Han pasado cuatro días desde que el rector del Instituto Nacional, Fernando Soto, confirmara que el emblemático liceo recibirá a alumnas luego de 206 años de historia. La decisión, que revirtió la votación inicial, donde una mayoría optó por mantener el modelo monogenérico, fue tomada tras la eliminación del estamento de asistentes de la educación y apoderados a razón de irregularidades en el padrón y los procesos de votación.

En el Instituto Nacional existen tres centros de padres: el Centro de Padres y Apoderados Instituto Nacional (Cepain), el Centro de Padres y Apoderados A-0 (Cepa A-0) y la Corporación José Miguel Carrera, y si bien todos rechazan que se les haya bajado del histórico proceso, la división de apoderados, reconocen, los ha complicado para conducir los procesos que permitan repetir la votación. "Los apoderados estamos hace mucho tiempo muy dispersos y divididos. No logramos trabajar en conjunto", señala Elba Martínez, presidenta del Cepain, organización que evaluará en una asamblea de socios las acciones judiciales que tomarán. Lo mismo hará la Corporación J.M. Carrera, presidida por Aquiles Herrera, quien anunció acciones legales y consultará a los apoderados sobre la necesidad de una "unificación o fusión de los centros de padres".

Por su parte, el Cepa A-0, la organización de padres más convocante (1.300 afiliados), se reunirá hoy para decidir si convocan a una asamblea extraordinaria del Consejo Escolar que solicite a los demás estamentos repetir la votación. La presidenta del Cepa A-0, Judy Valdés, dijo que de no lograr repetir la votación, no se descartará evaluar acciones legales.

Respecto de los planteamientos de unificación advertidos por las otras organizaciones, Valdés precisa que "considero muy difícil tener tantas opiniones en un solo centro de padres, porque hay distintas visiones para afrontar las problemáticas".