El 19 de abril, el fiscal de Rancagua, Sergio Moya, lanzó un dardo cuyas consecuencias se sienten hasta hoy. Denunció a su superior, Emiliano Arias, por una serie de presuntas irregularidades vinculadas a tráfico de influencias, obstrucción a la investigación y la violación de secreto. Sin embargo, a tres semanas de la acusación, es el propio Moya quien se transformó en imputado y en sospechoso.
Hoy, el fiscal regional de Aysén, Carlos Palma, ordenó la incautación de sus teléfonos y computadores desde su casa en Rancagua y desde su oficina en la Fiscalía de O'Higgins. Fue personal de una Fuerza de Tarea de la PDI el cual lideró los allanamientos que sorprendieron a Moya en horas de la madrugada.
Palma indaga la falsificación de pruebas en la fallida Operación Huracán. El fiscal contaba con información relativa a las reuniones de Moya con el exjefe de Inteligencia Gonzalo Blu y uno de los oficiales, Patricio Marín, antes de que estallara el caso.
Hasta ahí, la calidad de Moya en la causa era de testigo, situación que cambió tras dos denuncias hechas por Arias y su pareja, la abogada Marissa Navarrete.
Ambos contaban con un presunto correo electrónico que Moya le envió al mayor (R) Patricio Marín antes de que estallara la Operación Huracán, el 13 de diciembre de 2017.
En el mensaje, el fiscal Moya le habría dicho a Marín cómo debían presentar el requerimiento para justificar las interceptaciones telefónicas a los comuneros mapuches. Además, le recomendó trabajar con Carabineros y no con la PDI, pues estos últimos podrían detectar que los WhatsApp no se pueden intervenir.
El supuesto correo fue presentado por Arias al fiscal Eugenio Campos, quien lo interrogó hoy en calidad de imputado por la denuncia de Moya. En paralelo, Marissa Navarrete, querellante en el caso Huracán, también le presentó el mensaje electrónico al fiscal Carlos Palma.
A raíz de esto se inician las diligencias en que Moya pasó a ser imputado. El objetivo fue rescatar evidencia y despejar si el mensaje es o no verdadero. La PDI, incluso, trabaja en la identificación de la casilla de correo, porque no estaba registrada en la información que manejaba el fiscal Palma.
Según afirmó Navarrete, este correo ayuda a explicar que su representado, el excapitán de Carabineros Leonardo Osses "no tiene incidencia en la elaboración del oficio en que se pidió la intervención de teléfonos".
A su salida desde la Fiscalía de O'Higgins, Sergio Moya reconoció la llegada de los policías a su casa y oficina, aunque dijo desconocer más detalles al respecto. Aunque sí se refirió a los posibles correos electrónicos presentados por Arias en su contra. "Eso está en la carpeta investigativa en el celular de Patricio Marín hace un año y medio, creo, no es nada nuevo. Eso corresponde a comunicaciones por el caso Andes (ingreso clandestino de armas desde Argentina), que yo llevaba en una causa del año 2012".
Este jueves, Moya declarará ante Palma en las dependencias de la Fiscalía Nacional.
Fiscal nacional
En tanto, para el sábado se esperaba que el fiscal nacional, Jorge Abbott, volviera a Chile de un seminario en Centroamérica. Sin embargo, ante la contingencia, el persecutor adelantó su regreso y arribará este jueves al país.
La situación de Moya y Arias ha gatillado una serie de reuniones en la Fiscalía Nacional para determinar los cursos a seguir.