La recientemente nombrada directora nacional del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), Waleska Ureta, cuestionó la nueva norma de migraciones que modifica la ley creada en 1975. Apuntó, principalmente, a que no ayudará a solucionar la falta de regularización de extranjeros en Chile, ya que, dijo, “no podrán hacerlo quienes entraron después 18 de marzo por pasos no habilitados y que no tengan antecedentes penales”.
A raíz de sus críticas, el jefe del Departamento de Extranjería, Álvaro Bellolio, salió a defender la postura del gobierno en la materia.
Primero, destacó lo que a su juicio eran puntos fundamentales de la nueva ley. Entre ellos, habló de “la creación del Servicio Nacional de Migraciones y sus direcciones regionales”, de “sincerar las razones por las cuales se viene al país, de manera que quienes ingresen con intenciones de vivir en Chile, pidan visa en los consulados y tengan cédula de identidad desde el primer día” y de “la no criminalización del ingreso clandestino, facilitando la expulsión administrativa para desincentivar el uso de pasos no habilitados”.
Además, dijo que “el materializar la expulsión de extranjeros que cometieron delitos, ya sean ingresos clandestinos como robo con violencia, trafico de drogas u otros, es fundamental para mejorar la cohesión entre nacionales y extranjeros. Este mínimo grupo de extranjeros que son expulsados generan problemas de convivencia en el país, por lo que visibilizar su expulsión ayuda a generar confianzas en que el extranjero que está en Chile, no tiene antecedentes, y si llega a cometer delitos, va a ser expulsado. Poco ayuda la visión buenista de que nuestro país sea el centro de la rehabilitación de migrantes delincuentes, porque genera tensión entre nacionales y extranjeros debido a la impunidad de que cometer delitos, si eres extranjero, no tiene consecuencias”.
Sobre la regularización de clandestinos, Bellolio aseguró que “existen dos visiones. Los que creemos que el ingreso clandestino perjudica a nacionales y extranjeros, y los deja vulnerables, por lo que no hay que incentivar estos ingresos prometiéndoles visas y regularizaciones automáticas, o la propuesta del Frente Amplio y el SJM, donde no importa como entren, ya sea clandestino o no, sino que lo importante es que todos puedan llegar a Chile, y para evitar que ingresen clandestinamente, dejar pasar a cualquiera sin preocuparse de las implicancias en la cohesión e integración en nuestro país”. Por ello, indicó que la insistencia que se modifique el artículo 8 transitorio de la ley para dar visa a personas que cometieron un delito e ingresaron de forma clandestina “solo sigue incentivando que ocupen este método que los perjudica para venir a nuestro país”.
Agregó que la propuesta del SJM, es la de una “migración sin restricciones, ya sea con el turismo laboral que generaría que 500 mil extranjeros llegaran a frontera para entrar y buscar trabajo sin cédula de identidad, o que debemos entregar visas automáticamente a ingresos clandestinos, incentivando este tipo de ingreso, es una postura válida, y defendida por fuerza por el Frente Amplio (FA) y el Partido Comunista (PC) pero la propuesta de que entren con visa y RUT desde el día uno favorece a que la migración sea gradual, se pueda trabajar con los territorios, y se respeten los derechos de los migrantes”.