Análisis de patentes o de patrones sospechosos: cómo la inteligencia artificial se está aplicando contra la delincuencia

Si bien en el mundo privado su adopción ha sido más rápida, a nivel estatal también se ha comenzado a emplear IA en la seguridad. Una iniciativa público-privada derivó en el proyecto SitIA (Sistema Integrado de Teleprotección con Inteligencia Artificial) del Ministerio del Interior, el que emplea alta tecnología para detectar vehículos robados y en el futuro podrá ayudar en la búsqueda de personas extraviadas o prófugas de la justicia.
La inteligencia artificial (IA) y la seguridad, sin duda alguna, son dos de los términos de los que más se ha escuchado durante los últimos años en Chile y el mundo. Si bien ambas materias responden a diferentes áreas, con el avance explosivo de la IA a nivel mundial los entes investigadores, las policías y hasta el mundo privado han comenzado a recurrir a esta con el fin de conseguir mejores resultados en la persecución de delitos y en su prevención.
La directora de Ingeniería Civil en Informática de la Universidad San Sebastián (USS), Maritza Silva, destaca que la IA “es muy importante en seguridad porque puede detectar y responder a amenazas de manera rápida y precisa”. Según explica, “a diferencia de los humanos, la IA puede analizar grandes cantidades de datos en segundos y detectar patrones sospechosos que podrían indicar un ataque o una falla de seguridad”.
La experta afirma que este tipo de tecnología “se puede aplicar en muchos lugares y situaciones”, ya sea en espacios cibernéticos o físicos. A nivel de entidades privadas, sostiene Silva, la IA ya se emplea para el reconocimiento facial y la detección de comportamientos sospechosos en aeropuertos, de posibles fraudes bancarios, en los análisis de redes y en sistemas de televigilancia.
El uso público
Pero el uso de la IA no solo se ve en ciertos rubros privados, sino que también a nivel público. Sin ir más lejos, Chile ya tiene su propio proyecto: el Sistema Integrado de Teleprotección con Inteligencia Artificial (SitIA), una iniciativa público-privada que está bajo la dirección de la Subsecretaría de Prevención del Delito (SPD) y que corresponde a un proyecto que emplea la IA para entregar soluciones de seguridad, basándose en la integración de equipos –cámaras y pórticos, entre otros– de instituciones públicas y privadas.
SitIA fue anunciado por el Presidente Gabriel Boric en su Cuenta Pública en 2023 y se trata de un proyecto que tiene sus orígenes en 2019 por parte del Congreso del Futuro, el que propuso a la actual administración la iniciativa, poniéndose en marcha hace dos años con un panel de expertos de diferentes universidades y la institución pública.
Guido Girardi, vicepresidente de la Fundación Encuentros del Futuro y fundador de Congreso Futuro, sostiene que este es un proyecto que proviene “del conjunto de las universidades chilenas, del Congreso del Futuro, donde han participado tal vez los más relevantes expertos que tiene el país en materia ética y legal, en materia de inteligencia artificial y en materia de tecnología”.
Según sostiene el exsenador, “trabajamos un año con la alta jefatura de carabineros, de la PDI, del Ministerio Público, con todos estos expertos al alero de la SPD “y elaboramos una propuesta de usar cámaras, de integrar cámaras públicas y privadas, como las cámaras de malls o autopistas, que se integren y generen datos para detectar situaciones de delitos que necesitamos prevenir o enfrentar”.
La subsecretaria de Prevención del Delito, Carolina Leitao, explica que SitIA, desde su lanzamiento en 2024, “se pone tres objetivos: la búsqueda de vehículos robados, de personas prófugas y de personas perdidas. Y ¿por qué? Porque en el fondo lo que se prioriza es el tema de análisis de datos”.
SitIA Patentes
La madrugada del 27 de noviembre del año pasado, Juan Eduardo Mewes (91), padre del entonces presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Ricardo Mewes, fue víctima de una violenta encerrona en Vitacura.
Dos días después, Carabineros logró dar con el vehículo robado. Para lograr aquello, la policía uniformada empleó una tecnología que hasta entonces no se había utilizado masivamente. Se trata de la primera herramienta creada por la iniciativa a cargo de la SPD, SitIA Patentes, un proyecto que emplea IA para detectar automóviles robados y ayuda a dar con su paradero.
Rodrigo Ramírez, líder de proyecto SitIA, explica que para desarrollar esta herramienta debieron integrar más de 600 pórticos de patentes que existen en la capital y que están en manos de municipios o diferentes entidades. Pero no solo eso. En primer lugar debieron aplicar IA para unificar la detección, recolección y procesamiento de los datos –patentes–, cruzar las bases de datos de vehículos robados y que la tecnología también permitiera reconocer las patentes clonadas.
La integración y procesamiento de los cientos de datos resultó –explica el también exsubsecretario– en un sistema que usa Carabineros y que corresponde a “un visualizador interactivo que permite, en tiempo real, saber cuántos vehículos que están por encargo están pasando por la ciudad, hacer una trazabilidad de un vehículo, pero también predecir qué rutas puede tomar”.
Los primeros resultados de SitIA Patente ya han permitido desarticular 12 bandas que se dedicaban al robo de vehículos, incautar nueve armas y recuperar 16 vehículos. Pero no solo eso, sino que –según las estadísticas del organismo– han podido reducirse los tiempos de fiscalización de 12 a 3 horas.
Ese es uno de los principales elementos destacados, precisamente, por la subsecretaria Leitao, quien afirma que “lo más importante aquí es un tema de hacer más eficaz y eficiente el uso de los recursos”.
Los proyectos futuros
Si bien SitIA Patentes es un producto que ya está siendo utilizado por Carabineros, el programa tiene otras iniciativas entre sus planes. Próximamente se presentarán dos nuevos lanzamientos que emplearon IA. Uno es SitIA Evidencias, para gestionar la evidencia en manos de la Fiscalía, Carabineros y la PDI, y el otro será la unificación y procesamiento de miles de cámaras de 14 comunas de la Región Metropolitana, las que podrán ser vistas en un solo centro y permitirán darles trazabilidad a los procedimientos.
En esa línea, la subsecretaria destaca la importancia de ir sumando a más organismos públicos y privados para la integración de cámaras y pórticos. “En el fondo, ir dejando que la tecnología pueda conversar y por eso, como es escalable, es un desarrollo infinito”.
También ya se trabaja en planes piloto, en la Región de Magallanes, de un sistema de detección facial que emplea IA.
Para más adelante –pese a que su desarrollo ya está en marcha– está la implementación de SitIA para analizar videos de seguridad de manera unificada y que permita detectar y prever comportamientos delictivos, como la presencia de armas. Por lo mismo, destaca Ramírez, uno de los próximos desafíos al emplear esta tecnología es “entrenar modelos según el tipo de delitos que ocurren en Chile, como el bicichorro, motochorro, el robo de cables en la minería en el norte o temas con pasos fronterizos en el sur del país”.
Aún más lejano en los planes, pero ya en observación, está otra de las propuestas del Congreso del Futuro, y es algo a lo que aspira SitIA: el empleo de drones –en enjambre– para detectar comportamientos delictuales, advertir de hechos de violencia e incluso responder a emergencias.
Los desafíos
Más allá de este proyecto, y en términos generales, a juicio de la académica Silva, la IA representa cuatro desafíos principalmente: la dependencia tecnológica, los costos, la precisión y la privacidad. En línea de esto último, Lorena Donoso, profesora de Derecho Procesal de la Universidad de Chile y experta en derechos digitales, advierte que la IA en la seguridad “plantea una serie de riesgos legales que deben ser abordados con cuidado y precisión”.
En ese sentido, la abogada destaca que “uno de los mayores desafíos es proteger la privacidad de las personas y garantizar la presunción de inocencia”, así como también evitar “la incorporación de sesgos en los algoritmos de IA”. Por lo mismo, Donoso concluye que el uso de IA en esta materia “requiere una regulación cuidadosa para proteger los derechos fundamentales, evitar sesgos, garantizar la autenticidad e integridad de la evidencia, y asegurar que los organismos competentes mantengan el control y la supervisión necesarias”.
En el caso de SitIA, Ramírez destaca que se ha desarrollado en un sandbox (o caja de arena), que corresponde a un “entorno de prueba” donde se prueban las nuevas tecnologías sin poner en riesgo los servicios de Carabineros. Además de eso, el líder del proyecto afirma que “todos estos datos de SitIA están dentro del data center de Carabineros; por tanto, también hay una seguridad y protección de datos”.
Leitao por su parte, destaca que toda la información producida por SitIA está en manos de Carabineros y no hay acceso, ni siquiera de la SPD, por lo que cualquier gestión con esta requiere de una orden de Fiscalía. “Eso valida que no hay mal uso de datos personales, que es muy importante”, cierra.
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