Desde que Nakor nació hace cuatro años, su padre, Germán Salas (38), ha estado presente en cada etapa de su crecimiento. Antes de trabajar, y desde su casa en San Joaquín, Germán se preocupa de preparar su leche, bañarlo y alistarlo para el jardín.
En esa línea, Germán decidió dar un paso más: "Se me dio la posibilidad de participar en el aprendizaje de mi hijo. Me enseñaron cómo hacerlo", cuenta. Por ello aceptó la invitación a participar en un programa educativo que consta de capacitar a un miembro del grupo familiar (padre, madre o abuelos) para realizar distintos juegos educativos diseñados para potenciar su lenguaje y resolución de problemas.
En la sociedad actual es común relacionar el aprendizaje de un niño con el sistema escolar. Sin embargo, desde el mundo educativo aseguran que la primera infancia (2 a 5 años) es el período en que estos desarrollan su pensamiento lógico. Por esta razón, en mayo de 2018, Germán se sumó al programa educativo internacional Hippy, de la Fundación CMPC. La iniciativa no solo fomenta las capacidades de los niños antes de llegar al nivel escolar, sino que también les enseña a los padres a generar lazos más profundos, siendo parte del aprendizaje de sus hijos.
"Cuando llego del trabajo estoy con él. Lo baño y luego buscamos un espacio para leer, con un ambiente apto para hacer los juegos. A veces recortamos cajas, pegamos cosas, y los materiales que se van creando se guardan. Tiene mucho de reciclaje. Todos los dibujos que hace los guardo en una carpeta y disfrutamos la experiencia para que él aprenda y recuerde lo que puede llegar a hacer", cuenta Germán, quien formó parte del plan piloto para familiar de San Joaquín.
El programa de desarrollo integral en Chile partió el año pasado y consta de un trabajo conjunto donde los beneficiarios son visitados por monitores, quienes les enseñan herramientas educativas.
En su implementación en la RM participaron cinco tutoras y vecinas de San Joaquín para trabajar con 40 familias del sector. Una de ellas fue Javiera Arcaya, quien también es tutora. "Antes de dormir, mi hijo ocupaba el teléfono para ver monitos. Ahora eso cambió, y en vez de pedirme el celular, me pide que le lea un cuento. Esto se ha convertido en una herramienta nueva que tengo para compartir con mi hijo y generar un apego durante su mismo aprendizaje", agrega.
Desde el gobierno valoran estos programas, y en ese contexto el ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, señala que "es con los niños con quienes podemos hacer una gran diferencia en la educación. Las brechas a futuro son muy difíciles de acortar cuando ya no se trabaja en la infancia más inicial. Lo que no hagamos con ellos, después permanece en la educación escolar, secundaria, en la universidad y en el trabajo".