“Estamos en un período complejo de la pandemia; existe un 90% de camas UCI ocupadas y, a pesar de que el Hospital Regional de Antofagasta tiene la capacidad para crecer casi al doble de las camas, el personal médico y paramédico para manipularlas no existe”, dice Hugo Benítez, vocero del regional del Colegio Médico de Antofagasta.

No son días tranquilos para esta región, de 690 mil habitantes y un fuerte componente migrante (casi el 10% de los ciudadanos extranjeros que residen en el país).

En la última semana, Antofagasta ha sido mencionada varias veces en el reporte sanitario del Ministerio de Salud. La preocupación es evidente. Este viernes, de hecho, se confirmaron allí 54 nuevos casos de Covid-19 y un total de 1.331 contagiados.

Sin embargo, el tema de fondo es otro. Según el reporte diario del Minsal, esta región suma actualmente 41 pacientes con Covid-19 hospitalizados en camas UCI. Es decir, se alza como la segunda del país con más enfermos críticos, solo superada por la Metropolitana (551), casi doblando a Valparaíso (25) y triplicando a La Araucanía (16).

Además, el reporte diario de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva indica que Antofagasta tiene un 87% de sus camas UCI ocupadas. Es decir, la segunda del país, nuevamente después de Santiago (93%) y por sobre Tarapacá (85%).

La pregunta que surge en la llamada “Perla del norte”, cuya zona urbana está en cuarentena hasta el próximo viernes 22, es si la red sanitaria podrá absorber el creciente volumen de casos.

Ingreso a la 3° Comisaría de Carabineros de Antofagasta, el 9 de mayo. Foto: Agenciauno

Emergencia social

“En promedio al año, antes del estallido social y de esta pandemia, teníamos entre 2 mil y 2.500 peticiones de ayuda social. Con la postulación que abrimos este mes, en 48 horas recibimos 20 mil requerimientos, desde canastas familiares, recarga de gas y kit de emergencia hasta apoyo de salud”, cuenta la alcaldesa, Karen Rojo.

Y añade que “en Antofagasta ya hay gente que está pasando hambre. No pueden estar comiendo todos los días pan y té”.

Por contrapartida, a una semana de concluir la cuarentena total decretada, el intendente, Edgar Blanco, llama a la calma. “Tengan tranquilidad, las medidas que se toman a nivel regional y comunal son las que corresponden, tenemos una autoridad sanitaria a nivel central muy pendiente de la región, día a día en contacto con las autoridades regionales, pero no sacamos nada con tomar medidas si la ciudadanía no toma conciencia. De todos depende que se mantenga, suba o baje al cifra de contagiados en la región”, manifiesta.

Personal municipal limpia y sanitiza las calles. Foto: Agenciauno

Preparativos

Benítez, del Colegio Médico Regional, aborda el tema de la capacidad sanitaria, encabezada por dos hospitales (regional y militar) y varias clínicas: “Se ha preparado gente, sí, pero en forma muy rápida, en un par de meses. Normalmente un intensivista requiere un par de años de estudio y entrenamiento. Evidentemente, para la emergencia hay que hacerlo así, no tenemos otra opción, pero no es lo ideal”.

Añade que “tenemos a más de 100 personas enfermándose diariamente y un porcentaje de ellas va a requerir camas UCI, las que hoy tenemos prácticamente colapsadas; no quiero pensar qué es lo que va a pasar en dos o tres semanas más”.

La ciudad también tuvo un brote de coronavirus en el hospital regional. Rossana Díaz, seremi de Salud, aclara el punto:

“Tuvimos un brote, por lo que los casos ascienden a 57 contagios en el personal de salud. Pero hicimos una intervención con el equipo de epidemiología, para revisar protocolos y flujos, y contener el brote. Esperamos que esto sea efectivo para proteger a nuestro equipo. Sin embargo, es importante poner en perspectiva las cifras, porque si bien tenemos 57 casos, contamos con 3 mil funcionarios para desarrollar las labores hospitalarias”.

Rossana Díaz, seremi de Salud de Antofagasta

Por las calles, en rigor se ve poca gente. Las plazas lucen vacías y los locales comerciales, como en todo el resto del país, sufren el rigor del confinamiento.

Angélica Tapia es técnico paramédico del Hospital Militar y reconoce estar cansada: “El riesgo y la angustia es que detrás de nosotros están nuestros hijos, nietos y familiares, que se quedan solos. Estamos trabajando en turnos de 24 horas en la mayoría de los hospitales y el personal está sintiendo la fatiga y el cansancio”.