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Las campanas de la antigua iglesia de la Compañía de Jesús, escenario de un incendio ocurrido en 1863 que dejó 2 mil fallecidos. Catorce estatuas francesas y árboles emblemáticos como la Haya Roja. Esas son sólo algunas de las figuras icónicas que se encuentran en los jardines del ex Congreso Nacional de Santiago. Este espacio prontamente estará abierto para que sea visitado por quienes quieran transitar por el lugar.
La idea, dice la diputada Loreto Carvajal (PPD), primera vicepresidenta de la Cámara, es "acercar la institucionalidad del Congreso" a las personas.
Así, los jardines del recinto podrán ser visitados por quienes lo deseen. En tanto, quienes prefieran realizar visitas al interior de los edificios podrán registrarse y participar en visitas guiadas, tal como se realiza hoy en el Palacio de La Moneda. En la actualidad, ello solo es posible a través de gestiones con parlamentarios en el caso de la sede del Congreso en Santiago.
"La apertura de estos jardines es una forma de acercar nuestro patrimonio a la ciudadanía y viene a multiplicar el aporte de la infraestructura pública, facilitando el acceso democrático a estos espacios, lo que incrementa su valor, sentido y trascendencia para la comunidad", expresó Consuelo Valdés, ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio
Iniciativa de años
La decisión fue tomada durante la reunión de régimen interno del jueves 18 de abril, y actualmente se están revisando los protocolos de seguridad. La Tercera tuvo acceso a un oficio fechado el 25 de enero de 2017, firmado por el secretario general de la Cámara de Diputados, Miguel Landeros, en el que se autoriza la apertura de uno o más accesos a los jardines del ex Congreso Nacional.
Lo anterior se debía realizar previa aprobación de un plan que contemplara las medidas necesarias para el resguardo del edificio, incluyendo restricciones los días de sesiones de las distintas comisiones en la sede de Santiago.
Este oficio fue redactado luego de que el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, realizara una solicitud formal para la apertura del recinto.
Edificios de todos los chilenos
Si bien al interior del recinto de Santiago surgen críticas que apuntan a la posibilidad de daños a las estatuas, que fueron restauradas por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) en 2011, la iniciativa es valorada por urbanistas que también postulan replicar la iniciativa en otros lugares, como la Escuela Militar o el Palacio Cousiño.
Sergio Baeriswyl, presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU), señala que esta apertura es "muy simbólica, en el sentido de que es un espacio emblemático de la democracia chilena. Un espacio público como éste permite aprovechar mucho más el patrimonio de este edificio. Esto viene a enriquecer la vida de las personas de ese sector".
Por su parte, Osvaldo Moreno, jefe del Magíster en Arquitectura del Paisaje de la Universidad Católica, considera que la apertura también tiene una faceta práctica. "Esto porque permite la continuidad del espacio público desde la Plaza Montt-Varas, que ha sido recientemente remodelada, conformando una interesante e inédita pieza urbana que otorga coherencia y unidad a esta parte del Barrio Cívico", apunta.
A eso, Moreno agrega que la iniciativa implica un antecedente que puede derivar en propuestas similares para otros edificios y espacios de la ciudad, "los cuales, si bien han estado tradicionalmente recluidos, podrían tomar este notable ejemplo para relacionar a las instituciones con una ciudadanía cada vez más sensible hacia los valores patrimoniales".
A esta opinión se suma la de la diputada Carvajal, quien postula que "de todas maneras" podría convertirse en un puntapié inicial para que otras instituciones imiten esta idea. "Las instituciones deben tomar ojalá el mismo camino. Los edificios le pertenecen a todos los chilenos y, sobre todo, la posibilidad de generar comunicación cultural es labor de todas las instituciones. Ojalá se sumaran otros organismos", sentencia.
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Las estatuas son parte del paisaje de los jardines del ex Congreso. Foto: Luis Sevilla, La Tercera[/caption]
Arquitectura
Los jardines del ex Congreso Nacional fueron diseñador por Guillaume Renner, paisajista francés que fue la cabeza detrás de obras como los parques O'Higgins, en Santiago, e Isidora Cousiño, en Lota, además de los jardines del Palacio Cousiño y el Club Hípico de Santiago.
"Se observa un estilo de paisajismo ecléctico con clara influencia francesa, con utilización de elementos característicos tales como fuentes, esculturas animando los paseos, parterres de césped y flores, combinados con motivos originales relacionados con la introducción de grandes especies de arbolado, principalmente palmeras, cedros y castaños", explica Osvaldo Moreno.
Su importancia cultural, en tanto, radica en que el espacio "alberga variadas capas históricas que le confieren una singularidad patrimonial y cultural", dice el experto de la UC. Lo anterior se debe a que además de acompañar al edificio patrimonial, en ese mismo lugar se encontraba la iglesia de La Compañía de Jesús, escenario de la recordada tragedia ocurrida en el siglo XIX.
En el lugar se encuentran las campanas del destruido templo. Si bien antes eran conservadas en una estructura transitoria hecha de pilares y vigas de pino oregón -la que aún se encuentra en los jardines-, en marzo, y luego de ser restauradas, se reinstalaron en un sitio de exhibición bajo la superficie en el jardín. A dicho espacio se desciende mediante una escalera y está situado en el sector del ingreso por calle Compañía.
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Otro de los rincones de los jardines que han permanecido hasta ahora cerrados al público. Foto: Luis Sevilla, La Tercera[/caption]