, ya que los solteros tendrán las mismas condiciones que un matrimonio, de ser seleccionados. Con eso, el Tribunal de Familia tendrá más opciones para elegir la mejor alternativa de familias para los niños y niñas, sin importar su estado civil, y solo de acuerdo al interés superior del niño”, sostiene Petric, de Mejor Niñez.
Claudia Rodríguez, profesora de la Clínica Jurídica de la Facultad de Derecho UC, explica que “esta ley abre la posibilidad para que más gente pueda adoptar. Si se promulga, se crearían subprogramas de adopción que harían más ágil el proceso y más expedito”.
Frente a la regulación vigente, la profesora de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, Rommy Álvarez, es crítica, pues enfatiza que la prioridad no está en los niños ni en los adolescentes: “Es complicado, porque, por definir una forma de familia que parece ser más satisfactoria, pasa a llevar otros derechos esenciales del niño, como el derecho de identidad en uno de sus componentes, que es la nacionalidad. A través de esto se puede ver que la ley no está en función del interés superior del niño, sino más bien desde el punto del vista de los adoptantes”.
El senador independiente Pedro Araya, quien preside la Comisión de Constitución, señala que la instancia despachó “hace varias semanas el proyecto para la votación que debe tener en la sala del Senado, lo que ya depende del comité cuando se ponga en tabla”.
El parlamentario agregó que “nosotros lo aprobamos en general y estamos contentos, porque la ley de adopción es antigua y no responde a la realidad actual. Se necesita una modernización del proceso de adopción donde el eje del proyecto sea el interés superior del niño, niña o adolescente. En esa línea, hay voluntad mayoritaria en la comisión de aprobar esta ley”.
En este contexto, Magdalena Illanes se reunió esta semana con la presidenta del Senado, Ximena Rincón, para solicitarle que se agilice la tramitación de la norma.
“Conociendo la realidad de la adopción que me ha tocado vivir, no me puedo quedar ajena a los tiempos de espera de los niños y niñas. Me parece inconcebible lo que sucede. También es discriminatorio que exista un orden de prelación que tenga que ver con el estado civil de las personas. Por eso surge la alerta, para sacar la voz por ellos”, detalla Illanes.