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Análisis de la PDI al narcotráfico: suben precios y buscan transportistas

La policía civil estudió cómo ha cambiado el mercado de sustancias ilícitas en contexto de pandemia. El informe alerta por el eventual surgimiento de “narcobenefactores” en Chile.

16 Noviembre 2010 La Policia de Investigaciones (PDI) exhibe decomiso de drogas en el cuartel ubicado en calle Borgono, Independencia. Asiste el Ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter. Jorge Fuica-La Tercera Jorge Fuica

Un servicio de flete, un camionero y el transporte de unos refrigeradores. Hace dos semanas, la PDI realizó un control aleatorio en el marco de sus operaciones contra el narcotráfico y descubrió que en un simple transporte de carga de electrodomésticos se había habilitado un doble fondo, en donde se escondía droga.

En este mismo sentido, hace pocas semanas llegó un reporte internacional con las últimas evoluciones del narcotráfico. En Perú, se detectó un nuevo mecanismo de ocultamiento de droga. Allá se intentó pasar sustancias en una carga llena de insumos médicos que iba con destino a China.

Ambos episodios motivaron a que la Policía de Investigaciones (PDI) realizara un estudio sobre cómo ha sido el comportamiento de las organizaciones criminales que se dedican al narcotráfico. La premisa era una: a pesar de la pandemia, el negocio de las drogas sigue en movimiento. En un nuevo escenario nacional e internacional, en que millones de personas han tenido que cambiar sus costumbres y estilos de vida para evitar contagios por Covid-19, había que entender cuál era el comportamiento de estos delitos. Por eso, la Jefatura Nacional Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado (Jenanco) recopiló la experiencia que han tenidos las distintas unidades de la PDI a lo largo del país para describir el comportamiento delictivo de los grupos que se dedican al negocio de la droga. Ya existe un impacto concreto: el precio de venta de la cocaína subió hasta en un 50% (ver recuadros).

“Muchas organizaciones que internan y trasladan drogas al país han tenido problemas porque no les ha llegado la droga”. Con esas palabras, el prefecto inspector Leonardo Torres se refiere al comportamiento que están teniendo estas bandas. El timonel de Jenanco relata que debido al cierre de fronteras y el resto de las medidas que ha tomado la autoridad sanitaria, ha crecido el interés por “captar principalmente a los conductores de camiones para que puedan traer y distribuir la carga”.

El comisario Álex Ahumada, quien está al mando del Departamento de Inteligencia de la Jenanco, lo describe así: “En conocimiento de que los camiones están operando de manera normal y que podría aumentar ese flujo, están tratando de contactar a camioneros con la intención de ofrecerles ingresar al negocio”. El detective también plantea que el delivery se está transformando en una amenaza, ya que también está siendo usado para estos ilícitos.

En el informe de la PDI se detalla que “se ha evidenciado una disminución en la cadena de abastecimiento. Por ende, su oferta se verá ralentizada, obligando a las organizaciones criminales a buscar e innovar en sus habituales rutas de ingreso y métodos de ocultamiento”. También se explica la inclinación hacia las personas que se dedican al transporte de carga: “Se ha podido observar el interés de las organizaciones criminales para reclutar transportistas (choferes), preferentemente de camiones de alto tonelaje, con la finalidad de utilizar dicha logística, entendiendo que dicho rubro tiene mayores posibilidades de concretar su cometido y es una de las pocas actividades que se mantiene activa y en aumento, conforme al traslado de enseres y suministros de primera necesidad”.

Esto mismo lo han visto los fiscales que se dedican a indagar estos delitos. El persecutor jefe antinarcóticos de la Fiscalía Sur, Álex Cortez, comenta que “la actividad del narcotráfico no ha disminuido, sino que se ha adaptado a este nuevo escenario”. El fiscal cuenta que la pandemia “ha llevado a los traficantes a tomar mayores resguardos a fin de evitar ser descubiertos por la intensificación de los cordones sanitarios y zonas de cuarentena, lo que se traduce en una mayor presencia policial”.

Cortez dice que las investigaciones recientes que se han desarrollado en la zona sur de la Región Metropolitana muestran que la droga “sigue circulando y llegando a las poblaciones”.

Los “narcobenefactores”

El informe de la PDI repara en un hecho que se ha comenzado a ver en otros países latinoamericanos. “Desde el ámbito internacional, se puede observar que las grandes organizaciones criminales buscan ‘contribuir’ en la presente crisis humanitaria, desde una base social amplia, por medio de la distribución de apoyos de diferente índole que les permitan enfrentar los tiempos presentes y venideros. Así, la delincuencia fortalecerá su control sobre las comunidades presentándose como ‘benefactores’”, se lee en el documento.

Sin embargo, Torres afirma que, hasta ahora, ese tipo de fenómenos -por ejemplo narcos repartiendo canastas familiares a las comunidades- no se ha visto en los barrios del país, según los datos que arrojan las investigaciones de la policía civil, “si detectáramos algo así, sería una muestra grave de la fuerza y el potencial que están adquiriendo estas organizaciones”.

La académica de la Universidad de Santiago y experta en seguridad, Lucía Dammert, se refiere a este punto y plantea que es “difícil comparar con otros países latinoamericanos, porque en Chile no hay lugares cien por ciento abandonados por el Estado, sino que existen algunas zonas con menor presencial estatal”.

Por eso, Dammert considera que son en estos contextos en los cuales hay que reforzar la capacidad investigativa para identificar claramente las bandas criminales y sus fuentes de negocio: “Las bandas dedicadas al narcotráfico podrían fortalecer su rol por dos cosas. En primer lugar, porque es muy probable que aumenten el desempleo y la pobreza, por lo que incrementará la cantidad de gente que esté disponible a embarcarse en actividades informales e ilegales. Y, por el otro lado, porque en las crisis económicas aumenta la demanda de droga”.

El fiscal Cortez coincide en ese punto. A su juicio, se debe fortalecer el trabajo investigativo sobre el “tráfico barrial, ya que sus efectos en las comunidades cercanas a un foco de estas características van más allá del consumo o microtráfico y se asocian además a delitos contra la propiedad, tráfico de armas o municiones y delitos violentos, todo lo cual hace más compleja la realidad y convivencia de los vecinos”.

Principales hallazgos del informe policial

Alza del precio por menos oferta

El estudio de la PDI señala que debido a la pandemia por Covid-19, ha aumentado la demanda por droga y su oferta disminuyó producto al cierre de fronteras y otras medidas restrictivas: “(Esto) lleva un incremento en su valor final. Tal es el caso de la Región Metropolitana, en donde el valor del clorhidrato de cocaína aumentó entre un 37,5% y un 50%. En tanto, la cocaína base presentó un aumento del 27,7%”

El comisario Álex Ahumada explica que en Santiago, si antes el valor informal de un kilo de cocaína estaba siendo comercializado en cerca de $ 4 millones, hoy la misma cantidad de vende a $ 5,5 o $ 6 millones.

En tanto, dice Ahumada, la cocaína base antes se compraba en $ 1,8 millones el kilo y ahora está a $ 2,5 millones.

Sobrestock de cannabis chilena

El prefecto inspector Leonardo Torres detalla que “como está entrando menos marihuana extranjera, los productores nacionales que tenemos aquí, principalmente en la zona precordillerana de la Cuarta y Quinta Región, sus productos están siendo mejor cotizados, ya que están teniendo más posibilidades”. El mismo informe de la PDI describe así el fenómeno: “Se presume que la cannabis de producción nacional cobrará rápidamente un mayor protagonismo y valor, pudiendo evidenciar un sobrestock de disponibilidad (acopio), puesto que aquellos grupos que se dedican a su cultivo y cosecha han visto interrumpida la cadena de distribución hacia otras regiones o localidades del país”. La crisis sanitaria, a su vez, ha conducido “a las organizaciones criminales a realizar acciones improvisadas”.

Drogas de síntesis a la baja

Los datos de la PDI muestran que casi el 90% de las drogas sintéticas ingresan al país por el aeropuerto. Por lo tanto, al cerrarse las fronteras, el flujo se vio interrumpido: “Las drogas de síntesis se han visto drásticamente disminuidas en su oferta, ello principalmente se debe a que su importación, principalmente de países europeos, se realiza vía aérea, ya sea por medio de pasajeros y con mayor implicancia vía courier, donde, en tal caso, nuestro principal puente aéreo corresponde al aeropuerto internacional Arturo Merino Benítez, cuyo número de operaciones de aeronaves (aterrizaje y despegue) no supera el 10% de su capacidad normal, sumado a un mayor número de instituciones contraloras, que busca intervenir sanitariamente al 100% de los usuarios”.

Auge de rutas marítimas

El comisario Ahumada manifiesta su preocupación para cuando se vuelvan a abrir las fronteras. En palabras coloquiales, dice, esperan “una fuerte avalancha” de ingreso de droga para el mercado nacional. Y llegado ese momento, es probable que se usen más las rutas marítimas debido a los volúmenes de carga que pueden transportar.

“En los últimos años, ha tomado real importancia el uso de rutas marítimas, razón por la cual no se descarta que las organizaciones criminales transnacionales, en conocimiento que dicha modalidad adolece de un fuerte y exhaustivo control y que las probabilidades de ingresar mayores volúmenes de droga son factibles, se augura un incremento en dicha modalidad”, plantea el análisis de la PDI.

Nuevas formas para ocultar

El estudio realizado por la policía civil toma como referencia un caso detectado en Perú para reportar a las unidades policiales sobre la utilización de nuevos mecanismos de ocultamiento.

“Por otra parte, se prospecta un incremento de nuevos métodos de ocultamiento, esta vez utilizando como fachada los envíos de insumos médicos, higiénicos o de primera necesidad, para contaminarlos con sustancias ilícitas, como ya se ha visto reflejado en el mes de marzo, en el vecino país de Perú, donde se incautó alrededor de un kilo de droga al interior de mascarillas quirúrgicas de fabricación peruana, las que tenían como destino Hong Kong China”.

Por esto, uno de los planes de la policía civil es reforzar los controles en distintos puntos del país.

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